''Edipo rey''. Texto 6 y cuestiones relacionadas

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Texto 6. Sófocles, Edipo, rey (trad. de Assela Alamillo)

     (Se abren las puertas del palacio y aparece Edipo con la cara ensangrentada, andando a tientas.)
Coro.—    ¡Oh sufrimiento terrible de contemplar para los hombres! ¡Oh, el más espantoso de todos
           cuantos yo he encontrado! ¿Qué locura te ha acometido, oh infeliz? ¿Qué deidad es la que
           ha saltado, con salto mayor que los más largos, sobre su desgraciado destino? ¡Ay, ay,
           desdichado! Pero ni contemplarte puedo, a pesar de que quisiera hacerte muchas preguntas,
           enterarme de muchas cosas y observarte mucho tiempo. ¡Tal horror me inspiras!
Edipo.—   ¡Ah, ah, desgraciado de mí! ¿A qué tierra seré arrastrado, infeliz? ¿Adónde se me irá
           volando, en un arrebato, mi voz? ¡Ay, destino! ¿Adónde te has marchado?
Corifeo.—  A un desastre terrible que ni puede escucharse ni contemplarse.
Edipo.—   ¡Oh nube de mi oscuridad, que me aíslas, sobrevenida de indecible manera, inflexible e
           irremediable! ¡Ay, ay de mí de nuevo! ¡Cómo me penetran, al mismo tiempo, los pinchazos
           de estos aguijones y el recuerdo de mis males!
Corifeo.—  No tiene nada de extraño que en estos sufrimientos te lamentes y soportes males dobles.
Edipo.—   ¡Oh, amigo!, tú eres aún mi fiel servidor, pues todavía te encargas de cuidarme en mi
           ceguera. ¡Uy, uy! No me pasas inadvertido, sino que, aunque estoy en tinieblas, reconozco,
           sin embargo, tu voz.
Corifeo.— ¡Ah, tú que has cometido acciones horribles! ¿Cómo te atreviste a extinguir así tu vista?,
           ¿qué dios te impulsó?
Edipo.—    Apolo era, Apolo, amigos, quien cumplió en mí estos tremendos, sí, tremendos, infortunios
           míos. Pero nadie los hirió con su mano sino yo, desventurado. Pues ¿qué me quedaba por ver
           a mí, a quien, aunque viera, nada me sería agradable de contemplar?
Coro.—     Eso es exactamente como dices.

Pregunta 1 — Sitúe el momento de la acción a la que pertenece el fragmento citado relacionándolo con el desarrollo de la tragedia

Criterios de corrección específicos (Universidad de Zaragoza)

El alumno deberá reconocer que el fragmento escogido corresponde al desenlace de la obra, cercano su término, pues Edipo aparece en escena tras haberse arrancado los ojos al conocer la trágica verdad. A partir de esta certeza, puede el alumno reconocer el final catártico de la tragedia, o cómo se alcanza el clímax tras el desarrollo del planteamiento y nudo en los tramos anteriores. También es dable observar la soledad trágica del protagonista, que dialoga con un coro y su corifeo.

Comentarios a la pregunta 1

Este fragmento se halla al final de la tragedia, un poco antes del término de la misma. Edipo ya ha descubierto la amarga verdad. Él es el asesino que buscaba, el maldito de los dioses, el responsable de que sobre su reino se haya ceñido la peste. Sófocles ya ha realizado sabiamente el planteamiento del problema y el nudo dramático. Ahora solo le quedaba avanzar hacia la resolución del conflicto. El autor griego ha sabido manejar sabiamente la acción para llevarla a su fin y sobrecoger a un público que ya conocía de memoria el caso de Edipo, sí, pero que nunca había visto que un dramaturgo le presentara de aquella manera, cuasi policiaca, el argumento.

Sófocles ya ha puesto en escena el increíble encuentro de Edipo con Tiresias, el adivino ciego, quien le advirtió de que era mejor para él no saber la verdad. Tiresias le conminó a que cejara en su búsqueda, pero el héroe no quiso hacerle caso. Y a medida que avanzan sus pesquisas, la cruel verdad va apareciendo ante sus ojos. Y es por eso precisamente, por lo que en este fragmento final Edipo se los arranca, porque está cansado de mirar, porque es demasiado horrible lo que ve.

La tragedia llega así a su punto culminante, a su clímax. En medio del horror del público, Edipo comparece en escena con la cara ensangrentada. Podemos imaginar el efecto en el público. Pura catarsis, como pedía Aristóteles. La enseñanza moral en todo su esplendor:

Nadie escapa a su destino, ni siquiera los reyes.

Edipo, Rey, una lección magistral de hacer teatro. El modelo perfecto de la perfecta tragedia. Insuperable. Eterno.

Pregunta 2 — Comente la función del coro —y de su director, el corifeo— en la tragedia ayudándose de su intervención en este fragmento

Criterios de corrección específicos (Universidad de Zaragoza)

Esta pregunta es complementaria de la anterior, toda vez que una de las funciones esenciales del coro y del corifeo consistía en cuestionar a los personajes ofreciendo el punto de vista del pueblo, actuar como mediador entre la trama mítica y el temor por las consecuencias de las acciones de los héroes, función ampliamente demostrada en el fragmento escogido. Es por tanto el coro elemento primordial en la tragedia griega en tanto que intermediario entre escena y público y en tanto que censor moral y colectivo de todo lo que sucede.

El alumno, si lo desea, puede redondear con solvencia el comentario recordando otras funciones del coro, como la de resumir en ocasiones la acción, anticipar sus consecuencias, realizar plegarias o aparecer y desaparecer de la escena separando así episodios de la representación.

Comentarios a la pregunta 2

El coro, en el teatro griego, es un personaje colectivo muy importante para la acción dramática. Representa algo así como la voz del pueblo, es un mediador entre la escena y el público. Unas veces, actúa como un censor moral y colectivo; en otras ocasiones, resume la acción para el espectador, anticipa lo que va a pasar, realiza plegarias o señala el comienzo y final de cada episodio dramático entrando y saliendo de escena.

El coro actúa como un personaje unitario, por lo que todos los actores que lo forman repiten al unísono las mismas palabras. Dentro de él, hay un personaje principal, que es el corifeo, algo así como su director, portavoz o portaestandarte. A veces, el corifeo actúa como un miembro más del coro, repitiendo las mismas palabras que todos. Pero en ocasiones, como ocurre en este fragmento, apuntilla el decir general, lo precisa con sus propias palabras. Todo ello se hace para facilitar la catarsis (depuración) del público, para que la tragedia tenga su efecto sobre el espectador y la historia lo horroriza, le enseñe para el futuro.

En este fragmento concreto de Edipo, Rey, cabe decir que la escena se ubica justo al final de la obra, cuando Edipo ya ha conocido la cruel verdad (él es el asesino de su padre Layo y ha desposado a su propia madre, Yocasta, con la que ha tenido varios hijos). El destino vaticinado al héroe se ha cumplido irremediablemente. Edipo es el maldito por los dioses que él andaba buscando, el responsable de la plaga en su reino. Nadie escapa a su suerte. Todos somos juguetes en manos de los dioses. Es por eso por lo que comparece en escena ensangrentado: porque se ha arrancado los ojos, desesperado por las cosas que ha tenido que ver y vivir.

El fragmento comienza con una acotación, en la que Sófocles nos explica cómo comparece en escena Edipo. Podemos imaginar el horror del público:

   (Se abren las puertas del palacio y aparece Edipo con la cara ensangrentada, andando a tientas.)

La primera intervención del coro, llena de exclamaciones -lo que refleja el estado de conmoción en que se encuentra- subraya lo horrible de la escena, lo tremendamente desdichado que es el héroe y cómo no hay historia más trágica que la del triste Edipo. Este subraya esta misma condición de desdichado y se queja por su amargo destino: nadie escapa al hado, ni siquiera los reyes. Es curioso observar cómo Edipo hace una pregunta retórica al destino, que aparece así personificado, pues le pregunta adónde se ha marchado, y quien responde es el corifeo, que aquí hace la voz del público, contesta lo que los espectadores deben estar sintiendo fuera de la escena:

Edipo.—    ¡Ay, destino! ¿Adónde te has marchado?
Corifeo.—  A un desastre terrible que ni puede escucharse ni contemplarse.

La siguiente intervención de Edipo recalca la idea de que queda sumido en la oscuridad (ceguera) y el dolor. Y nuevamente quien apuntala sus intervenciones es el corifeo, quien dice que no es extraño que sienta "males dobles". De esta manera, el corifeo tiene aquí una doble función (una prueba más del talento dramático de Sófocles), pues no solo es la voz del público, sino también el interlocutor del héroe. Es como si, a su través, el espectador pudiera hablar directamente con el desgraciado Edipo. Magistralmente, Sófocles hace que Edipo conteste al corifeo como si hablara directamente con él, algo que no era usual en el teatro griego, pues el coro y el corifeo simplemente estaban en la escena de modo casi paralelo a los actores, sin que estos pudieran dirigirse a aquellos, dado que eran solo una voz moral o filosófica. En la réplica de Edipo al corifeo, llamándolo servidor y diciendo que su voz le sirve de consuelo, hay toda una revolución escénica.

Y esa revolución continúa en el siguiente diálogo, cuando el corifeo le pregunta a Edipo qué dios le llevó a arrancarse los ojos, y este contesta que fue Apolo. Así comienza la transición final, utilizada sabiamente por Sófocles para devolver la palabra al coro: Edipo dice que Apolo lo impulsó, pero que fue él, y solamente él, quien se arrancó los ojos, pues ya no le quedaba nada que ver en esta vida, lo cual certifica el coro, con su lapidario:

Coro.—     Eso es exactamente como dices.

En definitiva, en este fragmento podemos ver muy bien la función del coro y el corifeo en el teatro griego. Por un lado, es un personaje colectivo que ofrece al público la reflexión moral y filosófica, facilitando así la catarsis de la tragedia. Pero por otro, puede convertirse en un interlocutor directo del personaje que está en escena -en este caso, Edipo-. Creemos que esta es una de las principales innovaciones aportadas por Sófocles, que renovó de manera inteligentísima el teatro heleno, ampliando dramáticamente la función del coro y permitiendo también que de él se destacase en algunos momentos el corifeo.

Con razón consideraba Aristóteles esta tragedia como la obra perfecta y el modelo a seguir por todas las demás.

Bibliografía, webgrafía

  • CALERO HERAS, José, "Tema 2-Literatura griega y 3-Literatura latina", en Literatura universal. Bachillerato. Barcelona, Octaedro, 2009, pp. 20-52.
  • IBORRA, Enric, "Tema 1. Antigüedad (II): Literaturas griega y latina", en Literatura universal. Bachillerato. Alzira, Algar, 2016, pp. 33-58.
  • AGUASCA, Raquel y otros, "Tema 1. La literatura en la Antigüedad", en Literatura universal. Primero de Bachillerato. Valencia, Micomicona, 2015, pp. 8 a 43.

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (enero 2021): Letraherido
  • Revisiones, correcciones: Letraherido