''La Fundación'' (1974): Texto 2 y pregunta anexa (La realidad y la apariencia)

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TOMÁS.- (...) Te agradarán. Incluso Tulio. Es un poquitín grosero y aborrece la
           música... Pero es un fotógrafo excepcional, que anda tras un descubrimiento
           óptico formidable (...)
           Y Max, otro sabio. Un matemático eminente (...) Lino es ingeniero (...)
BERTA.- Y Asel.
TOMÁS.- Asel. El mejor de todos.
BERTA.- (Por el hombre acostado). ¿Y éste?
TOMÁS.- (Después de un momento). No lo creerás, pero aún no sé a lo que
            se dedica.

Indique en un par de líneas qué sucede exactamente en este pasaje de La Fundación. Ponga en relación el pasaje con el epígrafe «La realidad y la apariencia en La Fundación»

NOTA: Contestaremos aquí únicamente a la primera parte de la pregunta,
indicar qué ocurre en el pasaje. Para la segunda parte de la pregunta,
sobre la realidad y la apariencia en La Fundación, véase
el enlace: La realidad y la apariencia en La Fundación,
de Antonio Buero Vallejo.

Criterios específicos de corrección (Universidad de Zaragoza)

La pregunta plantea dos cuestiones sucesivas: a) la contextualización del pasaje; y b) el desarrollo de un epígrafe del programa de lecturas, puesto esta vez en relación con el pasaje. A título orientativo, la contextualización (a) podría ser calificada hasta con 0,5 puntos, y la resolución del epígrafe (b) hasta con 1 punto, pero la proporción entre ambas partes de la pregunta podría variar a juicio del corrector, que habrá de apreciar también el tono global de la respuesta.

Por lo que respecta a la citada contextualización, el estudiante debe aclarar que el pasaje, correspondiente al inicio de La Fundación, muestra al protagonista, Tomás, atrapado todavía por su alucinación: el diálogo con su amada Berta es fruto tan solo de su mente, como lo es cuanto le refiere acerca de la condición de sus compañeros.

A continuación, deberá PONER EN RELACIÓN el epígrafe planteado («La realidad y la apariencia en La Fundación») con su lectura del pasaje. El estudiante podría dar cuenta del itinerario que conduce desde lo que Tomás imagina ver en estas escenas iniciales de la pieza (el salón de una residencia de investigadores) hasta la realidad que se desvela paulatinamente ante tus ojos, y que le hace saber su condición de preso en una cárcel.

Una evidente relación con ese viaje de la alucinación a la realidad mantiene la presencia en el pasaje del personaje de Berta (un producto de la imaginación y el recuerdo de Tomás, que cobra cuerpo en el inicio de la obra para desaparecer posteriormente), la consideración de Tulio, Max, Lino o Asel como brillantes investigadores, o la oscilante condición del Hombre acostado en la cama: un cadáver con el que, sin embargo, Tomás creerá dialogar en su alucinación inicial.

El estudiante podría considerar así mismo el papel que en ese viaje hacia la realidad desempeña la escenografía de la obra, aludiendo al llamado «efecto de inmersión». Pero NO DEBERÁ PENALIZARSE que no aluda a este tipo de cuestiones, dado que constituyen el asunto de un epígrafe independiente del programa.

Por supuesto, sí que podrían valorarse muy positivamente (aunque no pueden considerarse absolutamente necesarias para alcanzar la máxima calificación) otras lecturas trascendentes de esa tensión entre la «realidad» y la «apariencia» que informa la pieza (y, por extensión, todo el teatro del autor). Así, el valor de esa Fundación que Tomás cree habitar en la escena como símbolo de una sociedad acomodaticia e inconsciente, ciega ante la injusticia, o la percepción de la propia vida como cárcel, de la que tan solo es posible liberarse gracias el anhelo de un mundo mejor. El epígrafe, por supuesto, ofrece un múltiple espacio para otro tipo de análisis de la pieza y del pasaje en cuestión.

En cualquiera de los casos, el corrector habrá de tomar en consideración las limitaciones de tiempo para la realización de la prueba, así como la novedad en el planteamiento de la pregunta, propuesta este curso, por primera vez, a partir de un pasaje de la lectura (en muchos casos llevada a cabo meses antes del presente examen).

Contextualización del fragmento de La Fundación

   "He aquí, entre otras cosas más, el tema trágico de la libertad. La libertad como fantasía y la realidad
como libertad. Antonio Buero Vallejo ha escrito, tal vez, su mejor obra escénica. Se trata de La Fundación;
una fábula en dos partes en la que asistimos a un desarrollo denso, difícil, centrado en una acción que no
puede considerarse local en el más riguroso sentido de la palabra. La problemática que nos plantea es
universal, ya que aquí se encierra ni más ni menos que el drama —mejor la tragedia— de la condición humana,
en busca de su dignidad y sin condicionamientos a servidumbres innobles. El terna de la dignidad humana,
soñada a través de las tinieblas, y en busca de esa salida al misterio de su libertad. El hombre sueña
su libertad. A veces, la sueña tan angustiadamente que viene a creerse, como descanso de su
agitado anhelo, que ya vive lo que no tiene. Y este es el misterioso juego escénico de la nueva obra de
Buero Vallejo, trazada con admirable pulso, sostenida por un diálogo diamantino, sin la más leve
concesión al tópico, ni mucho menos a la fácil demagogia."
   (M. Diez-Crespo, «En el "Fígaro", La Fundación, de Buero Vallejo»,
El Alcázar, 17 de enero de 1974).

Este fragmento pertenece a la primera parte de La Fundación, de Buero Vallejo. En él se puede observar una conversación entre Tomás y Berta en la que ambos están hablando sobre los compañeros de la falsa Fundación en la que se encuentra Tomás. El joven está describiendo a cada uno de ellos para que Berta los pueda conocer mejor. Pero en realidad, él aún es presa de su "delirio" a causa de que delató a sus compañeros de celda, al ser torturado y no poder soportar el dolor.

Poco a poco, sabremos, gracias al célebre "efecto de inmersión" -técnica teatral desarrollada por Buero- que la mujer no existe y que todo es producto de la imaginación enferma de Tomás. Berta es una proyección del deseo sexual reprimido de Tomás; la Fundación no es tal, sino una cárcel; y Tomás y sus amigos no son brillantes investigadores, sino que son, en realidad, presos políticos condenados a muerte.

Por supuesto, ni Tulio es fotógrafo ni óptico, ni Max es un sabio (sino un traidor), ni Lino ingeniero, ni Asel médico (algo que no se dice en este fragmento, pero sí más adelante, después de las líneas que aquí comentamos).

Y lo más grave de todo es que, en su delirio, Tomás aún no se ha dado cuenta de que el señor que duerme no es sino un cadáver que lleva varios días muerto en la celda, sin que sus compañeros hayan avisado a los guardias, porque así podían beneficiarse de una ración de comida más durante algunos días (concretamente, seis). Tomás, en otro momento de la obra, se queja del mal olor de la celda, sin percibir realmente que se debe a la descomposición del cadáver.

En definitiva, este fragmento pertenece al inicio de la obra, digamos al planteamiento del problema, cuando Tomás aún cree estar en ese limbo feliz que ha creado su mente torturada y al que ha bautizado con el nombre de "Fundación". En términos quijotescos, diríamos que el fragmento corresponde al momento de su locura y que, hasta la segunda parte de una obra a la que el mismo Buero llamó "fábula", no comenzará el proceso de cordura, de vuelta a la realidad y de toma de postura -compromiso social, apuesta ética- del protagonista.

El escenario donde transcurre esta escena plantea al director teatral y al escenógrafo un reto muy interesante, como es el que el lugar debe parecer la confortable habitación de una Fundación, un lugar casi hasta lujoso, para después transformarse en la triste celda de una prisión donde viven cinco presos, más un cadáver. Y es que en la obra, la tensión entre lo que parece ser y lo que realmente es, entre lo real y lo aparente, es total y se observa tanto en los diálogos de los personajes como en la escenografía.

Esta obra tiene mucho que ver con el valor simbólico que Buero atribuye a la Fundación, como representación de una sociedad inconsciente de la que tan solo es posible liberarse gracias al anhelo de un mundo mejor. El compromiso ético del autor resulta así evidente.

Más información en la pregunta de la Wikimpace:
"La realidad y la apariencia en La Fundación, de Antonio Buero Vallejo".

Bibliografía, webgrafía

Trabajos de los alumnos

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (enero 2020): Alba Gascón y Nerea Pérez. Laura Lázaro y Paula Hernández.
  • Revisiones, correcciones: Letraherido.