El siglo XIX en España y Europa

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El siglo XIX

La política

La Revolución francesa (1789) había provocado una profunda crisis que supuso una paulatina liquidación del antiguo régimen. La vieja sociedad estamental pasó a ser una sociedad de clases:

  • La burguesía sustituye a la nobleza y alcanza grandes cotas de poder.
  • En las ciudades, se instalan grandes industrias y esto provoca una gran expansión demográfica, un éxodo masivo del campo a la ciudad buscando mejores condiciones de vida. Así nació el proletariado, amontonado en las ciudades y viviendo en condiciones insalubres. Con él, vendrían los movimientos obreros y las luchas de clase.

En Europa, el siglo XIX se caracterizó por el nacimiento de las democracias censitarias y el ocaso de las monarquías absolutas. La Revolución francesa y la era napoleónica ayudaron a expandir las ideas republicanas y liberales. Las ideas ilustradas del siglo anterior sentarían las bases para las revoluciones burguesas, que se explayarían por el mundo mediante el imperialismo y buscarían la alianza con el movimiento obrero al que, para evitar su triunfo, le cederían el sufragio universal. Los monarcas, en el caso de sobrevivir, se convertirían en déspotas ilustrados que actuaban permisivamente con la clase dominante.

Surgieron las ideas políticas de izquierda y derecha a partir de la Revolución francesa, ya que los políticos más radicales se sentaron más a la izquierda en el parlamento y los más conservadores, en el ala derecha. Entre los políticos revolucionarios franceses, destacaronn Jean-Paul Marat, Maximilien Robespierre, el conde de Mirabeau y el marqués de La Fayette. Las restauraciones provisionales de las monarquías solo lograron potenciar revoluciones radicales como la de 1848 y desarrollar las ideologías sociales y el movimiento obrero, culminado en la Revolución rusa en 1917 (sin olvidar que, anteriormente, se produjo la Revolución mexicana de 1910, la de Pancho Villa y Emiliano Zapata).

Las ideas liberales

Imperan los gobiernos constitucionales parlamentarios que defiende la soberanía popular (la idea de que el poder reside en el pueblo, que lo ejerce a través del sufragio universal) y abogan por las libertades individuales de pensamiento y expresión.

En la segunda mitad del siglo, vuelven aparecer gobiernos más autoritarios apoyados por la clase burguesa que pretendía, así, defender sus privilegios. Es el caso de Napoleón III en Francia o de la reina Victoria en Inglaterra. Las luchas entre absolutistas, defensores del Antiguo Régimen, y liberales, partidarios de la democracia parlamentaria, serán continuas a lo largo del siglo.

También es la época de los nacionalismos que crean un sentimiento patriótico en los pueblos al defender sus peculiaridades lingüísticas, culturales e históricas.

La época del nacionalismo

El periodo histórico de formación de las naciones y de surgimiento de los movimientos nacionalistas fue el siglo XIX, coincidiendo con las revoluciones liberales o burguesas en el mundo occidental.

Se habla también del nacionalismo musical, expresión artística de la segunda mitad del siglo XIX que coincide con el nacionalismo político en la valoración de la etnicidad (folclore), y que deriva del anterior romanticismo, movimiento intelectual y artístico también muy vinculado con el nacionalismo, aunque sea de más amplia extensión temporal y conceptual que éste. Entre los músicos nacionalistas hay que citar a Chopin en Polonia, a Verdi en Italia, a Wagner en Alemania, a Tchaikovsky en Rusia...

Ciencia, filosofía y arte

En Europa, la ciencia y la economía se retroalimentarán. El término ‘científico’, creado en 1833 por William Whewell, será parte fundamental del lenguaje de la época; la economía sufriría dos fuertes revoluciones industriales: la primera acaecida entre 1750 y 1840, y la segunda, entre 1880 y 1914.

En filosofía, surgirían los principios de la mayor parte de las corrientes contemporáneas de pensamiento, como el idealismo absoluto, el materialismo dialéctico y el nacionalismo. Hay una crisis profunda del racionalismo ilustrado. En el idealismo, muy preocupado por la historia, destacan Schelling (1775-1854) y Hegel (1770-1831). En cuanto al positivismo de Augusto Comte (1798-1857), se centra en la realidad que puede observarse científicamente; en lo empírico, no en lo especulativo.

El arte demoraría en iniciar el proceso de vanguardia, pero quedaría cimentado en movimientos como el impresionismo. A finales de siglo, surgieron la cinematografía y la animación, gracias a los grandes avances tecnológicos de la época.

El siglo XIX en España

La característica fundamental de este siglo es la de ser un período de grandes cambios en Europa. Sin embargo, en nuestro país el estancamiento económico, los levantamientos del ejército y la falta de adelantos técnicos, conducen al inmovilismo y al retraso respecto de Europa, aunque en la segunda mitad del siglo algo se hace en la agricultura, la industria y el transporte.

Las guerras napoleónicas o guerras de coalición fueron una serie de conflictos bélicos que tuvieron lugar durante el tiempo en que Napoleón I Bonaparte gobernó en Francia (Primer Imperio francés). Fueron una extensión de los conflictos producidos a causa de la Revolución francesa, fuertemente combatida por el Reino Unido. Empezaron cuando Napoleón alcanzó el poder en Francia, en 1799, y siguieron con la ruptura del periodo de paz conseguido con el Tratado de Amiens (1802) y la declaración de guerra del Reino Unido a Francia (1803).

La guerra de la Independencia española se desarrolló entre 1808 y 1814, dentro del contexto de las guerras napoleónicas, que enfrentaron a las potencias aliadas de España (Reino Unido y Portugal) con el Primer Imperio francés, cuya pretensión era instalar en el trono español al hermano de Napoleón, José Bonaparte, tras la abdicación en Bayona de Fernando VII. El conflicto se desarrolló en plena crisis del Antiguo Régimen sobre un trasfondo de cambios sociales y políticos impulsados por el surgimiento de la identidad nacional española y la influencia entre los «patriotas» de algunos de los ideales de la Ilustración y la Revolución francesa.

En 1812 se aprobó, en las Cortes de Cádiz, la Constitución liberal, la "Pepa". Pero cuando Fernando VII "el Deseado", hijo del absolutista Carlos IV, volvió al poder al final de la Guerra de Independencia (1814), derogó la nueva Constitución y reinició un reinado absolutista que duró hasta su muerte en 1833, con un solo paréntesis: el llamado Trienio liberal (1820-1823). Fueron tiempos de retroceso cultural, censura y exilio de los intelectuales.

A la muerte del rey, España se dividió en dos bandos que se enfrentarán en varias guerras civiles: los carlistas, partidarios de don Carlos, hermano de Fernando VII, y los isabelinos, defensores de Isabel II, hija del rey difunto, el cual tuvo que aprobar antes de morir la polémica Ley Sálica, mediante la que nombraba heredera a su hija, por carecer de hijos varones. Las guerras carlistas desangraron a España durante todo el siglo. Isabel II subió al trono tras un periodo de regencias. Pero en 1868, una revolución -la "Gloriosa"- la destronó. Siguieron un periodo de crisis, un intento de restauración con el reinado de Amadeo I de Saboya y una Primera República de breve vida (once meses, en 1873). El experimento republicano se cerró con la Restauración borbónica en el hijo de Isabel II: Alfonso XII. En el nuevo reinado, se alternaron en el poder liberales y conservadores. Y a finales de siglo, en 1898, con el famoso "Desastre", se perdieron los últimos restos del Imperio colonial español: Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

Durante la Restauración, se produjo sin embargo una gran transformación en el terreno de las ideas. Frente al tradicionalismo de Menéndez Pelayo y otros intelectuales, aparece un movimiento renovador: el krausismo, que defendía una moral basada en la tolerancia. Francisco Giner de los Ríos fue quien aplicó las ideas krausistas a la educación creando la Institución Libre de Enseñanza, de ideología progresista, una escuela que tuvo mucha influencia en los escritores del momento.

Bibliografía, webgrafía

  • Alonso, Santos y otros: Lengua castellana y literatura. 1º Bachillerato. Barcelona, Casals, 2016, tema 15 "Romanticismo, Realismo y Naturalismo", pp. 330-338.
  • El Romanticismo-mapa. Mapa cronológico del Romantiscismo hispánico. Primera mitad del siglo XIX.
  • El romanticismo-visión general. Introducción al Romanticismo: temas, características, obras, autores... Por la profesora Marina Molina Mir. Para 2º de Bachillerato.
  • Bécquer. Power Point con una poesía de Bécquer.

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Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (abril 2019): Ania Neagu y María Tuda
  • Revisiones, correcciones: Letraherido.