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El motivo del retraso fue que '''Marcilla''', luchando contra los almohades en tierras de '''Valencia''', fue seducido por una de las esposas del '''Emir de Valencia''', '''Zulima'''. Éste la rechaza y ella trata de impedir de todas las formas posibles el regreso de '''Diego''' a '''Teruel''' a fin de que expire el plazo. | El motivo del retraso fue que '''Marcilla''', luchando contra los almohades en tierras de '''Valencia''', fue seducido por una de las esposas del '''Emir de Valencia''', '''Zulima'''. Éste la rechaza y ella trata de impedir de todas las formas posibles el regreso de '''Diego''' a '''Teruel''' a fin de que expire el plazo. | ||
Revisión de 13:12 16 dic 2017
Contenido
Leyendas aragonesas
San Jorge y el dragón
En la ciudad de Silca (en la provincia de Libia), vivía un gran dragón que causaba daños entre la población y los animales. Para tranquilizarlo, los habitantes del pueblo acordaron dar al dragón una persona en sacrificio y para ello, todos los días, se realizaba un sorteo en el que salía elegida la persona que debía ser entregada al dragón, un mal día le toco a la hija del rey.
La princesa abandonó la ciudad con resignación en dirección hacia el dragón. De pronto, apareció un joven caballero con armadura montado sobre un caballo blanco. El caballero estaba dispuesto a salvarla a ella y a todos los habitantes del pueblo. Se enfrentó al dragón y libraron una gran batalla hasta que San Jorge le incrustó una gran lanza al dragón en el pecho. De la sangre que derramó el dragón nació un hermoso rosal que Jorge entregó a la princesa después de haber ganado la batalla.
Los corporales de Daroca
El milagro de Calanda
La campana de Huesca
Los amantes de Teruel
Juan Diego Martínez e Isabel, pertenecían a dos de las grandes familias de la ciudad de Teruel, los Marcilla y los Segura, él era un Marcilla e Isabel era hija de Pedro Segura.
Isabel y Juan Diego, mencionado casi siempre en los relatos como Marcilla, se conocían desde la infancia y al llegar a la edad adulta éste le confesó su amor y el deseo de tomarla como esposa. Ella quería lo mismo, pero no accedería sin el consentimiento de su familia. Los tiempos habían cambiado y la familia Marcilla no pasaba por uno de sus mejores momentos económicos. El padre de Isabel se negó en rotundo a este enlace por eso, al que solo accedería con una condición: que Juan partiera a hacer fortuna por el mundo y en el plazo de 5 años recuperase la fortuna de su familia. Él aceptó, e Isabel prometió esperarlo.
El padre de Isabel no esperó los cinco años y ansioso por casar a su hija, a la cual respetó hasta que cumplió los 20 años, amañó un matrimonio con don Pedro de Azagra, Señor de Albarracín. Isabel, como ya habían pasado más de 5 años y no recibía noticias de su amado —al que creía muerto— accedió a lo que su padre llevaba años pidiendole.
El motivo del retraso fue que Marcilla, luchando contra los almohades en tierras de Valencia, fue seducido por una de las esposas del Emir de Valencia, Zulima. Éste la rechaza y ella trata de impedir de todas las formas posibles el regreso de Diego a Teruel a fin de que expire el plazo.
El mismo día de la boda, llegan a Teruel las noticias de que Juan Diego Garcés Martínez de Marcilla había regresado a Zaragoza, con grandes riquezas y con el deseo de casarse con su amada Isabel. Contaban que había ganado más de cien mil sueldos, luchando contra los moros, por mar y por tierra.
Pero para cuando llegó a Teruel, Isabel ya se había casado y, aunque Marcilla trató de todas las formas posibles de recuperarla ella se negó. La conversación se complicó y pasó pronto de los delirios amorosos a las acusaciones y reproches. Al final Marcilla se calma y únicamente le pide un beso y un abrazo. Isabel se lo niega de forma brusca y vuelven los reproches, la conversación, que es muy intensa, finaliza así:
ISABEL: ¡Para esto di mi mano! MARSILLA: ¡Desdichada…! ISABEL: ¿Qué es lo que hiciste? MARSILLA: Tu traición revelas. ¡Impostora! -¡Y decía que me amaba! ISABEL: ¡Hombre de maldición! ¡Ojalá nunca de Teruel las almenas avistaras! ¡Cruel! ¿Amor a reclamar te atreves de una mujer por ti despedazada? Ya te aborrezco. MARSILLA: ¡Oh Dios! ¡Ella lo dice! (Cae en un escaño como herido de un rayo.) No puedo más. ISABEL: ¡Qué miro! Se desmaya… Perdóname un momento de despecho… MARSILLA: Isabel me aborrece… ¡Me engañaba! Aquí siento… ¡qué angustia! Yo la adoro… y ella me aborrecía… ella me mata. (Muere.)
La Cruz del Sobrarbe
A las afueras del pueblo medieval de Aínsa se eleva un templete en recuerdo de la batalla que ganaron los cristianos a los musulmanes, una batalla en la que la leyenda dice que se les apareció una cruz en llamas sobre una carrasca, lo cual fue todo un revulsivo para las mermadas fuerzas militares de los sobrarbenses. En la actualidad, Aínsa sigue celebrando la fiesta de La Morisma en la que se rememora el triunfo de los ejércitos cristianos sobre los musulmanes a la puertas de la villa, en el año 724.
Según la leyenda, antes de la batalla, el número de musulmanes era muy superior al de los cristianos; sin embargo, éstos vencieron gracias al ánimo que les dio su jefe Garci Jiménez y, sobre todo, porque en plena lucha se les apareció sobre una carrasca una gran cruz roja resplandeciente, lo cual fue tomado como un buen presagio.
Testimonio de la enorme trascendencia de este hecho legendario es que, hoy en día, la carrasca y la cruz roja se mantienen en el escudo de la comarca del Sobrarbe y en el de la Comunidad Autónoma de Aragón.
La montaña de Formigal
Anayet y Arafita eran los dioses más pobres de la montaña, les habían despojado de sus pinares y abetales, hasta sus ganados escaseaban en sus senderos, que se habían convertido en pasos de contrabandistas. Anayet y Arafita eran trabajadores, honrados y felices y tenían una hija preciosa, la diosa Culibilla, a la que el cielo había dotado de todas las bellezas y cualidades. Nada quería saber de las pretensiones galantes de los dioses pirenaicos. Sus mejores afectos eran hacia los corderillos que competían en blancura con los inmensos heleros y glaciales que rompían el verdor de las montañas. Y más aún, amaba a las humildes y trabajadoras hormigas blancas que, durante el verano, continuaban blanqueando la montaña, hasta el punto que Culibilla la bautizo con el nombre de Formigal.
La tranquila paz se acabó el día que Balaitus se enamoró ardientemente de Culibilla. Balaitus era fuerte, poderoso, temido por todos y nadie se oponía jamás a sus deseos. Él amasaba las terribles tormentas del Pirineo y forjaba los rayos, capaces de destruir todo cuanto le rodeaba. Era violento cuando se enfadaba y hacía correr sus carros por encima de las nubes, estremeciendo hasta los cimientos de las montañas.
Culibilla lo rechazó, pero en mal momento, ya que a él era la primera vez que lo rechazaban y juró raptarla.
En tres zancadas se presentó Balaitus ante Culibilla, decidido a cumplir su propósito. Las montañas todas estaban atónitas, sin atreverse a defender a la diosa. Y dice la leyenda que entonces Culibilla, al verse perdida, gritó: "¡A mí las hormigas!" A millares acudieron de todos los sitios las hormigas blancas que empezaron a cubrir a Culibilla ante los ojos de Balaitus quien, horrorizado, emprendió la huida. Culibilla, en el colmo de la amistad y el agradecimiento, se clavó un puñal en el pecho para guardar dentro junto a su corazón a todas las hormigas: es el forau de Peña Foratata. Y cuentan que los que suben al Forau de la Peña pueden oír claramente los latidos de Culibilla, la diosa agradecida. Y aseguran también que en Formigal, desde entonces, ya no hay hormigas blancas: todas las tiene ella guardadas en su corazón.
Leyendas españolas
Ponce de León y la Fuente de la Eterna Juventud
Leyendas europeas
La dama de Shalott
Tristán e Iseo
Sir Gawain y el caballero verde
La leyenda de Excalibur
Robin Hood
Bibliografía, webgrafía
- LU- 04. Literatura medieval europea, web del IES Avempace.
- CALERO HERAS, José, "Tema 4. Literatura medieval", en Literatura universal. Bachillerato. Barcelona, Octaedro, 2009, pp. 54-76.
- IBORRA, Enric, "Tema 3. Literatura medieval", en Literatura universal. Bachillerato. Alzira, Algar, 2016, pp. 54-84.
- Primeros versos más importantes de la literatura europea, documento en la web del IES Avempace.
- Cantar de Roncesvalles, documento en la web del IES Avempace.
- Una parodia de Los Nibelungos: "What's opera, Doc?", entrada en Letr@herida, blog de literatura]
- Una webquest sobre Leyendas del Rey Arturo, tomada de "El Árbol de los Clásicos".
- Leyendas medievales europeas, documento en la web del IES Avempace.
- Ludovico Ariosto, el cantor de la furia de Orlando, documento en la web del IES Avempace.
Edición, revisión, corrección
- Primera redacción (diciembre 2017): Letraherido
- Revisiones, correcciones: Letraherido