''La Fundación'' (1974): Texto 4 y pregunta anexa (El efecto de inmersión)

De Wikimpace
Revisión de 10:46 31 ene 2020 por Letraherido (Discusión | contribuciones) (Trabajos de los alumnos)

(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar a: navegación, buscar
ASEL.- (...) ¡Calma! Si te acuerdas de todo, calma.
TOMÁS.- (Se desprende, angustiadísimo.) ¡Yo os denuncié!
   (...)
ASEL.- ¡Sí, nos denunciaste! (...)
TOMÁS.- ¡Y tú caíste por mi culpa, Asel!
ASEL.- ¡Yo y otros, sí!
TOMÁS.- (Se ahoga.) ¡Y nos condenaron a muerte!
ASEL.- (Le sujeta por los brazos) ¡Te dije que te ayudaría a comprender! ¡Serénate!
TOMÁS.- (Baja la cabeza.) He comprendido.

Pregunta - Señale QUÉ SUCEDE en este pasaje de La Fundación. A continuación, responda al EPÍGRAFE «El “efecto de inmersión” y la escenografía» en La Fundación

   NOTA: Contestaremos aquí principalmente a la primera parte de la pregunta. La segunda parte,
sobre el efecto de inmersión y la escenografía en la obra, puede verse completa en la pregunta de la
Wikimpace: El «efecto de inmersión» y la escenografía. Aquí, ofrecemos una versión resumida.

Criterios específicos de corrección (Universidad de Zaragoza)

El estudiante debe reconocer en el pasaje el despertar de Tomás a la realidad y la conciencia de la antigua delación de sus compañeros, que llevó a todos a prisión. A continuación, deberá responder al epígrafe planteado («El “efecto de inmersión” y la escenografía»).

El concepto esencial que debe manejarse es el llamado «efecto de inmersión», procedimiento especialmente grato al teatro de Buero Vallejo, que sitúa ante los ojos del espectador la realidad tal y como es vista por el protagonista, haciendo a aquel partícipe de los vaivenes y de la evolución de la mente de este. A esa luz, cabe entender la presencia en las escenas iniciales del personaje de Berta (un efecto más de su imaginación), o del Hombre acostado en la cama (que poco a poco irá quedando en silencio para mostrarse como lo que en realidad es: un cadáver).

Ciertamente relevante es el papel que la escenografía juega en ese itinerario que conduce desde lo que Tomás imagina ver en las escenas tempranas de la pieza (el salón de una digna residencia de investigadores) hasta la realidad que se desvela paulatinamente ante sus ojos, y que le hace saber su condición de preso en una cárcel. Esa evolución se materializa en el escenario en la progresiva sustitución de los muebles, en el cambio del aspecto de las puertas, o en la desaparición del paisaje idílico tras la ventana, pero se acompaña también de efectos sonoros (la armoniosa música inicial de Rossini, que contrasta con el griterío de la prisión en las últimas escenas).

En cualquier caso, el corrector habrá de tener en cuenta las limitaciones de tiempo que afectan a la realización del ejercicio, y que producirán acaso respuestas más breves, aunque quizá igualmente coherentes.

Contextualización del fragmento de La Fundación

Este pasaje corresponde a La Fundación, una obra escrita por Buero Vallejo. El fragmento se ubica concretamente en el momento exacto en que Tomás recuerda la realidad, esa amarga realidad que había olvidado después de haber delatado a sus compañeros de prisión tras haber sido sometido a tortura.

En el fragmento, se ve cómo Tomás es consciente, por fin, de que él había sido el culpable de que sus compañeros estuvieran encarcelados y de que hubieran sido condenados a la pena de muerte; se da cuenta de que, por debilidad, había sucumbido a las torturas físicas.

En el fragmento se hace referencia, indirectamente, a la pena de muerte y a la falta de libertad de expresión que existía en España en la dictadura de Franco. También nos da a entender que la locura de Tomás había sido un mecanismo de defensa contra el dolor que sentía por no haberse portado como un héroe.

Mientras tanto, Asel procura tranquilizarlo, y le ayuda a comprender la situación, hasta que finalmente lo consigue.

El lector descubre los hechos al mismo tiempo que Tomás reconoce la amarga verdad, gracias a la técnica teatral denominada efecto de inmersión, que será explicado en el epígrafe teórico.

El "efecto de inmersión" en La Fundación (1974), de Antonio Buero Vallejo

El efecto de inmersión es un procedimiento teatral que introduce al lector en la mente del protagonista imponiendo ese punto de vista al espacio escénico. Usando diferentes recursos, el propio espectador va evolucionando y descubriendo la verdad al ritmo que marca un personaje concreto con el que se identifica.

Centrándonos en La Fundación, Buero hace que el efecto de inmersión sea el contraste ficción-realidad, mediante la huida de Tomás a través de la ficción de la Fundación, donde tiene su mundo idílico, y tropieza con la realidad cuando comienza a darse cuenta de que la Fundación no era tal, sino una cárcel donde él y sus compañeros de celda esperaban el día de su ejecución, ya que todo estaban condenados a muerte.

La acción se presenta “in media res”, es decir, Buero busca mantener el factor sorpresa de la acción. Si hubiese comenzado la tragedia explicando por qué han sido condenados los cinco protagonistas, el efecto de inmersión no tendría sentido. Por otro lado, la obra no sigue la división tradicional en tres partes (planteamiento, nudo y desenlace), sino que se divide en dos partes. El propio Buero ha definido la obra como “fábula en dos partes” y esta división se corresponde con la locura de Tomás y su “curación”. Por lo tanto, el causante de que la obra esté dividida en dos partes es el efecto de inmersión. Esta estructura la asemeja mucho al Quijote, pues la acción novelesca del relato de Cervantes podría dividirse en las salidas del loco don Quijote y su curación y muerte tras la recuperación de la cordura.

El "efecto de inmersión" crea una crisis en el concepto de lo real, puesto que el público duda de si lo verdaderamente real es el concepto que tiene Tomás sobre la Fundación o es el concepto del resto de personajes que viven con él en la celda. Hasta que, finalmente, queda aclarado el sentido último del drama.

La escenografía en La Fundación (1974), de Antonio Buero Vallejo

La escenografía tiene gran relevancia en La Fundación, ya que los continuos cambios de esta hacen que la visión idealizada de Tomás (una Fundación con grandes comodidades, en la que becarios de investigación desarrollan un importante trabajo, con varios ayudantes, como los camareros) se transforme en la realidad de la cárcel (una celda pequeña, con puertas metálicas, unas ropas penitenciarias que representan la muerte, la violencia, la tortura…). La Fundación plantea un reto escenográfico tremendo, principalmente al director teatral o al director escénico, que deben esforzarse al máximo para encontrar una escenografía polivalente que se vaya transformando en escena ante los ojos del público.

Los elementos del escenario sufren cambios progresivamente ante los ojos de Tomás (o, lo que es lo mismo, ante los ojos del espectador, que ve por su mirada):

  • La música. Al principio y al final de la obra, suena la pastoral de Guillermo Tell, una obra de Rossini. Así se crea una idea de circularidad (la obra se abre y se cierra de igual modo). La música de Rossini es una sintonía feliz, armoniosa, equilibrada; el reflejo del mundo idílico en que Tomás quiere refugiarse al principio de la obra para ser feliz y eliminar el dolor de estar vivo.
  • La modulación de la voz también varía, desde las voces fatigadas y débiles hasta las expresiones nerviosas o los gritos estentóreos del final.
  • El vestuario es también otro elemento relevante, pues al principio están todos vestidos de trajes iguales, que parecen ropas de calidad, hasta que Tomás recupera su cordura, y entonces, nos damos cuenta de que los personajes llevan ropa carcelaria.
  • Los objetos y el espacio escénico. Los objetos lujosos pasan a ser cosas más modestas; además, la luminosidad cambia de un entorno con luz y amplios ventanales a un espacio oscuro, frío y con rejas.
  • La expresión y la interpretación de los actores según el personaje que representan es clave a la hora de asumir la realidad dramática de la cárcel. Los gestos varían según el momento: sonrisas, gestos de complicidad, abrazos, palmadas en la espalda; en otras ocasiones, son gestos violentos. Los gestos, la kinésica, definen claramente a los personajes.

Buero consigue crear una intriga que interesa al espectador y le hace estar atento hasta el final. Hace que se mueva la conciencia del público, que se despierte, como le ocurre a Tomás. Y todo ello de una manera simbólica, para evitar la intervención de la censura franquista. Buero Vallejo concibió el "efecto de inmersión" como una técnica propia, en réplica al famoso "efecto de distanciamiento", preconizado por uno de los grandes renovadores del teatro occidental, el alemán Bertolt Brecht, creador del teatro épico o teatro de la distancia.

El "efecto de inmersión" es, sin duda, una de sus grandes aportaciones a la dramaturgia contemporánea.

Más información en la pregunta de la Wikimpace:
"El «efecto de inmersión» y la escenografía en La Fundación, de Antonio Buero Vallejo".

Bibliografía, webgrafía

Trabajos de los alumnos

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (diciembre 2019): Ania Neagu, Lady Baldeón. Elsa Trullén y Marta Herranz.
  • Revisiones, correcciones: Letraherido.