Exponga sus conocimientos sobre Alfred Jarry (1873-1907)

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Biografía

Fue un dramaturgo, novelista y poeta. Nació en Francia, en Laval, el 8 de septiembre de 1873.

Procedía de una familia acomodada y tuvo una muy buena educación. Sin embargo, no culminó -al ser rechazado varias veces- l'école normale supérieure, por lo que no pudo licenciarse en sus estudios de literatura. Eso sí, tuvo un gran éxito desde el principio con sus poemas y obras.

La muerte de sus padres le dejó una gran herencia, lo que le permitió llevar una vida despreocupada, llena de excentricidades, lujo y alcohol.

Tuvo numerosos éxitos y conoció a numerosas celebridades. Trabajó para el Mercure de France, Remy de Gourmont y Lugne-Poe.

Sus últimos años de vida fueron muy humildes, ya que estaba acosado por las deudas.

Tras su muerte por tuberculosis en 1907, dejó varios jóvenes seguidores, como Max Jacob, André Salmon, Apollinaire y Picasso.

A Jarry le debemos la invención de la seudociencia llamada Patafísica. Descrita en su obra póstuma, Gestas y opiniones del Doctor Faustroll, patafísico (Gestes et opinions du Docteur Faustroll, pataphysicien) como "la ciencia de lo que se añade a la metafísica, así sea en ella misma como fuera de ella, extendiéndose más allá de ésta tanto como ella misma se extiende más allá de la física."

La Patafísica es "la ciencia de las soluciones imaginarias, que acuerda simbólicamente a los lineamientos de los objetos las propiedades de éstos descritas por su virtualidad." La obra describe las enseñanzas de Faustroll, nacido a los 63 años y pionero en esta ciencia, en la que todo suceso del universo es una excepción.

Es a partir de aquí cuando, en 1948, un grupo de intelectuales deciden fundar el Collège de Pataphysique (Colegio de Patafísica), el cual contó con ilustres miembros entre los cuales se encontraban Marcel Duchamp, Max Ernst, René Clair o Joan Miró entre otros.

Obras más importantes

Jarry escribió numerosas obras como Los minutos de Arena Memorial (1894), César-Anticristo (1895), Los días y la noches, novela de un desertor (1897), El Amor en visitas (1898), Almanaque del Padre Ubú, El Amor Absoluto (1899), Mesalina, novela de la antigua Roma (1901), La Papisa Juana, novela medieval (1908).

Pero su obra más importante es Ubú, rey, que es parte de un ciclo de varias obras, cuya primera versión escribió a los quince años, inspirándose en uno de sus profesores del instituto de Rennes, que, según Jarry, encarnaba "todo lo grotesco que pueda haber en el mundo". Después de las primeras funciones en el Théâtre de l'Oeuvre (Teatro de los bufones), la obra se representó en el teatro de marionetas Théâtre des Pantins, en París, con marionetas creadas por su amigo el pintor Pierre Bonnard.

Ubú, rey (fragmento)

Ubú, rey es considerada antecesora directa del teatro del absurdo. Con ella, Jarry consigue el aplauso del gran París. Es también una crítica corrosiva contra la autoridad, que el autor realiza a través de la llegada al poder del grotesco Padre Ubú, quien junto a su mujer encarnan la corrupción y el despotismo, casi un paradigma de los dictadores del siglo XX.

Hay que decir que el director y actor catalán Albert Boadella, creador y director de la mítica compañía Els Joglars, hizo en el siglo XX una crítica feroz contra el catalanismo independentista titulada Pujol, president, que tomaba como paradigma o modelo el Ubú, rey de Jarry.

          ACTO PRIMERO
          Escena I
          PADRE UBÚ, MADRE UBÚ.
PADRE UBÚ – ¡Mierdra!
MADRE UBÚ – ¡Oh! Mira qué bonito, Padre Ubú, sois un grandísimo gamberro.
PADRE UBÚ – ¡No me hagáis acojjotaros, Madre Ubú!
MADRE UBÚ – No es a mí, Padre Ubú, sino a otro al que habría que asesinar.
PADRE UBÚ – De por mi velón verde, no lo entiendo.
MADRE UBÚ – ¿Cómo, Padre Ubú, estáis contento con vuestra suerte?
PADRE UBÚ – De por mi velón verde, mierdra, señora, ciertamente que sí, estoy contento. Y con menos se estaría: capitán de dragones, oficial de confianza
           del rey Venceslas, condecorado con la orden del Águila Roja de Polonia y antiguo rey de Aragón, ¿qué más queréis?
MADRE UBÚ – ¡Cómo! ¿Después de haber sido rey de Aragón os contentáis conduciendo a las revistas a una cincuentena de matachines armados con machetes,
           cuando podríais hacer suceder en vuestro frascuelo la corona de Polonia a la de Aragón?
PADRE UBÚ – ¡Ah! Madre Ubú, no entiendo nada de lo que dices.
MADRE UBÚ – ¡Eres tan burro!
PADRE UBÚ – De por mi velón verde, el rey Venceslas está aún bien vivo; y admitiendo incluso que muera, ¿no tiene acaso legiones de hijos?
MADRE UBÚ – ¿Quién te impide degollar a toda la familia y ponerte en su lugar?
PADRE UBÚ – ¡Ah! Madre Ubú, me estáis injuriando y pronto se os hará pasar por la cacerola.
MADRE UBÚ – ¡Eh! Pobre desgraciado, si yo pasara por la cacerola, ¿quién te remendaría la culera del pantalón?
PADRE UBÚ – ¡Realmente! ¿Y qué más? ¿Es que no tengo un culo como los demás?
MADRE UBÚ – Si estuviera en tu lugar querría instalar ese culo en un trono. Podrías aumentar indefinidamente tus riquezas, comer muy a menudo morcilla
           y rodar en carroza por las calles.
PADRE UBÚ – Si fuera rey me haría construir una gran capellina como la que tenía en Aragón y que esos bribones de españoles me robaron imprudentemente.
MADRE UBÚ – También podrías procurarte un paraguas y un amplio chubasquero que te llegaría hasta los talones.
PADRE UBÚ – ¡Ah! Cedo a la tentación. Pajarraco de mierdra, mierdra de pajarraco, si alguna vez me lo encuentro en alguna esquina pasará un mal rato.
MADRE UBÚ – ¡Ah! Bien Padre Ubú, hete aquí convertido en un verdadero hombre.
PADRE UBÚ – ¡Oh, no! Yo, capitán de dragones, degollar al rey de Polonia. ¡Antes morir!
MADRE UBÚ (Aparte) – ¡Oh! ¡Mierdra! (Alto.) ¿Así pues, vas a continuar de pordiosero, igual que una rata, Padre Ubú?
PADRE UBÚ – Voto a, de por mi velón verde, prefiero ser pordiosero como una rata flaca y valiente que rico como un malvado y gordo gato.
MADRE UBÚ – ¿Y la capellina? ¿Y el paraguas? ¿Y el amplio chubasquero?
PADRE UBÚ – ¿Y después qué más da, Madre Ubú?
           (Se va golpeando la puerta.)
MADRE UBÚ (sola) – Jodre, mierdra, se ha resistido a la descarga, pero Jodre, mierdra, sin embargo creo haberle resquebrajado. Gracias a Dios y a mí misma,
            quizás en ocho días sea reina de Polonia.

Bibliografía, webgrafía

  • CALERO HERAS, José: Literatura universal. Bachillerato. Barcelona, Octaedro, 2009, tema 12, "El teatro", pp. 220 a 232.

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (mayo 2018): Steven Blandon
  • Revisiones, correcciones: Letraherido.