La educación de los hijos (Happy y Biff) en ''Muerte de un viajante'', de Arthur Miller

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Criterios de corrección

Se valorará anotar las deficiencias de la educación de ambos hermanos, hecha de un exceso de optimismo y de permisividad y de una ausencia total de esfuerzo, sobre todo por parte del padre; situación que ha conducido a Happy y Biff a una inmadurez que se traduce en una perspectiva vital nada definida, jalonada por numerosos fracasos y cambios frecuentes de empleo; ninguno de ellos ha crecido: se han quedado anclados en sus años de adolescencia guiados por las optimistas expectativas de Will; y es Biff quien más claramente lo formula. Su educación, más centrada en el éxito y en la apariencia física, en gustar y hacer deporte, contrasta con la de Bernard, el hijo de Charley, que a través del estudio se convierte en un triunfador.

La educación de los hijos (Happy y Biff) en Muerte de un viajante, de Arthur Miller

Willy Loman siempre ha querido llevar a cabo el sueño americano, ser un triunfador en la vida, en el trabajo… Pero al final se ve claramente que es un fracasado, que cuando se hace mayor y ya no rinde en el trabajo le despiden sin tener en cuenta los años que lleva en la empresa (cuarenta y cinco según el mismo dice, aunque su mujer afirma que son treinta y seis), ya que los empresarios y capitalistas solo buscan el beneficio económico, enriquecerse. La obra es una clara crítica a la sociedad americana de la época, al capitalismo agresivo.

Willy intenta conseguir que sus hijos sean unos triunfadores, no podría soportar que sean unos fracasados como él. De las conversaciones que tiene con el fantasma de su hermano Benn, un hombre ya fallecido que llegó a hacerse rico, se deduce que el padre de ambos los abandonó cuando eran muy pequeños, por lo que pronto tuvieron que ponerse a trabajar y a buscarse la vida. Es por eso por lo que Willy, al ver a su ídolo, el viajante de ochenta y cuatro años que se ganaba la vida desde su habitación de hotel con solo levantar un teléfono, elige la profesión de viajante, para la que no se necesitan grandes dotes intelectuales, pero sí buena capacidad para la relación social.

Willy intentará ser un buen padre para sus hijos y educarlos según los valores nacionales de Norteamérica: buena apariencia física, capacidad para emprender, liderazgo e iniciativa, cuerpo atlético, buenos contactos, sonrisa amplia, sentido de la oportunidad, agresividad para "salir de la jungla" enriquecido (como el tío Ben)...

Los hijos de Willy son jóvenes y atléticos, bien parecidos. Son chicos deportistas y guapos, líderes del equipo de fútbol. Sin embargo, esto no impide que la vida de Happy y Biff sea un fracaso como la de su progenitor, que lo traten a él con poco respeto y no puedan ayudarle con sus problemas económicos, ya que su propia economía es también precaria. Willy da una tremenda importancia al aspecto físico de sus hijos y cree que triunfarán con eso, con tener buena apariencia y saber venderse, siendo buenos en las relaciones públicas. En un “flashback”, o salto al pasado, aparece una escena en la que Biff tiene un partido de fútbol y es el capitán de su equipo, Willy está entusiasmado con su hijo y cree que solo por eso ya será un triunfador en la vida. Pero la obra deja en evidencia que, con esto solamente, no basta para salir adelante en la vida.

El caso más claro es el de Biff, que se dedica a vagar durante años por el país, trabajando como jornalero y ocupado en otros empleos de poca importancia, y que incluso ha pasado un par de años en la cárcel, puesto que ha desarrollado una incontrolable manía cleptómana (afición al robo) que ya había manifestado de niño sin que su padre Willy lo corrigiera.

Pero tampoco Happy es mucho mejor. Trabaja como dependiente en una ferretería y sus únicas esperanzas de ascenso residen en que "se muera el jefe de sección". Su madre lo define como "un golfo mujeriego", un picaflor que no piensa en asentar la cabeza, que no aporta nada de dinero en casa y no acaba del todo de independizarse, aunque tiene alquilado su propio apartamento: siempre ronda por la casa para comer gratis, dormitar y sacar dinero a sus padres.

Ambos jóvenes son ya treintañeros bien pasados, una edad en la que otros, sus antiguos amigos, ya han enderezado su vida. Respecto a la forma de encarar su futuro, hay gran diferencia entre ambos: Happy, cuyo nombre ya es una declaración de principios, solo aspira a seguir igual, feliz y cómodo. Adoptará como suyo el modelo de su padre, basado en el aparentar y el "tanto-tienes-tanto-vales". Sin embargo, Biff se rebela contra la educación recibida y en la escena final del cementerio deja entrever que va a seguir un camino nuevo, más vinculado a la vida al aire libre, el trabajo en el campo, la ecología y el disfrute de la naturaleza. La suya es, digamos, una alternativa diferente al capitalismo salvaje que él considera responsable de la muerte de su padre.

En el lado contrario al de Willy, está Bernard, el hijo del vecino de los Loman; un muchacho que no tiene un físico atlético, pues es delgado, enclenque y con gafas de empollón, pero que sin embargo le da mucha importancia a los estudios y es el que finalmente terminará triunfando en la vida llegando incluso a trabajar en el Tribunal Supremo americano como abogado. Además, está felizmente casado, tiene dos niños y tiene amistades importantes.

Los dos hermanos Loman, Happy y Biff, recibieron una educación basada en que lo importante era la apariencia y con ella se podían alcanzar grandes metas; sin embargo, a lo largo de la obra teatral se demuestra que este modelo de educación, el que defiende Willy Loman, no es del todo correcto, pues sus hijos no llegan a triunfar en la vida. En cambio, su vecino Charley, que educa a su hijo Bernard en un modelo educativo más basado en lo intelectual y en lo esencial, es decir, en los estudios y en el esfuerzo, sí que triunfa en la vida.

Bibliografía, webgrafía

  • CALERO HERAS, José: Literatura universal. Bachillerato. Barcelona, Octaedro, 2009, tema 12, "El teatro", pp. 220 a 232.
  • Arthur Miller-2, PPoint de Victoria Felipe. 2º Bachillerato A. Curso 2011-2012.

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (marzo 2015): Paulamartín
  • Revisiones, correcciones: Letraherido.