La literatura italiana: Dante (1265-1321) y la ''Divina Comedia''

De Wikimpace
Revisión de 18:19 7 ene 2021 por Letraherido (Discusión | contribuciones) (Edición, revisión, corrección)

Saltar a: navegación, buscar

Dante Alighieri (1265-1321)

Familia y nacimiento

Dante Aligheri nació en 1265 en Florencia, en el seno de una familia usurera, aunque siempre aseguró que él era noble. Su padre se llamaba Bellincione d'Alighiero y su madre, Gabriella, tenia también una hermana mayor. Tras la muerte de su madre, su padre se volvió a casar y tuvo dos hermanastros.

Florencia estaba dominada por el sacro imperio romano germánico y vivía una guerra civil entre los güelfos, que apoyaban la sumisión del imperio al papado, y los gibelinos, que defienden al imperio ante el papado. No se sabe de qué bando estaba la familia de Dante, pero sí se sabe que Dante apoyaba a los güelfos.

Educacion y matrimonio

Dante se educó en casa y estudió poesía toscana. La Escuela Siciliana cautivó a Dante, sus centros de interés lo llevaron a conocer juglares de Provenza y a esudiar la cultura latina. También comenzó su admiración hacia el poeta Virgilio. Estudió latín y provenzal y, de hecho, insertó algunos versos en este idioma en el "Purgatorio". Mientras estudiaba en su ciudad natal en 1278, fue discípulo de Brunetto Latini, quien hace su aparición en el "Infierno" (canto XV) y fue amigo del poeta Cavalcanti. Con once años de edad, Dante vio concertado su matrimonio con Gemma Donati, con quien se casó, entre 1285 y 1293, y de la que tuvo al menos cuatro hijos, aunque él amó siempre a Beatriz, que fue su amor platónico.

Política

Dante sirvió como soldado en 1285 en el asedio de santa Cecilia, en 1289 como jinete en el campo de batalla y como escolta del rey de Sicilia en 1290.

Aparte de ser escritor, estudió medicina y farmacéutica. En 1295, ingresó en el gremio de los boticarios. Fue miembro del Consejo Especial del Pueblo entre 1295 y 1296. Posteriormente, formó parte del consejo que elegía los priores.

De 1296 a 1297, fue miembro del Consejo de los Ciento.

En el año 1300, fue designado como embajador en San Gimignano. También fue elegido como uno de los seis magistrados más altos en la ciudad de Florencia.

Tras la victoria de los güelfos sobre los gibelinos, los güelfos se dividieron en dos grupos: los blancos, que era el partido en que militaba Dante, y los negros. El papa Bonifacio VIII apoyaba al partido güelfo negro y permitió que estos tomaran Florencia en 1301 y asesinaran a sus enemigos los güelfos blancos. Dante fue exiliado de Florencia y fue viviendo por toda Italia. En su exilio, escribió el "Infierno", hacia 1308; el "Purgatorio", hacia 1314; el "Paraíso", entre 1314 y 1321.

Aparte de escribir, Dante también intentó volver a Florencia varias veces, con idea de reorganizar a los güelfos blancos y derrocar a los güelfos negros, pero todos estos intentos fracasaron estrepitosamente.

Dante se puso al servicio del señor de Rávena. En 1319 y 1321, fue enviado a Venecia en misión diplomática. A su retorno a Rávena, enfermó gravemente de la malaria contraída durante el trayecto.

Murió entre el 13 y el 14 de septiembre de 1321 y fue enterrado, en medio de solemnes homenajes, en la iglesia de San Francisco de Rávena.

Beatriz. Obras de Dante

A los nueve años, Dante vio a Beatriz, de la cual se enamoró y ella sería su amor platónico toda la vida. No volvería a verla hasta los dieciocho años. Beatriz murió en 1290, a los veinticuatro años de edad. Dante escribió un libro en 1293, Vita nuova, sobre su amor platónico y lo feliz que era al ver a su amada. Uno de los poemas del libro dice así:

   Muchas veces me vienen a la cabeza
la oscura cualidad que me da el Amor
y me tengo lástima y así me digo:
   ¡Ay de mí!, ¿les pasa esto a otros?;
porque tan hábilmente me asalta el amor
que la vida casi me abandona:
sólo un hilo de espíritu deja medio vivo,
uno que sólo por ti vive y razona.
   Luego me esfuerzo, yo deseo salvarme,
y casi muerto, sin ningún valor,
vengo a verte, creyendo así curarme:
   y cuando alzo los ojos para observarte
en mi corazón se inicia un terremoto
que suspende en mi alma todos los latidos.

En 1302 y 1305 escribió De vulgari eloquentia, sobre los idiomas y cómo han ido evolucionando.

Y después, su obra magna, la Divina Comedia, escrita entre 1304 y 1321. En esta obra, Dante personifica al hombre, Beatriz personifica la fe y Virgilio personifica la razón.

La Divina Comedia

Infierno, de Dante

La Divina Comedia es una epopeya alegórica en tercetos encadenados, escrita entre 1304 y la muerte de su creador (1321). Está considerada como una de las obras maestras de la literatura italiana y mundial. Dante la escribió en el dialecto toscano. La obra se divide en tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso. Dante la llama Divina porque habla sobre la religión y comedia porque acaba con un final feliz.

  • Infierno (1304-1308): En este canto, Dante baja al infierno en busca de Beatriz y, a su vez, para redimir su alma, con la compañia de Virgilio, al cual admiraba mucho. En su recorrido por los nueve círculos del infierno, Dante ve a muchos personajes históricos importantes; uno de ellos, Judas Iscariote, que es constantemente torturado por Lucifer.
  • Purgatorio (1308-1314): Cuando Dante sale del Infierno, se encuentra en el antepurgatorio donde se hallan los negligentes. Con la ayuda de Virgilio y otra alma, Dante consigue entrar al Purgatorio, que es una montaña con precipicio que llega hasta el Paraíso; y para alcanzarlo, Dante tiene que expiar sus pecados y tener el alma pura. El poeta logra la máxima perfección espiritual pasando por todos los niveles del purgatorio y, cuando está a las puertas del paraíso, Virgilio no puede seguir acompañándolo porque no está espiritualmente puro (no olvidemos que era un pagano, varios siglos anterior al nacimiento de Cristo y que, por tanto, no podía estar bautizado). Entonces Santa Matilde, la personificación de la felicidad, ayuda a Dante a concertar una cita con Beatriz.
  • Paraíso (1314-1321): Beatriz ayuda a Dante a cruzar al Paraíso mediante milagros y llegan al Empíreo que es donde Dios reside.

Breve antología de Dante

Vita nuova (1293)

"L'amore brilla negli occhi..."

   Amor brilla en los ojos de mi amada,
y se torna gentil cuando ella mira:
donde pasa, todo hombre a verla gira
y a quien ve tiembla el alma enamorada.
   Anochece si esconde su mirada,
y por volverla a ver todo suspira:
ante ella la soberbia huye y la ira;
bellas, honrad conmigo a mi adorada.
   Feliz mil veces quien la ve y la siente;
al nacerle el alma al punto empieza
todo humilde pensar, toda dulzura,
   y no sabe, al mirarla sonriente,
si en ella se excedió naturaleza,
o el milagro gentil tanta hermosura.

"Tanto gentile..."

   Tanto es gentil el porte de mi amada,
tanto digna de amor cuando saluda,
que toda lengua permanece muda
y a todos avasalla su mirada.
   Rauda se aleja oyéndose ensalzada
-humildad que la viste y que la escuda-,
y es a la tierra cual celeste ayuda
en humano prodigio transformada.
   Tanto embeleso el contemplarla inspira,
que al corazón embriaga de ternura:
lo siente y lo comprende quien la mira.
   Y en sus labios, cual signo de ventura,
vagar parece un rizo de dulzura
que el alma va diciéndole: ¡Suspira!

Divina Comedia (1304-1321)

"Infierno" (1304-1308)

Canto I

El poeta se halla perdido una noche en un espeso bosque. Poco después, se le aparece Virgilio, que lo guiará y lo saca de allí llevándole por el Infierno y el Purgatorio hasta el Paraíso. El contenido alegórico del libro es evidente desde el principio: la noche que aterra al poeta, su extravío en la terrible selva, es la vida del pecado. Solo a través de una guía eficaz -Virgilio primero, Beatriz después- podrá él llegar a Dios.

  A mitad del camino de la vida, 
en una selva oscura me encontraba 
porque mi ruta había extraviado. 
   ¡Cuán dura cosa es decir cuál era
esta salvaje selva, áspera y fuerte
que me vuelve el temor al pensamiento! 
   Es tan amarga casi cual la muerte;
mas por tratar del bien que allí encontré,
de otras cosas diré que me ocurrieron. 
   Yo no sé repetir cómo entré en ella
pues tan dormido me hallaba en el punto
que abandoné la senda verdadera. 
   Mas cuando hube llegado al pie de un monte, 
allí donde aquel valle terminaba
que el corazón habíame aterrado,
   hacia lo alto miré, y vi que su cima
ya vestían los rayos del planeta
que lleva recto por cualquier camino. 
   Entonces se calmó aquel miedo un poco,
que en el lago del alma había entrado
la noche que pasé con tanta angustia. 
   Y como quien con aliento anhelante,
ya salido del piélago a la orilla,
se vuelve y mira al agua peligrosa, 
   tal mi ánimo, huyendo todavía,
se volvió por mirar de nuevo el sitio
que a los que viven traspasar no deja.

Canto III

El poeta llega a la puerta del Infierno y allí lee esta horrible inscripción:

"Por mí se llega a la ciudad doliente.
Por mí se avanza hacia la eterna pena.
Por mí se va tras la perdida gente.
   Dios al pecado señaló condena
y surgí entonces cual suprema alianza
del poder sumo y la justicia plena.
   Y no existiendo en mí fin ni mudanza
nada me precedió sino Dios mismo.
Los que entrasteis perded toda esperanza".

Canto XVIII - (Círculo VIII: Rufianes y seductores)

El poeta va viajando de la mano de Virgilio por los nueve círculos concéntricos que constituyen la arquitectura del Infierno. En cada círculo hay un tipo de criminal que va recibiendo su merecido tormento. Cuando más abajo se está en los círculos infernales, que van descendiendo hacia las entrañas de la tierra, más graves fueron los pecados cometidos en vida y mayor el castigo al que es sometido el pecador. Dante y Virgilio han llegado ahora al círculo VIII.

   Hay un lugar llamado Malasbolsas 
en el infierno, pétreo y ferrugiento,
igual que el muro que le ciñe entorno. 
   Justo en el medio del campo maligno
se abre un pozo bastante largo y hondo,
del cual a tiempo contaré las partes. 
   Es redondo el espacio que se forma
entre el pozo y el pie del duro abismo,
y en diez valles su fondo se divide. 
   Como donde, por guarda de los muros,
más y más fosos ciñen los castillos,
el sitio en donde estoy tiene el aspecto; 
   tal imagen los valles aquí tienen.
Y como del umbral de tales fuertes
a la orilla contraria hay puentecillos, 
   así del borde de la roca, escollos
conducen, dividiendo foso y márgenes,
hasta el pozo que les corta y les une. 
   En este sitio, ya de las espaldas
de Gerión nos bajamos; y el poeta
tomó a la izquierda, y yo me fui tras él. 
   A la derecha vi nuevos pesares,
nuevos castigos y verdugos nuevos,
que la bolsa primera abarrotaban. 
   Allí estaban desnudos los malvados;
una mitad iba dando la espalda,
otra de frente, con pasos más grandes;

"Purgatorio" (1308-1314)

Canto XXX

En la cima del Monte Purgatorio se encuentra el Paraíso Terrenal; allí Dante se encuentra con su amadísima Beatriz, que será la que le guía por el Paraíso, en lugar de Virgilio.

   Ya he visto yo al comenzar el día
la parte oriental toda rosada,
y al otro cielo de bello sereno ornado;
   y la faz del Sol nacer tan umbría
que atemperada por los vapores
toleraba el ojo su luz por largo espacio:
   así en una nube de flores
que de las manos angélicas salía
y dentro y fuera del carro caía,
   bajo cándido velo coronada de olivo,
se me apareció una dama, en verde manto
vestida de color de llama viva.
   Y mi espíritu, que había pasado ya
tanto tiempo que en su presencia
no estuviera de estupor, temblando, librado,
   sin que mis ojos tuvieran otra advertencia,
por una oculta virtud que de ella vino,
del antiguo amor sentí la gran potencia.
   Así como me hirió los ojos
la alta virtud, que ya me había traspasado
antes de que salido de la puericia fuese,
   volvíme a la izquierda con el respeto
del niñito que corre a la mama,
cuando tiene miedo o está triste,
   para decir a Virgilio: Menos de un dracma
de sangre me ha quedado que no tiemble;
conozco los signos de la antigua llama.
   Pero Virgilio nos había dejado privados
de él, Virgilio dulcísimo padre,
Virgilio al cual para mi salud me dieron;
   ni cuanto perdió la antigua madre,
valió a las limpias mejillas del rocío
que, lagrimeando, no tornaran negras.
   "Dante, porque Virgilio se vaya
no llores siquiera, no llores todavía;
que has de llorar por otra espada.
   Como almirante que en popa y en proa
viene a ver la gente en servicio
de otros barcos, y a bien hacer los alienta;
   sobre la banda del carro izquierda,
cuando volvíme al oír mi nombre,
que aquí por necesidad se consigna,
   vi a la dama que antes me apareciera
velada bajo la angélica fiesta,
alzar los ojos a mí de acá del río.
   Aunque el velo que de su cabeza caía,
como cerco de la fronda de Minerva,
no la dejaba ver manifiesta,
   con majestad real y de aspecto altiva
continuó, como el que hablando
la palabra más ardiente dentro reserva:
   ¡Míranos bien! Soy yo, en verdad soy yo, Beatriz,
¿cómo te atreviste a acceder el monte?
¿no sabes tú que aquí el hombre es feliz?"

"Paraíso"

Canto I

Beatriz acompaña ahora a Dante por el Primer Cielo y le explica algunas cosas que allí vieron.

   Entonces ella, tras un pío suspiro,
los ojos dirigió a mí con el semblante
de una madre ante el delirio de su hijo,
   y comenzó: "Las cosas todas ellas
guardan entre sí un orden, que es la forma
que a Dios el universo hace semejante.
   Aquí las nobles criaturas ven la huella
del eterno valor, que es el fin
para el que fue hecha la indicada norma.
   Al orden que yo digo se inclinan
todas las criaturas, de diversas formas,
más a su principio o menos vecinas;
   por donde corren a diversos puertos
por el gran mar del ser, y cada una
con el instinto conductor que le fue dado.
   Uno arrastra el fuego hacia la Luna;
otro el corazón mortal motora;
otra la tierra restringe en sí y aduna;
   y no sólo a las criaturas que son
sin inteligencia este arco saeta,
mas a las que tienen intelecto y amor.
   La providencia, que todo regula,
con su luz mantiene siempre quieto al cielo,
dentro del cual está el que gira con mayor presteza
   y entonces a allí, como a lugar preciso,
conduce la virtud de aquella cuerda
que, lo que dispara, a feliz blanco endereza.
   Verdad es que muchas veces la forma
no se ajusta a la intención del arte,
porque a responder la materia es sorda,
   así a veces de este curso se aparta
la criatura que tiene el poder
de plegarse, aunque así ordenada, a otra parte,
   y, tal como verse puede caer
fuego de nube, así el ímpetu primero
a tierra baja desviado por falso placer.
   No debes pues admirarte, si bien estimo,
de tu subida, más que del río que
del alto monte desciende a bajo sitio.
   Maravilla sería en ti, si, de impedimento
libre, abajo te quedaras quieto,
como si a tierra se adhiriera el fuego vivo.
   Entonces retorné la vista al cielo.

Bibliografía, webgrafía

  • CALERO HERAS, José, "Tema 4. Literatura medieval", en Literatura universal. Bachillerato. Barcelona, Octaedro, 2009, pp. 54-76.
  • IBORRA, Enric, "Tema 3. Literatura medieval", en Literatura universal. Bachillerato. Alzira, Algar, 2016, pp. 54-84.

Otras preguntas de la Wikimpace relacionadas con el tema: Edad Media española

Otras preguntas de la Wikimpace relacionadas con el tema: siglo XV - Prerrenacimiento español

Trabajos de los alumnos

  • Dante y Beatriz, PPoint de Carmen Estaún, Diego Melendo y Cristina Ariza, de 1º Bachillerato A. Curso 2013-2014.

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (diciembre 2016): Luismiguel
  • Revisiones, correcciones: Letraherido