''La Fundación'', vista por su propio autor

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Un poema sobre La Fundación

El propio Buero Vallejo dejó escrito en verso este comentario sobre su obra La Fundación (1974). Destaca la alusión al ratón ciego: todos lo somos de alguna manera. También la proyección de Asel, que sueña con su amada, ese ser ideal, esa utopía, que es a la vez la mujer y también la libertad. Y la alusión al túnel, que los presos quieren excavar para fugarse de la cárcel donde yacen, condenados a muerte. El poema acaba, como la obra de teatro, mencionando la esperanza: aunque existe la tragedia, siempre queda la fe en el mañana. Tal es el mensaje humanista de Buero, que mueve a la acción a las conciencias, a la lucha por el cambio social.

   La Fundación acoge con brisas de sosiego		
a un blanco ratoncillo para quien forman nido		
las manos de mi novia. Lo miro confundido		
y ella musita: Pobre ratón ciego.		
   A entender no me atrevo la pupila insistente	          05	
de esa mujer que avisa de engaños y agonías.		
La Fundación me ampara, me colma de alegrías.		
Los compañeros ríen tenuemente.		
   Blandas cunas del sueño para un ratón herido,		
libros, manjares, música, televisor, bebidas.	          10	
Espectrales riquezas, formas desvanecidas		
si me despierta el aire estremecido.		
   Dormiré. Que el fantasma de mis brazos ansiosos		
palpe ilusorios bienes, la imagen de la amada.		
Si escondo alguna culpa, de nadie sea notada.  	          15	
Oír no quiero avisos misteriosos.		
   Dice una voz amiga: La sombra de las rejas		
astilla tu campana de cristal irisado.		
Por sus fracturas negras la noria se ha escapado.		
Quiebra también tus cobardías viejas.	                  20	
   Has de excavar un túnel angosto, frío y duro,		
para ganar los soles, las fuentes y los valles.		
Una topera honda, a cuyo extremo halles		
otro paisaje esmeraldino y puro.		
   En él te aguarda ella: tierna figura viva	          25	
junto a una transparente Fundación de diamante.		
Beatriz recobrada por otro humilde Dante		
que huella al fin la tierra decisiva.		
   Y yo aún querría el túnel ignorar, el martirio		
de obligarme a zaparlo con desolladas manos.	          30	
Quisiera todavía reclinarme en los vanos		
espectros que acristalan mi delirio.		
   Pero los compañeros de risa misteriosa		
salieron uno a uno, con miedo y con coraje,		
por una innoble puerta, no a un túnel, no a un paisaje,   35	
sino al encuentro de su propia fosa.		
   Minaremos entonces tú y yo, supervivientes,		
la Fundación helada, los obstinados muros.		
Quizá amanezca el día tras sótanos oscuros		
donde la nada mueve sus torrentes.	                  40	
   Clara centella alcemos, que su fulgor avanza		
mientras reptamos sucios, famélicos, atroces.		
De las cegadas fosas parecen llegar voces.		
Todo nos falta menos la esperanza.

Bibliografía, webgrafía

Trabajos de los alumnos

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (noviembre de 2019): Letraherido.
  • Revisiones, correcciones: Letraherido.