Diferencia entre revisiones de «El cuento en Hispanoamérica. Desarrollo y evolución»

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== Bibliografía y webgrafía ==
 
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Revisión de 18:59 12 abr 2020

Criterios de corrección

Hablaremos sobre todo de la evolución del cuento desde 1940 (fin de la Guerra Civil española). El alumno habrá de referirse a la renovación que supone para el relato breve la obra de los grandes cuentistas hispanoamericanos como Julio Cortázar y Jorge Luis Borges, maestros del cuento fantástico si bien en muy diferentes maneras. Ambos escritores son, sobre todo, autores de cuentos, género que cultivaron a lo largo de toda su trayectoria literaria; de ello dan testimonio libros de Cortázar como Bestiario, Historias de cronopios y famas o Deshoras, y de Borges como Ficciones o El Aleph.

Cortázar, buen conocedor de la narrativa de Edgar Allan Poe, de cuya obra en prosa hizo una magnífica traducción al castellano, instala lo fantástico en lo cotidiano, mostrando así la complejidad de lo real; su práctica del cuento va acompañada de la reflexión sobre el género en textos como “Algunos aspectos del cuento” o “Estado actual de la narrativa en Hispanoamérica".

Borges trata temas universales (la identidad humana, el destino del hombre, el tiempo, el mundo como laberinto) en un relato fuertemente literaturizado, de construcción notoriamente original y de estructura narrativa muy sólida.

También puede comentar el alumno, aunque no es esencial, la influencia de los cuentistas hispanoamericanos sobre los españoles a partir de los años 80: José María Merino, Pedro Zarraluki, Ignacio Martínez de Pisón y otros.

El cuento hispanoamericano

Junto con la novela, el cuento es un género narrativo ampliamente cultivado en Hispanoamérica desde los años cuarenta hasta la actualidad. Recopilado en colecciones, ha dado títulos de gran originalidad y calidad. En algunos casos, el cuento adelanta innovaciones estructurales y lingüísticas que desarrollan más tarde los escritores del boom de los años sesenta.

En Hispanoamérica, el cuento posee una tradición notable desde los inicios de su literatura. El cuento literario no aparece hasta el Romanticismo (1ª mitad del siglo XIX), momento en que se intensifica el interés por lo pintoresco y lo extravagante. El considerado como primer cuento americano es El Matadero, del autor argentino Esteban Echevarría, escrito entre 1838 y 1840.

El Modernismo, que se preocupa más por la forma que por el tema, eliminó las fronteras que limitaban al cuento, asociándolo al poema en prosa. Y aunque el Modernismo fue en arte una reacción contra el Romanticismo y el Realismo-Naturalismo, en Hispanoamérica se da el fenómeno de la coincidencia de los tres movimientos. Los románticos rezagados siguieron escribiendo hasta fines del siglo XIX, mientras que los realistas y los naturalistas no llegaron a su apogeo hasta después del triunfo del Modernismo.

El rasgo fundamental de este movimiento era la primacía que se daba a la sensibilidad artística; de ahí se derivaba tanto su temática como su estilo. En su afán de crear el arte por el arte, los modernistas hispanoamericanos rechazarán las historias sentimentales de los románticos; los cuadros demasiado localizados de los realistas; y los estudios demasiado “científicos” de los naturalistas. El héroe modernista era sencillamente el hombre. Su ideal era la Francia versallesca del siglo XVIII. A través de ella, los modernistas aprendieron a entusiasmarse por el ideal griego.

El Posmodernismo introduce el elemento onírico (el mundo del sueño) y el horror (derivando en una práctica estética denominada criollismo).

La renovación de la narrativa hispanoamericana de los años cuarenta se prolonga con un extraordinario grupo de novelistas, que a mediados de los sesenta alcanza reconocimiento internacional (el famoso boom de la novela). El realismo mágico se combina con técnicas de vanguardia para la indagación del mundo: es la llamada «novela total».

Horacio Quiroga (1878-1937)

Horacio Silvestre Quiroga Forteza (1878-1937) fue un cuentista que, a lo largo de su vida, se sintió atraído por escribir sobre la naturaleza y el amor. Sin embargo, estas historias evidenciaban una vida llena de tragedias; perdió a muchos seres queridos y sus historias de amor no tuvieron finales felices.

Nació el 31 de diciembre de 1878, en Salto, Uruguay. Era hijo del vicecónsul argentino Prudencio Quiroga y de la oriental Pastora Forteza. Su infancia quedó marcada por la trágica muerte de su padre al producirse un disparo accidental de su escopeta al regresar de cazar, en presencia de su mujer y del propio Horacio, que tenía dos meses de edad. Tras la tragedia, la madre se trasladó con sus hijos a Córdoba, donde residieron cuatro años, y regresaron a Salto.

En 1891, su madre se casó con Mario Barcos. Fue un buen padrastro, pero la tragedia para la familia volvió cuando éste sufrió en 1896 un derrame cerebral, que lo dejó mudo y semiparalizado, y se suicidó disparándose con una pistola.

Horacio fue buen deportista y amante de la mecánica y la construcción, pero, además, a los veintidós años, comenzó sus primeros tanteos poéticos. Mientras trabajaba y estudiaba, colaboraba con las publicaciones La Revista y La Reforma.

Durante el carnaval de 1898, conoció a su primer amor, María Esther Jurkovski, que inspiraría dos de sus obras más importantes: Las sacrificadas y Una estación de amor. Colaboró con el semanario Gil Blas de Salto, y conoció en esta época al poeta argentino Leopoldo Lugones, en una escala durante un viaje fluvial, con quién inició una amistad que duraría toda su vida.

En 1899, Quiroga fundó en su pueblo natal la Revista de Salto, pero fracasó.

En 1900, la herencia de su padre le permitió viajar a París. Partió esperanzado y allí conoció a Rubén Darío, pero volvió tras cuatro meses, desilusionado.

Fundó en Uruguay el Consistorio del Gay Saber, un grupo de literatura donde experimentó formalmente como cuentista.

Su primer libro de poesía, Los arrecifes de coral, se publicó en 1901. Ese mismo año murieron sus dos de sus hermanos, Prudencio y Pastora por la fiebre tifoidea. A esta desgracia, le sucedió la muerte accidental de manos del propio Quiroga de su amigo Federico Ferrando. Él iba a batirse en duelo y Horacio lo ayudaba a limpiar el arma cuando ésta se le disparó. Fue detenido y finalmente puesto en libertad, tras comprobar la naturaleza accidental del homicidio. La desolación por este suceso lo llevó a abandonar Uruguay.

Fue a Argentina a vivir con otra de sus hermanas, y su cuñado lo inició en la pedagogía. Fue designado profesor de castellano en el Colegio Británico de Buenos Aires en marzo de 1903.

En junio de 1903, se unió como fotógrafo a su amigo Leopoldo Lugones en una expedición a Misiones, Argentina, financiada por el Ministerio de Educación, en la que planeaba investigar unas ruinas de las misiones jesuíticas. Esta experiencia marcó de manera absoluta a Horacio Quiroga, que se decidió a invertir lo que le quedaba de su herencia paterna en la compra de unos campos algodoneros en Chaco. El proyecto acabó fracasando, pero la experiencia fue fundamental para el escritor y provocó un cambio radical en su obra y en su vida. A partir de este momento, se dedicó a cultivar la narración breve y su personal estilo.

En 1904, publicó El crimen de otro, fuertemente influido por el estilo de Edgar Allan Poe. Sus primeros cuentos fueron publicados en la revista argentina Caras y Caretas.

Al año siguiente, decidió regresar a la selva y, en 1908, se trasladó. Se enamoró de una de sus alumnas, Ana María Cires, y consiguió convencer a sus padres no sólo de permitir el matrimonio, sino de ir a vivir a la selva con ellos.

En 1911, nació su hija Eglé Quiroga. El escritor fue nombrado juez de paz en el Registro Civil de San Ignacio.

Al año siguiente, nació su hijo menor, Darío.

Se ocupó él personalmente de la educación de sus hijos, un tanto especial, adaptada a las necesidades de la vida en la selva. Su esposa cayó en una profunda depresión y se suicidó envenenándose.

Tras el suicidio, Quiroga se trasladó con sus hijos a Buenos Aires, donde recibió un cargo de Secretario Contador en el consulado general uruguayo en esa ciudad. Las sacrificadas se publicó en 1920 y se estrenó en 1921. El diario argentino La Nación comenzó también a publicar sus relatos, que en estos momentos ya tenían bastante popularidad.

En 1921, apareció Anaconda. El escritor se dedicó a la crítica cinematográfica, teniendo a su cargo la sección correspondiente de la revista Atlántida, "El Hogar y La Nación".

Regresó por un tiempo a Misiones, Argentina, y allí se construyó una barca y con ella regresó a Buenos Aires.

En 1927, se publicó Los desterrados y se enamoró de María Elena Bravo, compañera de escuela de su hija Eglé, con quien ese mismo año se casó.

A partir de 1932, Quiroga se estableció por última vez en Misiones, Argentina, en lo que sería su retiro definitivo, con su esposa y la hija de su segundo matrimonio. Perdió el consulado, pero sus amigos consiguieron tramitarle la jubilación argentina.

Empezó a sufrir una prostatitis y su mujer lo abandonó llevándose a su hija. Se descubrió que las molestias eran en realidad de origen canceroso tras su regreso a Buenos Aires para ser internado en el hospital. Ante tal diagnóstico, el 19 de febrero de 1937, el escritor decidió acabar con su vida por intoxicación cianhídrica.

Las desgracias siguieron a la familia y, al mismo tiempo, Eglé Quiroga, hija mayor de Horacio, se suicidó también. Su amigo Leopoldo Lugones se suicidó, un año después, por motivos sentimentales. Finalmente, su hijo varón, Darío, se suicidó en un arranque de desesperación en el año 1951.

En cuanto a su obra, se inclinó hacia algunos movimientos vanguardistas de escritura, el modernismo y el naturalismo. Solía colocar a la naturaleza como un enemigo del ser humano. Fue considerado uno de los mejores cuentistas de Latinoamérica, no solo en su época, sino de todos los tiempos. Su obra estuvo marcada por la influencia reconocida de Kipling, Conrad y, sobre todo, Edgar Allan Poe. Su obra se ubica entre el fin del modernismo y el comienzo de las vanguardias, en lo que se llamó la "generación del novecientos”.

En sus cuentos, reina una atmósfera de alucinación, crimen, locura situada en la naturaleza salvaje de la selva. Escribe principalmente sobre temas sobrenaturales y terroríficos, en los que exponía a los personajes en situaciones extremas (algo característico del denominado criollismo).

En 1906, Horacio Quiroga publicó su relato Los perseguidos, adelanto de lo que después se conocería como literatura psicológica.

Quiroga legó a los jóvenes escritores su conocido Decálogo del perfecto cuentista, que resumía de manera perfecta su propio estilo: una prosa precisa, estilizada y contundente al mismo tiempo, la cual lo convirtió en maestro del relato breve.

Su carrera se abrió en la poesía, dentro del ámbito del modernismo, con Los arrecifes de coral (1901). Otras obras importantes son: Historia de un amor turbio (1908) y Cuentos de amor, de locura y de muerte (1917).

En 1918, dio a conocer el libro Cuentos de la selva, considerado un clásico de la literatura para niños en América Latina. Le preocupó más el valor expresivo de la palabra que lo puramente gramatical y académico, por lo que se le ha calificado en contadas ocasiones de "escribir mal".

Otra de sus obras más conocidas vino poco después: Anaconda y otros cuentos(1921).

Jorge Luis Borges (1899-1986)

Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo (Buenos Aires, 24 de agosto de 1899 - Ginebra, 14 de junio de 1986) fue un gran cultivador del cuento literario, narrador de los años cuarenta y cincuenta, ensayista, poeta y traductor argentino y una figura clave tanto para la literatura en habla hispana como para la literatura universal. El conjunto de toda su obra marca el comienzo del movimiento del realismo mágico en la literatura hispanoamericana del siglo XX.

Habiendo nacido en un suburbio de Buenos Aires, Borges se mudó a Suiza con su familia en 1914, donde estudió en el Collège de Genève. Tras la Primera Guerra Mundial, la familia Borges pasó tres años en Lugano, Barcelona, Mallorca, Sevilla y Madrid y Jorge Luis participó del movimiento literario ultraísta que luego encabezaría en Argentina.

Tras su regreso a Argentina en 1921, Borges empezó a publicar sus poemas y ensayos en revistas literarias surrealistas; también trabajó como bibliotecario y profesor.

En 1945, se instaura el peronismo en Argentina y su madre y su hermana Norah son arrestadas por hacer declaraciones contra el nuevo régimen. A Borges, el gobierno lo apartó del cargo de bibliotecario que por entonces tenía y lo nombra inspector de aves y conejos en los mercados. Un indeseable honor al que el poeta ciego renuncia, para pasar a ganarse la vida desde entonces como conferenciante.

En 1955, fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de la República Argentina y profesor de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires, y además ingresó en la Academia Argentina de las Letras. A la edad de 55 años quedó completamente ciego: numerosos investigadores han sugerido que su ceguera progresiva lo motivó a crear símbolos literarios innovadores a través de la imaginación. Obtuvo el Premio Cervantes en 1979, pero no ganó el Premio Nobel de Literatura.

A partir de 1930, escribe narraciones breves a las que denomina genéricamente ficciones. Destacan sus libros de cuentos, como Historia universal de la infamia (1935), Ficciones (1944), El Aleph (1949), El informe Brodie (1970) o, más tarde, El libro de arena (1975). Todas sus narraciones están caracterizadas por repetir una serie de temas obsesivos, como lo son el mundo caótico y carente de sentido, el destino y la fatalidad, el mundo como laberinto indescifrable, el paso inexorable del tiempo, la concepción circular del tiempo, la imposibilidad de conocer el mundo y el carácter artificial e ilusorio de la realidad.

También destacan por su gran originalidad estructural. En sus relatos es constante la presencia de mitos clásicos, símbolos, paradojas, juegos intelectuales y referencias literarias. La propia literatura es considerada un tema narrativo, ya que el libro es una metáfora del mundo, pues en él se encuentran las claves del universo. Se trata pues de una literatura metafísica expresada con ironía y burla. En el ámbito formal, consigue una redacción muy cuidada, con abundantes referencias culturales. Predomina el antirrealismo, no solo por la presencia de elementos fantásticos, sino porque no hay descripción de ambientes ni imitación de la realidad inmediata.

Julio Cortázar

Augusto Monterroso

Otros autores de cuentos

Adolfo Bioy Casares

Felisberto Hernández

Julio Ramón Ribeyro

Bibliografía y webgrafía

Trabajos de los alumnos

  • República Dominicana, pequeña guía turística. Por Josué Peña, 1º Bachillerato C. Curso 2017-2018.]
  • Ecuador, breve guía turística. Trabajo de Soraya Fuentes, Madelín Panoluisa y Aida Vidaurre. 1º Bachillerato BB y C. Curso 2017-2018.
  • Colombia. Trabajo de Steven Blandon. 1º Bachillerato D. Curso 2016-2017.
  • Nicaragua, trabajo de Alejandra Hidalgo. 1º de Bachillerato D. Curso 2016-2017.
  • Mi país, Nicaragua. Trabajo del alumno Orlando Cruz.

- Narradores

- Narradoras

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (marzo 2020):
  • Revisiones, correcciones: Letraherido.