El personaje de Carlota en ''Werther'', de Johann Wolfgang Goethe

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Criterios de corrección

Se valorarán: la descripción física y moral de Charlotte, su caracterización como heroína romántica; sus relaciones con el entorno familiar y social; su función como centro de la novela, como centro del triángulo formado por Albert-Carlota-Werther, que mediatiza las relaciones entre Werther y sus hermanos, entre Werther y Albert, e influye poderosamente en la autoestima de Werther. También su afición por la lectura y la música (compartidas con Werther).

Por último, se valoraría muy positivamente que el alumno reparara en que Werther es el único visualizador de Charlotte, el focalizador exclusivo, por lo que la imagen de esta es de una sola faceta y absolutamente subjetiva, dominado como está por la pasión hacia ella. Es decir, Werther condiciona nuestra percepción de su amada.

El personaje de Carlota

Carlota en Weimar, novela de Thomas Mann inspirada en Werther

Descripción física y moral

Charlotte es la amada perfecta y el prototipo de mujer ilustrada. Werther queda prendado de ella en cuanto la ve, en una de sus cartas en la que le cuenta a un amigo su primer encuentro con la joven, hace una descripción de ella en la que la describe como una muchacha de aspecto angelical, estatura mediana, de gran belleza física debido a sus rasgos como la mirada o la sonrisa, dulce y pura. Además dice que es una mujer inteligente, que destaca por su gran bondad, la fidelidad a sus ideas, su sensatez, su naturalidad y su simpatía. A parte es una joven llena de vida y que irradia paz.

Caracterización como heroína romántica

En la novela de Goethe, Lotte es caracterizada como una mujer de costumbres, convencional, que vive bajo el yugo patriarcal típico de la época y no se atreve a romper el molde que le ha sido impuesto. Como prometió a su madre en el lecho de muerte que se casaría con Albert, ella cumple su palabra, aunque es evidente que siente algo por Werther, que no se atreve a llamar amor por miedo a romper su promesa y las convenciones sociales en que está inmersa. Lotte cuida de su padre y de sus hermanos pequeños, se ocupa de la casa, le gustan la música y la literatura como a todas las chicas de buena familia de su tiempo. En realidad, es heroína romántica solo en el sentido de que inspira al héroe romántico, Werther, que es capaz de morir por amor hacia ella. Pero ella no rompe por amor con todo lo que le rodea, aunque -eso sí- se lleva un gran disgusto cuando se entera de que su enamorado amigo se ha pegado un tiro.

De alguna forma, Lotte es un símbolo del propio Goethe, pues ella está en duda, no sabe si elegir el Romanticismo (Werther) o el Clasicismo (Albert). Finalmente, se decide por el Clasicismo, como le ocurrió a Goethe tras el viaje a Italia, del que llegó más maduro y partidario del Clasicismo.

Carlota Kestner, la Carlota real que inspiró la Charlotte de la ficción

Por el contrario, en la adaptación cinematográfica de Pilar Miró, el filme Werther, de 1986, Lotte o Carlota, como la llama la directora española, es una mujer fuerte, moderna, libre de estereotipos sociales que se atribuyen a las mujeres, decidida y rompedora. Tiene una profesión, pues es médico, y ya no es tan joven, frisa la cuarentena. Además, se ha casado con su Albert, pero la cosa ha salido mal y se han tenido que separar. Por último, rechaza el amor de Werther (lo que precipita el suicidio de este), pero también rechaza la segunda oportunidad que le ha brindado Albert, un volver a empezar que a ella no le interesa, pues prefiere quedarse sola para cuidar a su hijo (Curiosamente, la decisión de la Carlota del celuloide coincide con la decisión en la vida real de la propia realizadora cinematográfica, Pilar Miró, que cuidó sola a su hijo Gonzalo).

En las dos Carlotas a las que nos estamos refiriendo, la de la novela y la del cine, la de Goethe y la de Pilar Miró, la mujer pasiva que inspira al héroe y la mujer moderna que toma sus propias decisiones, se observa bien la diferente caracterización del personaje como heroína.

Función como centro de la novela

En esta novela Lotte tiene un papel fundamental. Funciona como centro de la novela, ya que toda la trama está desarrolla alrededor de ella. Sin la presencia de Lotte no sería posible el desarrollo de la novela, ya que Werther basa la mayoría de sus cartas en deshacerse en elogios hacia su amada, narrar episodios que vive junto a ella y describir los sentimientos que esta le produce.

Escena del primer beso de Charlotte y Goethe en la película alemana Goethe! (2010)

Afición por la lectura y la música

En la novela, Lotte se muestra como una mujer interesada en la literatura, afición que comparte con Werther y que es un nexo de unión muy fuerte entre los dos. La muchacha, que dice estar interesada sobre todo en la novela, hace referencia al escritor Richardson y sus novelas Pamela y Clarisa. También muestra interés por la música, Werther hace referencia en una de sus cartas a que ella toca el clave para espantar los quebraderos de cabeza además de narrar las horas que pasan bailando y tocando juntos dicho instrumento.

Punto de vista subjetivo de Werther

Durante toda la novela, los datos y descripciones que obtenemos de Lotte son hechos exclusivamente por Werther en sus cartas, lo que solo nos permite un punto de vista de la muchacha, el del enamorado; por lo tanto, cabe pensar que tal vez es una mujer idealizada, descrita desde un punto de vista poco realista, totalmente subjetivo y empañado por el amor que el joven siente hacia ella.

La Charlotte real

En la vida real, cuando Goethe vivió en la pequeña ciudad provinciana de Wetzlar, trabajando para el abogado Kestner como pasante -ya que su padre se empeñó en que fuera allí para que aprendiera el oficio de letrado-, se enamoró perdidamente de Charlotte Buff, hija del administrador del príncipe. Ella también era huérfana de madre y tenía muchos hermanos pequeños, a los que cuidaba con cariño maternal. Lotte y Goethe se gustaron, bailaron y cantaron juntos alguna vez, pero ella finalmente se casó con el jefe de Goethe, Kestner, que ofrecía una posición social superior y una solución económica para las penurias familiares. A Goethe le costó encajar aquel golpe, pero -eso sí- decidió superarlo. La idea del suicidio de su personaje Werther la tomó de otro episodio real: el suicidio con una pistola de su amigo Wilhelm Jerusalem, que trabajaba con él en el bufete de Kestner. Wilhelm tenía amores con una mujer casada a la que le pidió que abandonara a su marido para vivir con él. Pero la dama no se atrevió a dar el paso y a quien dejó fue a su amante, por lo que el joven Jerusalem decidió suicidarse. El suceso impresionó tanto a Goethe que decidió inmortalizarlo para la posteridad en su famosa novela, inauguradora del Romanticismo.

Este aspecto biográfico de la vida de Goethe, así como el proceso de composición de Werther, está magníficamente recogido en la película alemana Goethe! (2010), traducida al inglés como Young Goethe in love, dirigida por Philipp Stölzl.

Como curiosidad, cabe decir que, en su vejez, Goethe renegaba del Werther, un libro que había escrito con veinte y pocos años, cuando todavía él era romántico. Cuando Charlotte Kestner tenía sesenta y tantos años, ya viuda y con varios hijos, decidió pasar por Weimar, donde vivía Goethe, a visitar a su antiguo amor de juventud. Goethe, por su parte, se había casado con Christiane Vulpius y había tenido un único hijo. Parece ser que el encuentro dejó bastante fríos a ambos y a ninguno le quedó demasiado buen sabor de boca de aquella cita. Se ve que ya habían pasado los años impetuosos de juventud. Sobre este encuentro de Lotte y Goethe ya maduros, escribió Thomas Mann su novela Carlota en Weimar.

ANEXO 1: La carta de 16 de junio

Cuando conoce a Lotte, Werther le escribe a su amigo Wilhelm y le dice que ha conocido a... ¡un ángel!

                                                           16 de junio (fragmento)

"¿Por qué no te escribo? ¡Me lo preguntas tú, y eres, sin embargo, uno de los eruditos! Deberías adivinar que me encuentro bien y que por cierto... En una palabra, he conocido a una persona que afecta muy de cerca a mi corazón. Yo... Yo no sé.

Contarte ordenadamente cómo ocurrió, que he conocido a una de las criaturas más amables del mundo, va a ser tarea difícil. Me encuentro contento y feliz, pero no soy un buen narrador de historias.

¡Un ángel! ¡Bah! Todos dicen lo mismo de la suya, ¿no es cierto? Y sin embargo, no me encuentro en condiciones de decirte lo perfecta que es, ni por qué es perfecta; basta, ella se ha apoderado de todos mis sentidos.

Tanta sencillez y a la par tanta inteligencia, tanta bondad y tanta entereza, y esa paz del alma en medio de esa vida real y esa actividad...

Cuanto te estoy diciendo de ella no es más que pura pa¬labrería, simples abstracciones que no expresan ni un solo ras¬go de ella misma. Otra vez... no, otra no, ahora mismo voy a contártelo. Si no lo hago ahora no lo haré nunca. Pues, dicho sea entre nosotros, desde que empecé a escribir estuve ya tres veces a punto de tirar la pluma y mandar ensillar el caballo y salir a pasear. Y sin embargo, esta mañana temprano juré no salir de casa, pero me asomo a cada instante a la ventana para ver qué alto va el sol...

Al fin no pude resistirlo y tuve que ir a su casa. Aquí me tienes de nuevo, Wilhelm, dispuesto a cenar y a escribirte. ¡Qué delicia para mí espíritu el contemplarla rodeada de los simpáticos y alegres niños, de sus ocho hermanos!"

Bibliografía, webgrafía

  • GOETHE, Johann Wolfgang: Las penas del joven Werther. Madrid, Cátedra.
  • CALERO HERAS, José: Literatura universal. Bachillerato. Barcelona, Octaedro, 2009, tema 7, pp. 126-127 y pp. 135-139.

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (octubre 2014): MariaMienteme
  • Revisiones, correcciones: Letraherido, Belli18