El teatro neoclásico español. Moratín. El teatro prerromántico

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El teatro neoclásico

  • Autora: Alba Domingo. 1º Bachillerato C. Curso 2020-2021.
  • Fecha: Marzo de 2021.
  • Fuentes consultadas:
    - Alonso, Santos y otros: "Tema 14. Neoclasicismo y Prerromanticismo", (en)
      Lengua castellana y literatura. 1º Bachillerato. Barcelona, Casals,
      2016, pp. 306-329.

El teatro neoclásico es un movimiento teatral con orígenes en el siglo XVII, desarrollado plenamente durante el siglo XVIII y que se caracterizó por retomar los estilos de las sociedades romanas y griegas clásicas representando así las ideas de la Ilustración en el ámbito de la cultura. Por lo que sus características principales recaen sobre la razón, la utilidad, es decir, el arte de la didáctica y la imitación de modelos.

Durante esta época, el teatro siguió siendo el género literario de mayor importancia social, ya que en esta etapa se difundieron desde el escenario las ideas reformistas y pedagógicas del Siglo de las Luces.

Por ello, los ilustrados se rebelaron en contra de la influencia de la comedia del Siglo de Oro que se seguía representando en los teatros españoles. Los ataques a este estilo fueron continuos, lo que derivó en la famosa polémica sobre el teatro, establecida durante este centuria, entre reformadores y tradicionalistas, y que trató de la intención de restablecer los preceptos clásicos y dotar las obras de una intención didáctica por parte de los primeros.

De este modo, el teatro del siglo XVIII pasó por tres etapas:

  • El posbarroquismo: En las primeras décadas del siglo XVIII todavía perviven las comedias barrocas, rebosantes de romanticismo y un cierto desdén por la organización de los actos y demás. En este tiempo, podemos encontrar:
- comedias de magia, cargadas de trucos, apariciones exóticas y seres sobrenaturales;
- comedias de santos;
- comedias de figurón, herederas de las de capa y espada del siglo XVII;
- y comedias heroico-militares que exaltan los sentimientos patrióticos y evocaban las pasadas glorias nacionales.
  • El teatro neoclásico: Este estilo nace hacia mediados del siglo XVIII y, además de estar vinculado a las ideas ilustradas, está dirigido a la clase media y tiene una finalidad claramente didáctica.

Sus principales características son:

- la separación de géneros,
- el sometimiento a la regla clásica de las tres unidades (una sola acción, que se desarrolla
  en un solo lugar y en un tiempo máximo de veinticuatro horas),
- una finalidad didáctica,
- un planteamiento verosímil y
- una estructura de la obra en tres actos (que se corresponden con el planteamiento,
  el desarrollo y la conclusión).

En cuanto a los géneros teatrales, podemos encontrar:

- La tragedia neoclásica, que toma como modelo la griega o la francesa y aborda temas
  de la antigüedad clásica o de la historia nacional. Uno de sus autores más importantes es
  Nicolás Fernández de Moratín; sin embargo, el autor más reconocido en el género trágico es
  Vicente García de la Huerta y su obra Raquel, que cuenta los amores de una judía
  en la corte del rey Alfonso VIII en la ciudad de Toledo.
- Y, por otra parte, la comedia, género teatral típicamente ilustrado, con
  Leandro Fernández de Moratín como principal autor.
  • Finalmente, el teatro prerromántico, en el que se volverá a retomar la afición por la pasión; el arte por el arte, es decir, la belleza; el individualismo, la creatividad y la libertad. Todas las características perdidas durante la época neoclásica resurgirán con fuerza durante la siguiente etapa teatral y literaria.

Leandro Fernández de Moratín (1760-1828)

  • Autor: Raquel González. 1º Bachillerato C. Curso 2020-2021.
  • Fecha: Marzo de 2021.
  • Fuentes consultadas:
      - Cervantes Virtual, entrada Leandro Fernández de Moratín.
      - Escritores.org, entrada Leandro Fernández de Moratín.
      - Biografías y vidas, entrada Leandro Fernández de Moratín.
      - Alonso, Santos y otros: Lengua castellana y literatura.
        1º Bachillerato. Barcelona, Casals, 2016, tema 14,
        "Neoclasicismo y Prerromanticismo", pp. 306-329, especialmente
        pp. 315, 326 y 327.
Leandro Fernandez de Moratín

Leandro Fernández de Moratín nació en Madrid, el 10 de marzo de 1760.

Fue poeta y dramaturgo, como su padre, Nicolás Fernández de Moratín. Leandro perteneció al grupo de ilustrados españoles y al teatro neoclásico. Durante la guerra de Independencia, se puso de lado de José Bonaparte y, al ser derrotados los franceses, Leandro se vio obligado a exiliarse en Francia.

Gracias a la restauración de la Constitución de 1820, pudo volver a España, pero, debido a una epidemia, tuvo que volver a Francia.

Finalmente, Moratín muere en París, el 16 de mayo de 1828.

Fernández de Moratín destacó por ser un hombre inteligente y culto. Fue un afrancesado que admiraba a Francia y lo que esta representaba. Pensaba que España podía ser renovada por la influencia francesa, lo que podría ser la solución a la pobreza y al atraso cultural de nuestro país, en su opinión.

Moratín escribió poesías satíricas, prosa, teatro, epístolas, odas, sonetos, romances… Definió la comedia como:

     “la imitación en diálogo de un suceso ocurrido en un lugar y en pocas horas
entre personas particulares, por medio del cual y de la oportuna expresión de afectos
y caracteres, resultan puestos en ridículo los vicios y errores comunes de la sociedad
y recomendada, por consiguiente, la verdad y la virtud”.

Moratín fue el mejor autor de teatro del siglo XVIII, caracterizado por seguir fielmente las reglas del Neoclasicismo. Fue uno de los reformistas del teatro español, reforma que él consideraba imprescindible para representar sus obras adecuadamente. Creó un teatro que servía de vehículo de expresión y propaganda para la ilustración.

A principios del siglo XIX, aparecen sus mejores comedias (escritas con un perfecto dominio del castellano y dirigidas sobre todo a la clase media), en las que critica las costumbres de la época y la hipocresía social: El barón, La mojigata, El viejo y la niña, La comedia nueva o el café y El sí de las niñas son sus mejores obras. Esta última es considerada como la mejor de todas y la obra más representativa del Neoclasicismo español.

El sí de las niñas trata de una adolescente de dieciséis años, Doña Francisca, que es obligada por su madre a casarse con Don Diego, un hombre de 59 años. Doña Francisca está enamorada del sobrino de Don Diego, Don Carlos, un joven y apuesto capitán, así que Don Diego anula el matrimonio y critica a la madre de Doña Francisca por obligar a su hija a casarse con un hombre mucho mayor que ella y al que ella no ama. Finalmente, Don Diego permite a Doña Francisca y a Don Carlos casarse, garantizándose así el final feliz y la moraleja de intención didáctica, que propone la reforma de la sociedad.

La obra critica a la sociedad de la época utilizando la ironía, ya que por entonces se practicaba el matrimonio de conveniencia y forzoso entre niñas de clases sociales bajas y hombres mayores. Critica también la sumisión de los hijos al servicio de sus padres.

El teatro prerromántico

Autor/a: David Bayo 1º Bachillerato C. Curso 2020-2021.

* Fecha: Marzo de 2021.

  • Fuentes consultadas:

- Alonso, Santos y otros: "Tema 14. Neoclasicismo y Prerromanticismo", (en) Lengua castellana y literatura. 1º Bachillerato. Barcelona, Casals, 2016, pp. 306-329



En la década de los años setenta del siglo XVIII, llegan al teatro español ecos de una comedia de origen francés llamada comedia lacrimosa que apunta aspectos prerrománticos en el tono, el tema y los personajes. En él destaca un autor muy relacionado con el contexto: Jovellanos.

Jovellanos incurre en este género con El delincuente honrado. La obra tiene una finalidad didáctica; criticar la dureza de las leyes que castigan a los duelistas con la pena de muerte, pero a ello se une un afán por despertar la vena sensible del espectador. Jovellanos participó activamente en las reformas ilustradas y en la política de su tiempo, llegando a ser ministro de Gracia y Justicia

Destacó por su sentido de la responsabilidad y su voluntad de servicio. Entendió la política como el medio para conseguir las mejoras que transformarían el país.

También fue la gran personalidad política y literaria de la Ilustración. Centró su preocupación en los problemas sociales, y mostró gran interés por la educación, la formación profesional, la formación científico-humanística, el aprendizaje de idiomas, etc... Para defenderlos adoptó una actitud reformista muy avanzada que le costó la cárcel. Su estilo estaba caracterizado por la sencillez y la claridad. Entre sus obras más famosas encontramos: Informe sobre la Ley Agraria, Memoria sobre la educación pública y Memoria sobre espectáculos y diversiones públicas.

A través de sus temas observamos, sobre todo, su preocupación por los principales problemas de la sociedad de la época (la agricultura, la industria) y-por la educación. . Su estilo claro, elegante, está acorde con la intención expositiva y argumentativa de sus escritos. Los sentimientos de los protagonistas, que sufren, lloran y se desesperan, conmueven al público. Pero a ello se une un afán por despertar la vena sensible del espectador.

El teatro prerromántico estuvo vinculado con el género literario de mayor influencia social. Se convirtió en una verdadera escuela “para todos” ya que, desde el escenario, se difundieron ideas reformistas. Los géneros más destacables fueron la tragedia y la comedia, sobre todo esta última.

Es el género teatral típicamente ilustrado, que muestra una realidad idealizada con personajes comunes (burgueses y criados).

El impulso prerromántico más grande se debe, sin embargo, a J. J. Rousseau. Si Voltaire es el símbolo del espíritu crítico e irónico, es Rousseau el representante de lo apasionado y “sensible”, del humanitarismo naturalista.

Su idea fundamental de que el hombre es bueno por naturaleza y su negación del pecado original le lleva a considerar el progreso como malo para el hombre y a exaltar la pureza primitiva del estado natural del individuo. Sus elogios de la naturaleza sencilla y del paisaje libre y agreste son completamente distintos del artificioso bucolismo clásico.

En la primera mitad del siglo XVIII, la literatura española tiene rasgos parecidos a los del romanticismo de cien años más tarde: El concepto de la libre creación artística en Feijoo, el gusto por la escenografía efectista, el tema poético de las ruinas,Texto en negrita etc. Estos rasgos son, sin embargo, más bien restos del barroco español.

En la segunda mitad del siglo XVIII, sobre todo en el último cuarto de siglo, ofrece España las características del prerromanticismo europeo. Se justifica la unión de lo trágico y lo cómico, se valora el estilo gótico y se defiende la expresión literaria de lo maravilloso. En teatro se alía un sentimentalismo lacrimoso a reflexiones filosóficas melancólicas.

Bibliografía, webgrafía

  • Alonso, Santos y otros: Lengua castellana y literatura. 1º Bachillerato. Barcelona, Casals, 2016, tema 14 "Neoclasicismo y Prerromanticismo", pp. 306-329.

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Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (marzo de 2021): Alumnos de 1º Bachillerato C. Curso 2020-2021.
  • Revisiones, correcciones: Letraherido.