Diferencia entre revisiones de «La educación sentimental (las pérdidas afectivas) de Félicité en “Un corazón sencillo”, de Gustave Flaubert»

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Haciendo un guiño a una de las grandes novelas flaubertianas, ''La educación sentimental'', el alumno tratará de indagar en la intimidad de '''Felicidad''' a fin de comprender cómo se configura su educación sentimental, a través de las numerosas '''pérdidas''' afectivas que jalonan su biografía, que la van apartando de este mundo y acercándola al otro en un camino paulatino de '''desprendimiento''' terrenal: su novio '''Teodoro''', su sobrino '''Víctor''', '''Virginia''', '''Lulú''', '''Pablo''' y '''Mme. Aubain'''.
 
Haciendo un guiño a una de las grandes novelas flaubertianas, ''La educación sentimental'', el alumno tratará de indagar en la intimidad de '''Felicidad''' a fin de comprender cómo se configura su educación sentimental, a través de las numerosas '''pérdidas''' afectivas que jalonan su biografía, que la van apartando de este mundo y acercándola al otro en un camino paulatino de '''desprendimiento''' terrenal: su novio '''Teodoro''', su sobrino '''Víctor''', '''Virginia''', '''Lulú''', '''Pablo''' y '''Mme. Aubain'''.
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[[Archivo:Félicité_y_Loulou.jpg|thumb|'''Félicité y el loro''' de ''Un corazón Simple''.]]
  
 
==Las pérdidas afectivas de Félicité en "Un corazón sencillo" como educación sentimental de la protagonista==
 
==Las pérdidas afectivas de Félicité en "Un corazón sencillo" como educación sentimental de la protagonista==
  
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'''Félicité''' vivirá toda su vida condicionada por la historia de su infancia, la desgracia que sufre ya desde una edad temprana al quedar '''huérfana''', debido a que su padre había muerto al caer de un andamio y más tarde murió su madre (echo que no especifica el libro). Sus hermanas se dispersaron y pierde todo el contacto con su familia hasta muchos años más tarde. Así podemos decir que Felicite pasa su niñez y juventud prácticamente sola.
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Esa soledad en que Félicité vive se verá compensada en un momento de su juventud por un amor, en principio correspondido, por '''Teodoro'''. Un joven acomodado que conoció en una verbena. En realidad no se sabe si éste en verdad la amaba pero todas sus confesiones hacían que Félicité se enamorase más de él y el hecho de que ella se resistiera a yacer con él despertó también en Teodoro cierto interés. Pero ese interés se verá pronto frustrado por el miedo a ser llamado a enrolarse y por el materialismo en que vivía, se casó por interés, '''dejándola abandonada'''.
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  ''Para librarse del servicio, Teodoro se había casado con una vieja mujer muy rica, la señora Sra. Lehoussais, de Toucques.''
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Félicité queda destrozada por este abandono y desengaño de tal forma que creará un escudo en su interior para no volver a pasar por ello otra vez. Aún así albergará de nuevo sentimientos hacia un hombre, uno de los polacos que se refugiaban en Francia y que cuidaba en casa de su ama mas adelante. Éste le propuso matrimonio, pero finalmente no ocurrió nada puesto que tienen una discusión, y él se marcha.
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Otro amor que sentirá Félicité será hacia los hijos de su señora. Un amor que se podría entender como un '''instinto maternal frustrado''': al no haber tenido esposo, ella no pudo formar su propia familia ni tener sus propio hijos, por tanto, esa falta hace que vuelque toda su atención a '''Pablo y Virginia''' desde el momento en que entró a trabajar en la casa de la señora Aubain, tras el abandono de Teodoro, que le parecieron adorables desde el primer momento.
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Félicité se encargó de cuidar a los niños y también de darles el cariño que no recibían de su madre, pues eran educados con frialdad, según las normas de la clase a la que pertenecían, lo que hace que la protagonista estreche aún más los lazos con los niños.
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Mientras los cuidaba, Félicité aprendió algunas cosas con ellos, pues ella no tuvo ningún tipo de educación en su niñez, tales como las explicaciones que Pablo le daba sobre las láminas que ellos estudiaban, así como el catecismo, a base de acompañar a Virginia a la Iglesia.
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Al no haber podido pasar por todo ese proceso siendo niña lo vive al mismo tiempo que Virginia, haciendo que el lazo entre ellas se haga más fuerte.        Cuando la Señora Aubain decide '''internar''' a Pablo, Félicité sentirá con gran pesar y tristeza la pérdida, pues ya no se verá envuelta en sus alborotos. Recibirá un duro golpe cuando la Señora Aubain también decide enviar a un internado a Virginia, incluso como era muy importante para ella en un primer momento criticó la decisión de su ama de mandarla a un internado:
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  ''Félicité suspiraba, comprobando la insensibilidad de la señora. Después pensó que tal vez su ama tenía razón. Estas cosas sobrepasaban su capacidad.''
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Un día tras la marcha de Virginia, Felicite se encontró con una de sus hermanas en unos de los viajes a Trouville donde conocerá a su '''sobrino Víctor''', a quien coge mucho cariño desde el primer momento. Para distraerse pidió permiso para recibir las visitas del niño, y de alguna manera sustituir esa marcha de Pablo y Virginia por el nuevo sentimiento hacia Víctor.
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Víctor fue obligado a enrolarse por sus padres y Félicité pierde de alguna manera a su sobrino, puesto que solo iba a verla sólo cuando volvía de sus viajes. Mas adelante, Víctor tiene que partir a América y Felicité no consigue despedirse de su sobrino.
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Tras no tener noticias de él a Felicite le llega una carta en la que se le comunica que el joven está '''muerto'''. El golpe fue tan duro para Félicité que no quiso volver a tener ningún trato con su familia pues los culpaba a ellos de la muerte de su sobrino. Así, volverá a perder todo tipo de lazos con aquellos de su misma sangre.
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Poco tiempo después recibió otro golpe igual de fuerte, Virginia cayó muy enferma y en muy poco tiempo '''falleció'''. Cuando ella llega al internado, Virginia ya está muerta pero ello no le impedirá separarse de su lado hasta que vuelvan a casa, donde la enterrarán. Cuida de la niña y la limpia como si aún estuviese viva y rezando por ella. Para saber que siempre tendrá a Virginia a su lado Félicité corta un mechón de su pelo y  lo guarda en su pecho, de forma que vuelve a aparecer su instinto maternal.
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Tras las muertes de los niños, y sobre todo de la de Virginia, Félicité y la Señora Aubain '''se igualarán''' por ese dolor que ambas sienten. La señora Aubain siempre se rigió por su materialismo y por las normas de compostura, tanto con sus hijos como con su sirvienta. Pero toda esa frialdad se ve rota por la pérdida de su hija, que las igualará y hará que el respeto de Félicité por su ama crezca mucho más:
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  ''Sus ojos se cruzaron mutuamente y se les llenaron de lágrimas; por fin el ama abrió sus brazos, al sirvienta se echó en ellos; y se estrecharon,
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    ''calmando su dolor en un beso que las igualaba.''
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Félicité sufre también en gran medida con la muerte de su ama, puesto que piensa que los amos nunca deben morir antes que sus criados, y debido a la        relación que mantenían tras la muerte de Virginia. Por ello, cuando ella caerá enferma, al saber que tiene la misma enfermedad que su ama, neumonía, se ve satisfecha, por seguir así el camino que llevó la Señora Aubain.
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Estando aún en vida su ama, Félicité recibe de ella un '''loro''' como regalo. Se lo dará a su criada porque la Señora Aubain no le tenia estima al loro y porque conoce el cariño que ella tiene hacia el animal, puesto que evoca el '''recuerdo de su sobrino Víctor''' al saber que el loro venía de América. Félicité desarrollará hacia este loro un cariño y un amor superior a todo lo que conoce y se convertirá para ella en lo más importante. 
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Incluso le enseñará a hablar y así poder conversar con él. El loro ''Loulou'' se convertirá en lo único que existe y que es importante para ella:
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  ''Loulou, en su aislamiento, era casi un hijo, un enamorado.''
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Por eso cuando desaparezca por un descuido suyo, hará lo imposible por encontrarlo. Cuando el loro '''muere''', sufrió tanto por la pérdida del loro que su ama hizo que lo embalsamaran, de forma que el loro estuviera siempre con ella. Esperará durante mucho tiempo que Loulou le sea devuelto, llegando a pensar hasta que lo ha perdido para siempre, y cuando lo recupere lo instalará en su habitación donde creará un lugar de culto en torno a él.
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Finalmente, podemos concretar que la protagonista vive casi en una constante desgracia. Puesto que todas las personas e incluso animales que ha amado han terminado muertos o, como en el caso de Pablo, olvidándose de ella. Pero todo eso no hace que Félicité deje de ser bondadosa, compasiva y amable, y por tanto siga teniendo un corazón simple.
  
  
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* '''Primera redacción''' (diciembre 2014): marzap.
 
* '''Revisiones, correcciones''': Letraherido.
 
* '''Revisiones, correcciones''': Letraherido.
  
 
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[[Categoría:Literatura universal]]
 
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Revisión de 19:15 14 ene 2015

La Educación Sentimental de Gustave Flaubert.

Criterios de corrección

Haciendo un guiño a una de las grandes novelas flaubertianas, La educación sentimental, el alumno tratará de indagar en la intimidad de Felicidad a fin de comprender cómo se configura su educación sentimental, a través de las numerosas pérdidas afectivas que jalonan su biografía, que la van apartando de este mundo y acercándola al otro en un camino paulatino de desprendimiento terrenal: su novio Teodoro, su sobrino Víctor, Virginia, Lulú, Pablo y Mme. Aubain.

Félicité y el loro de Un corazón Simple.

Las pérdidas afectivas de Félicité en "Un corazón sencillo" como educación sentimental de la protagonista

Félicité vivirá toda su vida condicionada por la historia de su infancia, la desgracia que sufre ya desde una edad temprana al quedar huérfana, debido a que su padre había muerto al caer de un andamio y más tarde murió su madre (echo que no especifica el libro). Sus hermanas se dispersaron y pierde todo el contacto con su familia hasta muchos años más tarde. Así podemos decir que Felicite pasa su niñez y juventud prácticamente sola.


Esa soledad en que Félicité vive se verá compensada en un momento de su juventud por un amor, en principio correspondido, por Teodoro. Un joven acomodado que conoció en una verbena. En realidad no se sabe si éste en verdad la amaba pero todas sus confesiones hacían que Félicité se enamorase más de él y el hecho de que ella se resistiera a yacer con él despertó también en Teodoro cierto interés. Pero ese interés se verá pronto frustrado por el miedo a ser llamado a enrolarse y por el materialismo en que vivía, se casó por interés, dejándola abandonada.

 Para librarse del servicio, Teodoro se había casado con una vieja mujer muy rica, la señora Sra. Lehoussais, de Toucques. 

Félicité queda destrozada por este abandono y desengaño de tal forma que creará un escudo en su interior para no volver a pasar por ello otra vez. Aún así albergará de nuevo sentimientos hacia un hombre, uno de los polacos que se refugiaban en Francia y que cuidaba en casa de su ama mas adelante. Éste le propuso matrimonio, pero finalmente no ocurrió nada puesto que tienen una discusión, y él se marcha.


Otro amor que sentirá Félicité será hacia los hijos de su señora. Un amor que se podría entender como un instinto maternal frustrado: al no haber tenido esposo, ella no pudo formar su propia familia ni tener sus propio hijos, por tanto, esa falta hace que vuelque toda su atención a Pablo y Virginia desde el momento en que entró a trabajar en la casa de la señora Aubain, tras el abandono de Teodoro, que le parecieron adorables desde el primer momento. Félicité se encargó de cuidar a los niños y también de darles el cariño que no recibían de su madre, pues eran educados con frialdad, según las normas de la clase a la que pertenecían, lo que hace que la protagonista estreche aún más los lazos con los niños. Mientras los cuidaba, Félicité aprendió algunas cosas con ellos, pues ella no tuvo ningún tipo de educación en su niñez, tales como las explicaciones que Pablo le daba sobre las láminas que ellos estudiaban, así como el catecismo, a base de acompañar a Virginia a la Iglesia. Al no haber podido pasar por todo ese proceso siendo niña lo vive al mismo tiempo que Virginia, haciendo que el lazo entre ellas se haga más fuerte. Cuando la Señora Aubain decide internar a Pablo, Félicité sentirá con gran pesar y tristeza la pérdida, pues ya no se verá envuelta en sus alborotos. Recibirá un duro golpe cuando la Señora Aubain también decide enviar a un internado a Virginia, incluso como era muy importante para ella en un primer momento criticó la decisión de su ama de mandarla a un internado:

 Félicité suspiraba, comprobando la insensibilidad de la señora. Después pensó que tal vez su ama tenía razón. Estas cosas sobrepasaban su capacidad.


Un día tras la marcha de Virginia, Felicite se encontró con una de sus hermanas en unos de los viajes a Trouville donde conocerá a su sobrino Víctor, a quien coge mucho cariño desde el primer momento. Para distraerse pidió permiso para recibir las visitas del niño, y de alguna manera sustituir esa marcha de Pablo y Virginia por el nuevo sentimiento hacia Víctor. Víctor fue obligado a enrolarse por sus padres y Félicité pierde de alguna manera a su sobrino, puesto que solo iba a verla sólo cuando volvía de sus viajes. Mas adelante, Víctor tiene que partir a América y Felicité no consigue despedirse de su sobrino. Tras no tener noticias de él a Felicite le llega una carta en la que se le comunica que el joven está muerto. El golpe fue tan duro para Félicité que no quiso volver a tener ningún trato con su familia pues los culpaba a ellos de la muerte de su sobrino. Así, volverá a perder todo tipo de lazos con aquellos de su misma sangre.


Poco tiempo después recibió otro golpe igual de fuerte, Virginia cayó muy enferma y en muy poco tiempo falleció. Cuando ella llega al internado, Virginia ya está muerta pero ello no le impedirá separarse de su lado hasta que vuelvan a casa, donde la enterrarán. Cuida de la niña y la limpia como si aún estuviese viva y rezando por ella. Para saber que siempre tendrá a Virginia a su lado Félicité corta un mechón de su pelo y lo guarda en su pecho, de forma que vuelve a aparecer su instinto maternal.


Tras las muertes de los niños, y sobre todo de la de Virginia, Félicité y la Señora Aubain se igualarán por ese dolor que ambas sienten. La señora Aubain siempre se rigió por su materialismo y por las normas de compostura, tanto con sus hijos como con su sirvienta. Pero toda esa frialdad se ve rota por la pérdida de su hija, que las igualará y hará que el respeto de Félicité por su ama crezca mucho más:

 Sus ojos se cruzaron mutuamente y se les llenaron de lágrimas; por fin el ama abrió sus brazos, al sirvienta se echó en ellos; y se estrecharon,
   calmando su dolor en un beso que las igualaba.

Félicité sufre también en gran medida con la muerte de su ama, puesto que piensa que los amos nunca deben morir antes que sus criados, y debido a la relación que mantenían tras la muerte de Virginia. Por ello, cuando ella caerá enferma, al saber que tiene la misma enfermedad que su ama, neumonía, se ve satisfecha, por seguir así el camino que llevó la Señora Aubain.


Estando aún en vida su ama, Félicité recibe de ella un loro como regalo. Se lo dará a su criada porque la Señora Aubain no le tenia estima al loro y porque conoce el cariño que ella tiene hacia el animal, puesto que evoca el recuerdo de su sobrino Víctor al saber que el loro venía de América. Félicité desarrollará hacia este loro un cariño y un amor superior a todo lo que conoce y se convertirá para ella en lo más importante. Incluso le enseñará a hablar y así poder conversar con él. El loro Loulou se convertirá en lo único que existe y que es importante para ella:

 Loulou, en su aislamiento, era casi un hijo, un enamorado. 

Por eso cuando desaparezca por un descuido suyo, hará lo imposible por encontrarlo. Cuando el loro muere, sufrió tanto por la pérdida del loro que su ama hizo que lo embalsamaran, de forma que el loro estuviera siempre con ella. Esperará durante mucho tiempo que Loulou le sea devuelto, llegando a pensar hasta que lo ha perdido para siempre, y cuando lo recupere lo instalará en su habitación donde creará un lugar de culto en torno a él.


Finalmente, podemos concretar que la protagonista vive casi en una constante desgracia. Puesto que todas las personas e incluso animales que ha amado han terminado muertos o, como en el caso de Pablo, olvidándose de ella. Pero todo eso no hace que Félicité deje de ser bondadosa, compasiva y amable, y por tanto siga teniendo un corazón simple.


Bibliografía, webgrafía

  • CALERO HERAS, José: Literatura universal. Bachillerato. Barcelona, Octaedro, 2009, tema 8, pp. 151-162.

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (diciembre 2014): marzap.
  • Revisiones, correcciones: Letraherido.