Leyendas medievales (europeas)

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Mitología nórdica

Los mitos nórdicos ofrecen una nutrida cantidad de leyendas, protagonizadas por dioses, jotuns (gigantes), valquirias, enanos, elfos, monstruos como Fenrir, el lobo gigantesco que devorará a Odín cuando llegue el Ragnarök o fin del mundo...

El lugar donde viven los dioses es Asgaard, equivalente al Olimpo griego, en la región alta del cielo, en cuyo interior encontraremos el Valhalla o paraíso de las valquirias, que guían allí a los guerreros muertos en combate.

Entre los dioses nórdicos, el más importante es Odín, dios de la sabiduría, la guerra y la muerte. También Thor, su hijo, dios del trueno, representado siempre con su martillo guerrero. Su hermano es Loki, dios de la mentira y el caos, capaz de conspirar contra el mismo Odín y que castigado en varias ocasiones, atado a unas rocas (como Prometeo). Según la profecía nórdica, Loki se liberará cuando llegue el Ragnarök y ese día se enfrentará a los demás dioses.

Lady Godiva

  • Autora: Ainhoa Hernández Verdiel, 1º Bachillerato BB. Curso 2019/2020
  • Fecha: Enero de 2020.
Lady Godiva desnuda a caballo

Lady Godiva es un personaje de un mito medieval inglés, ambientado a principios del siglo XI. Famosa por su bondad y por su belleza, el nombre anglosajón es Godgifu o Godgyfu, que quiere decir gift of Godregalo de Dios»). Godiva es la versión latina del nombre.

La leyenda cuenta que, cuando la ambición se apoderó de su esposo, Leofric (968-1057), conde de Chester y Mercia y señor de Coventry, ella le pidió que rebajara los impuestos a sus vasallos. Su esposo accedió, pero con la condición de que Lady Godiva recorriese el pueblo de Coventry a caballo sin nada de ropa, más que su largo cabello para ocultarse de las miradas ajenas. La dama así lo hizo, pero antes los vecinos acordaron que se encerrarían en sus casas para no perturbar a la dama en su desnudez. El día elegido, Lady Godiva cumplió lo acordado y se paseó desnuda por el pueblo, montada en su caballo, mientras todos los vecinos de Coventry permanecían encerrados en sus casas y con las ventanas cerradas. El esposo, conmovido por la bondad y el arrojo de su dama, cumplió su promesa y rebajó los impuestos a sus vasallos.

Todos los ciudadanos cumplieron la palabra de no mirar a la bella y piadosa dama, menos uno: un sastre conocido más tarde como Peeping Tom (Tom el Mirón)​. Según la leyenda, el sastre no pudo resistir ver a su señora desnuda a través de un agujero en la persiana y se quedó ciego por ello. Además, la expresión pasó a designar en el idioma inglés a quien en español se llama mirón y en francés, voyeur. El verbo inglés peep significa mirar furtivamente, de ahí los 'Peep Show, de contenido erótico, en donde el cliente mira chicas desnudas a través de una mirilla o algún tipo de lente.

Esta leyenda, según los historiadores, puede estar basada en un hecho real.

Materia de Bretaña: La dama de Shalott

"La dama de Shalott" es una de las leyendas artúricas más conocidas. Pertenece a eso que llamamos la "Materia Britanniae" o "Materia de Bretaña", es decir, el conjunto de relatos que giran en torno al Rey Arturo y sus caballeros de la Tabla Redonda.

Se dice que su personaje se basa en Elaine, la bella dama de Astolat. Ha sido objeto de muchas obras de arte, poesía y ficción. Elaine era la única hija de Bernard de Astolat. En Lancelot y Elaine y en The Idylls of the King (1859), de Lord Alfred Tennyson, era una mujer modesta y humilde. Pero en la leyenda artúrica, era una dama de alto linaje.

La leyenda de Elaine, la blanca dama de la isla de Shalott, nos remite a una bella encerrada en la torre de un castillo a la que un hechizo le obliga a mirar el mundo a través de un espejo. Confinada en su prisión, Elaine se limita a observar el paso de la vida y a recrearla tejiendo maravillosos tapices esperando a un Ulises, a un caballero que la libere de su cautiverio. El apuesto galán artúrico que lo hará será el bello Lancelot.

Elaine daría pie a una leyenda preciosa. La bella, misteriosa hasta el punto de que nunca ha quedado claro si era hada, doncella encantada o dama prisionera de algún brujo, comenzaba a desesperarse encerrada en su torre. Quería asomarse a la vida a través de sus propios ojos. El tiempo se le hacía lento, los tapices que tenía que tejer infinitos… Ansiaba la libertad. Y de golpe, llegó Lancelot y ella no pudo evitarlo: se enamoró perdidamente de un amor imposible y abandonó su torre. Entonces, la maldición que la condenaba se cumple. El espejo por el que miraba el mundo se rompe y un susurro le anuncia su trágico final. Los tapices vuelan, llevados por el viento y la dama de Shalott supo que su destino se cumpliría ese mismo día. Abandona la torre y se sube a una barca. Ella misma sería su caronte. Su final es su rendición, su abandono, su conformidad, su melancólica huida.

En otra versión de la leyenda, The Ballad of Elaine, de Sydney Fowler Wright, Lancelot, famoso caballero de la corte del rey Arturo, viaja a Astolat de incógnito para competir en un torneo. Elaine se enamora profundamente de él y le solicita que lleve una prenda blanca en su honor en el torneo, a lo que él no habría accedido a causa de su amor por la reina Ginebra, la esposa de Arturo. Lancelot es herido en el torneo por Bors y cae enfermo. Elaine permanece junto a él día y noche, cuidándolo hasta que se recupera. Cuando por fin Lancelot se restablece, le anuncia que se irá. Elaine le pide que se quede y se case con ella, pero el amor por Ginebra es demasiado fuerte. Lancelot deja Astolat y Elaine, a los pocos días, muere de tristeza.

Su familia coloca el cuerpo de Elaine en una barca y la deja a la deriva en el río Támesis, con un lirio en una mano y una carta de su puño y letra en la otra. La barca llega hasta Camelot, donde es descubierta por la corte. La dama empieza a ser llamada la pequeña doncella del lirio. Lancelot es convocado de inmediato y escucha el contenido de la carta redactada por Elaine. Conmovido, explica lo sucedido al Rey y se encarga de costear un espléndido funeral para la muchacha.

Una leyenda trágica, de amores imposibles, cuyo principal propósito parece ser revelarnos hasta qué punto la pasión prohibida de Lanzarote por Ginebra era indestructible.

Materia de Bretaña: Tristán e Iseo

  • Autores/as:
  • Fecha: Diciembre de 2019.

Materia de Bretaña: Sir Gawain y el caballero verde

  • Autores/as:
  • Fecha: Diciembre de 2019.

Materia de Bretaña: La leyenda de Excalibur

Espada Excálibur
  • Autor: José Miguel Arévalo, 1º Bachillerato BB.
  • Fecha: Enero 2020.

Excálibur fue el nombre que se le dio a la espada del rey Arturo, a la que se le atribuían diferentes propiedades extraordinarias que solo tenía ella. Es una de las espadas más famosas de la historia, al igual que:

  • Ascalon, espada de San Jorge;
  • Tizona y Colada, espadas del Cid Campeador;
  • Lobera, de Fernando III el Santo;
  • Joyeuse ("Alegre"), de Carlomagno;
  • Durendal (o Durindana), espada de Roland, sobrino de Carlomagno y héroe de la Chanson de Roland y que, según se decía, había pertenecido a Héctor de Troya;
  • Zulfiqar, del profeta Mahoma y el imán Alí.

En otras culturas, tienen también sus armas históricas: las cimitarras musulmanas, las katanas japonesas, los floretes, los sables, las dagas, etc. También existen espadas literarias o ficticias, como Narsil, que aparece en El señor de los anillos, de J.R.R. Tolkien; Atlantean, de Conan, el Bárbaro; o los sables-láser de La Guerra de las Galaxias.

Existen varias teorías sobre el origen del nombre de Excalibur. Una de las más aceptadas seria que proviene del latín Ex Calce Liberatus, lo que se traduce como Liberada de la piedra, lo que tiene sentido, teniendo en cuenta la leyenda de la espada arrancada de la piedra por el futuro heredero del trono de Inglaterra. Aun así, en numerosos escritos ha sido llamada de diferentes formas. En la leyenda galesa, Excálibur recibe el nombre de “Caledfwlch”, así aparece el "Romance del guerrero de Arturo", donde Llenlleawg, un caballero irlandés, roba un caldero mágico y mata a un rey llamado Diwrnach.

En los relatos sobrevividos del rey Arturo, se destacan dos leyendas.

  • En la primera, al morir el rey Uther Pendragon, Merlín forjó en la isla de Ávalon (la isla de las hadas) una espada (Excálibur) y la clavó en una piedra que estaba al lado de una capilla de Londres. Esta versión es la recogida, por ejemplo, en el Merlín del francés Robert de Boron.
  • En la segunda, se cuenta que Arturo había roto su espada durante un combate contra Sir Pellinore. Merlín llevó a su discípulo a un lago, del cual surgió una bella joven, la Dama del Lago, que era una bruja poderosa que podía caminar sobre las aguas y tenía un castillo en el fondo de aquellas aguas. La Dama tenía en su poder a Excálibur, una espada mágica. Merlín le pidió dicha espada para su pupilo Arturo y ella se la entregó. La espada estaba guardada en una vaina que hizo que el Rey no perdiese sangre cuando la llevaba a las batallas. Merlín le advirtió a Arturo que tuviese cuidado, porque un día llegaría una mujer digna de su confianza y le arrebataría la vaina de Excálibur para siempre. Esta segunda versión es la retomada por Sir Thomas Malory, y en ella se cuenta, además, cómo Arturo, moribundo, ordena a uno de sus caballeros que arroje su espada al estanque en el que habita Nimue, la Dama del Lago. Este caballero, que primero desobedece y luego acepta la orden de muy mala gana, es llamado Griflet, Bedivere, Lanzarote o Perceval, de acuerdo al relato.

Cuando el caballero lanza la espada al estanque, una mano vestida de seda blanca (Nimue) surge de la superficie del agua, toma la espada y luego desaparece en las profundidades. Este relato sobre el retorno de Excálibur al lago podría estar basado en las costumbres de algunos pueblos celtas de lanzar a los lagos algunas pertenencias de los grandes guerreros que acababan de morir como ofrenda a sus dioses.

La leyenda dice también que la espada descansa junto con el Rey en la isla de Ávalón, aguardando el día de su regreso.

Robin Hood

Cuenta la leyenda que, hace mucho, mucho tiempo, vivía un bandido en las inmediaciones del bosque de Sherwood, en el condado de Nottinghamshire.

Robin Hood

Pero no se trataba de un forajido cualquiera, sino de uno con fines altruistas: el de robar a los ricos para dárselo a los pobres.

Por aquella época, se producían muchas injusticias sociales, y los aldeanos tenían que pagar muchos impuestos a la realeza, hecho que no estaba nada bien, a ojos de nuestro protagonista. Su nombre, Robin Hood o Robin de los Bosques, el cual se pasaba la vida retando al sheriff de Nottingham y elaborando emboscadas para conseguir devolverle al pueblo lo que le correspondía, su dinero robado mediante grandes tasas.

Dicen que Robin era el mejor arquero de toda Inglaterra y que, a través de su arco y sus flechas, ejercía el bien. En esta época, la nobleza tenía mucho poder y cualquiera que se atreviera a plantarle cara era tachado de enemigo público.

Robin viviría en el bosque para llevar a cabo su venganza contra el rey y los suyos, hasta que una vez cayó herido gravemente y se refugió en el convento de Kirklees.

Antes de fallecer, lanzó una flecha a través de una ventana y pidió ser enterrado en el lugar en el que cayera la misma.

Actualmente, una lápida señala el lugar en el que supuestamente este hecho ocurrió y en donde Robin fue sepultado.

Más información:

Guillermo Tell, el libertador de Suiza

  • Autora: Lucía Pozo Castán 1º Bachillerato B. Curso 2020-2021
  • Fecha: Enero de 2021

Guillermo Tell es un personaje legendario de la independencia suiza en el siglo XIV. No existe ninguna prueba documental contemporánea a la fecha de la existencia de Guillermo Tell que pueda probar que se tratase de un personaje real.

Archivo:Guillermotell.png
Guillermo Tell disparando su ballesta a la manzana encima de la cabeza de su hijo

Según la leyenda, Tell era un habitante de Bürglen, ballestero, famoso por su puntería, de finales del siglo XIII y principios del XIV. Cierto día en el que Guillermo Tell, pasaba por la plaza mayor de Altdorf acompañado por su hijo, rehusó inclinarse en señal de respeto ante el sombrero instalado en la plaza simbolizando al soberano de la Casa de Habsburgo. Ante tal muestra de rebeldía ante su legítimo señor, el gobernador de Altdorf, Hermann Gessler, detuvo a Tell. Habiendo llegado a sus oídos su fama como ballestero, le obligó a disparar su ballesta contra una manzana verde colocada sobre la cabeza de su propio hijo, el cual se hallaba a 100 pasos de distancia. Si Tell acertaba, sería librado de cualquier cargo. Si no lo hacía, sería condenado a muerte. Tell introdujo dos flechas en su ballesta, apuntó y gracias a su habilidad como ballestero consiguió acertar en la manzana sin herir a su hijo. Cuando el gobernador le preguntó la razón de la segunda flecha, Guillermo Tell le contestó que estaba dirigida al corazón del malvado gobernador en caso de que la primera hubiera herido a su hijo.

Enfurecido por la respuesta, volvió a detenerlo y mandó que lo encarcelaran en el castillo de Küssnacht. Tell, desatado por los guardianes para que pudiera llevarlos a tierra, se hizo con el control del barco y logró llevarlo a la orilla. Apenas desembarcado, Guillermo Tell huyó, tendiendo poco después una emboscada al gobernador y matándolo con su segunda flecha.

La leyenda de Drácula

Del mismo modo que Sherlock Holmes es el detective más conocido o Don Quijote el loco más famoso del mundo, Drácula gana el oro, sin lugar a dudas, en ser el más popular de los vampiros. La mayoría lo conocieron a oscuras, ante cientos de escalofriantes fotogramas que los mantenían inmóviles en sus butacas. No en vano, Drácula es el personaje de ficción más veces llevado a la gran pantalla. Sus colores son el rojo sangre, el negro sobrio y el blanco oxigenado; no se refleja en los espejos; no tolera la luz y, un detalle importante, nuestro solitario diurno comparte sus noches con una legión de mujeres de curvas sinuosas y cuellos mordidos, en un castillo irremediablemente aislado del mundanal ruido.

Pero sí hubo un Drácula real, aunque bien distinto del mito literario y cinematográfico. El Drácula real no fue nada romántico, aunque sí hubo mucha sangre en su vida. Vlad III, señor feudal de los Cárpatos, apodado Draculea (el hijo del diablo), era el primogénito del príncipe de Valaquia, territorio de la actual Rumanía,Vlad II, también llamado Dracul (diablo) por su crueldad y sangre fría, características que heredó su hijo. Murió en 1476, en Rumanía, asesinado en una emboscada, probablemente llevada a cabo por sus propios soldados, quienes entregaron su cabeza a los turcos. El trofeo fue colgado de una estaca en el centro de Estambul. Vlad es considerado un personaje importante de la historia de su país, incluso admirado y defendido por algunos que lo consideran un patriota que castigaba a traidores y ladrones. No hay que olvidar que, en aquellos tiempos, el territorio rumano era acosado por el Imperio Otomano, por los húngaros y, en el interior, por nobles sanguinarios que luchaban entre sí con ferocidad.

Vlad III reinó en Valaquia de 1456 a 1462 y aterrorizó a sus súbditos con asesinatos en masa. Se cree que liquidó a más de cien mil personas y que disfrutaba asistiendo a muertes lentas, que incluían torturas, descuartizamientos y sobre todo empalamientos, de donde le viene su siniestro apodo, Vlad Tepes ("el empalador"). Pero no parece probable que mordiera cuellos. Fue un tirano y un guerrero cruel, pero no un vampiro. Esa cualidad le fue atribuida en las narraciones germánicas y rusas inspiradas en la mitología rumana del vampirismo.

Vlad vivió una infancia traumática, pues fue entregado por su padre a los turcos, sus aliados contra los húngaros, y fue criado por el sultán Murat II, padre de Mehmet II. En Rumanía fue venerado como paladín de la cristiandad contra la invasión musulmana, pese a que siempre se le representa con la estrella de ocho puntas, nunca con una cruz. Jamás se supo qué ocurrió con sus restos, supuestamente enterrados en el monasterio de Snagov.

Años más tarde, Bram Stoker tomó al personaje para ser la versión que hoy conocemos como Drácula. La fusión que hizo el escritor de terror y dramatismo convierte Drácula en una obra magistral, llevada varias veces a Hollywood. Por las novelas, lo asociamos con un vampiro sádico, pero refinado y romántico, que regresa de las tinieblas en busca de cuellos jóvenes que alimenten su eterno deambular por la noche de los tiempos.

Más información:

La leyenda del Holandés Errante

(Versión de Paola Artmann)

Hace algo más de 500 años, existió un hombre devoto del mar llamado Hendrik Van der Decken. A este hombre se le encomendó la tarea de comandar un buque conocido como El Holandés Errante. Cuando el capitán y su tripulación se dirigían a las Indias Orientales desde Ámsterdam, con el propósito de hacer fortuna, se vieron atrapados en medio de un desmedido temporal, que dañó seriamente la embarcación, haciendo añicos el timón y rasgando las velas.

A eso de la medianoche, cerca al cabo de Buena Esperanza, cuando parecía que había llegado la calma, el canto del viento se convirtió en un grito furioso que golpeó los mástiles y sacudió el buque con tal violencia que la tripulación comenzó a gritarle al capitán:

—¡Debemos regresar, el buque ha recibido mucho daño y nuestras vidas peligran!

Pero el capitán Van der Decken era muy codicioso y no lo afectaba poner en peligro su vida ni la de los demás, así que respondió de manera desafiante:

—¡El viaje continúa, aunque tenga que surcar los mares hasta el fin de los tiempos!

Tras la inesperada respuesta, los marineros se rebelaron contra él, pero el capitán, rayando la locura, amenazó con tirar por la borda a quien contradijera sus palabras. Alarmados, los hombres se arrodillaron y comenzaron a rezar; la embarcación estaba a punto de zozobrar.

De repente, el firmamento se partió en dos y surgió una luz divina que iluminó el mar. De la luz descendió una figura celestial que se enfrentó al capitán, diciéndole:

—Tú que antepones la ambición al sufrimiento ajeno, de ahora en adelante serás condenado a recorrer el océano eternamente entre tormentas y tempestades. Desde hoy, solo podrás comer hierro al rojo vivo y beber hiel.

Acto seguido, la figura celestial desapareció llevándose con ella toda la tripulación.

Y fue así como el capitán Hendrik Van der Decken y el buque conocido como El Holandés Errante, fueron convertidos en fantasmas y condenados a vagar sin rumbo por los mares, hasta el fin de los tiempos.

El audio con la leyenda puede oírse en el enlace:

Bibliografía, webgrafía

  • CALERO HERAS, José, "Tema 4. Literatura medieval", en Literatura universal. Bachillerato. Barcelona, Octaedro, 2009, pp. 54-76.
  • IBORRA, Enric, "Tema 3. Literatura medieval", en Literatura universal. Bachillerato. Alzira, Algar, 2016, pp. 54-84.
  • Brave, de Walt Disney, trabajo de Ainhoa Hernández y Lorena Bolívar. 1º Bachillerato BB. Curso 2019-2020.

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Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (noviembre 2019): Letraherido.
  • Revisiones, correcciones: Letraherido.