Diferencia entre revisiones de «El corral de comedias. Posibilidades escénicas y función social del teatro áureo español»

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* [http://www.avempace.com/articulo/lu-4-renacimiento-y-barroco-europeos-siglos-xvi-y-xvii LU-05. Renacimiento, clasicismo y barroco europeos], página web del IES ''Avempace''.
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*  [http://www.avempace.com/index.php?s=file_download&id=3375 Molière (1622-1673)], documento en la web del IES ''Avempace''.
  
 
* [http://www.avempace.com/index.php?s=file_download&id=5543 La Commedia dell'Arte], documento en la web del IES ''Avempace''.
 
* [http://www.avempace.com/index.php?s=file_download&id=5543 La Commedia dell'Arte], documento en la web del IES ''Avempace''.

Revisión de 08:05 15 abr 2018

El corral de comedias

En su origen, siglos XVI y XVII, los corrales de comedias eran patios interiores de casas, en los que se había levantado un tablado (el escenario) y cuyos espacios se aprovechaban para alojar a un público variado. Las representaciones se hacían de día. La sala carecía de techo y sólo tenia un toldo que protegía del sol. El escenario disponía de cortinas en su fondo que ocultaban los vestuarios. La ausencia de telón condicionó la representación: había que recurrir a otros procedimientos para avisar a la audiencia de que comenzaba la representación: ruido inicial, música...

Hasta el siglo XVIII, no empezaron a construirse edificios específicamente pensados para las representaciones escénicas. Los teatros "a la italiana", los que tienen palcos y un gran espacio para la escena, separado del patio de butacas por un foso, fueron los más frecuentes. En Zaragoza, por ejemplo, el Teatro Principal es de estilo italiano.

Partes de un corral de comedias

Corral del comedias
  • El Zaguán. Acceso desde la calle al recinto; durante las obras de restauración de los años 50 apareció allí una baraja fechada en 1725, hoy conservada en el Mueso Nacional del Teatro.
  • La Alojería. Soportal frente al escenario donde se vendía, además de fruta y frutos secos, la aloja, bebida elaborada con agua, miel y especias.
  • El Patio central del edificio, que por tener los precios más baratos ocupaban de pie los hombres de clase social más baja. Si pagaban algo más, podían sentarse en gradas bajo los soportales.
  • La Cazuela y la Tertulia o Desván. El primer corredor frente al escenario, ocupado por mujeres, que accedían a él por una entrada diferente a la de los hombres, por no permitirse en el recinto la relación entre ambos sexos. La Tertulia o Desván es el corredor sobre la Cazuela.
  • Los Aposentos o Galerías. Corredores a modo de palcos en altura, a derecha e izquierda y de mayor precio que el resto de las localidades, reservados a familias de mayor poder adquisitivo, caso de los “principales de la ciudad” (regidores y alcaldes del concejo). Allí sí podían mezclarse hombres y mujeres. Haciendo gala de su posición social, lugar privilegiado para ver y ser vistos.
  • El Tablado. Escenario, bajo el que se encontraba la bodega que hacía las veces de camerino de actores y daba entrada a escena a los personajes del inframundo a través del escotillón, trampilla situada en el tablado. Los camerinos de las actrices se ubicaban tras la fachada del teatro, que servía de escenografía para la representación.

Posibilidades escénicas y función del teatro áureo español

Las posibilidades escénicas del corral de comedias español son limitadas, pues no contaba con una gran tramoya teatral y el escenario era más bien de reducidas dimensiones. Las representaciones eran humildes y las compañías, pequeñas en número y en recursos.

En cuanto a la función del teatro, servía para afirmar los valores tradicionales de la monarquía católica española. Normalmente, el rey suele aparecer al final de las obras de Lope y Calderón y sus respectivas escuelas y garantizaba la justicia, impartiéndola de manera indiscutible, en su propio nombre y en el de Dios. El rey es un garante que restablece el orden social y perdona la vida al villano -es decir, el plebeyo de origen humilde-, al tiempo que castiga al noble que abusa de su poder. Este esquema es el que aparece, por ejemplo, en El mejor alcalde, el rey, Fuenteovejuna, Peribáñez y el comendador de Ocaña, de Lope de Vega.

Como gran espectáculo de masas que fue, el teatro áureo intentaba sobre todo divertir al público y también reafirmar la moral tradicional española. En ese sentido, no es un teatro ni mucho menos subversivo, sino de afirmación del régimen imperante. Es por eso por lo que las figuras del rey y los nobles están tratadas con respeto y por lo que hay un personaje característico que hace reír al público: el gracioso o donaire, un personaje de la clase baja, un siervo vivo, inteligente y burlón.

Por otro lado, en las comedias del teatro español del Siglo de Oro se procura siempre un final feliz que agrade al público. Es por eso por lo que el desenlace suelen ser las dobles bodas del galán con la dama y del criado con la criada. El matrimonio solo se concibe dentro de cada clase social. Es decir, es impensable una unión que atente contra el principio de división de clases, pues sería una posición considerada subversiva y, por tanto, eliminada por el poder.

En definitiva, el teatro nacional del siglo XVII es un espectáculo de masas que busca entretener y, al tiempo, sirve de correa de transmisión de los principios fundamentales de la organización social de España en la Edad de Oro. Esto es lo que da al conjunto no solo un gran valor literario, sino también un enorme interés histórico, social, económico y político.

Bibliografía, webgrafía

Edición, corrección, revisión

  • Primera redacción (Marzo 2018): Sabrina Yahi
  • Revisiones, correcciones: