El espacio en “Un corazón sencillo”, de Gustave Flaubert

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Revisión de 14:11 10 jun 2016 por Letraherido (Discusión | contribuciones) (El espacio en "Un corazón sencillo", de Gustave Flaubert)

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Criterios de corrección

En la pregunta sobre "Un corazón sencillo" se valorarán las apreciaciones sobre los distintos espacios que aparecen en el relato en su relación con los personajes: Pont-l’Évêque, Trouville y Roches-Noires; los espacios de origen, los terapéuticos, los educativos, los de despedida; espacios cercanos y lejanos; tierra y mar, casa y naturaleza, la iglesia y el cementerio. El viaje como transición de unos espacios a otros; personajes que viajan y sus razones; personajes que apenas viajan (la señora Saint-Aubin y Felicidad, fuertemente enraizadas en su tierra).

El espacio en "Un corazón sencillo", de Gustave Flaubert

"Un corazón sencillo" es un cuento breve, de unas treinta páginas, que Flaubert ambienta en su Normandía natal, como también ambientó allí su obra maestra, Madame Bovary. El escritor escribió este cuento con su habitual cuidado expresivo, intentando dar a la prosa la misma calidad que tenía ya el verso francés, buscando "le mot juste", la palabra exacta. De manera que sabemos que eligió con muchísimo cuidado cada vocablo y que trabajó en intensas jornadas de trabajo de diez o doce horas de escritura para conseguir escribir... ¡unas líneas! Es por ello por lo que tardó unos tres años en escribir este cuento.

Además, sabemos que lo escribió para satisfacer a su amiga Georges Sand, que siempre le decía en sus cartas que él sería incapaz de escribir una historia tierna, entrañable, que sólo valía para las acerbas críticas sociales e individuales, en las que mostraba certeramente la estupidez humana. Flaubert quiso demostrar a su admirada colega de profesión que esto no era así, y es por eso por lo que se ambientó en los lugares normandos que mejor conocía y se inspiró en personajes que para él eran familiares.

Madame Aubain, orgullosa pequeña propietaria, clasista, provinciana, tiene mucho de su propia madre, con la que el escritor, soltero, ermitaño (él mismo se llamaba "el ermitaño de Croisset", por el gabinete donde escribía, y se consideraba un "obrero de las palabras", un proletario de la escritura), consagrado a su oficio, vivió hasta la muerte de aquella. Y Félicité, que se llama como la criada de Madame Bovary en la novela homónima, tiene mucho de la criada que los Flaubert tuvieron en su propia casa y que permaneció con ellos más de cincuenta años a su servicio.

Quiso la vida que cuando Flaubert terminara su cuento, su amiga ya hubiera fallecido, por lo que no pudo verlo terminado. El escritor se había tomado en serio esta obrita, que podemos considerar su última joya literaria, ya que, poco después, fallecería él también. Sabemos que se documentó, como acostumbraba, intensamente y que incluso realizó viajes físicos en coche de caballos a los lugares que describe en el cuento, y que no quedaban muy distantes de la ciudad de Ruán, capital de Normandía, en la que él vivía. Aparecen así lugares como Pont-l’Evêque, Trouville y Roches-Noires, realmente existentes y recorridos por el autor. No hay que olvidar que él es considerado el jefe de filas del realismo, aunque él no quería encabezar ninguna escuela.

En realidad, todo el relato transcurre en la casa -allí, por ejemplo, es donde los amigos y parientes (entre ellos, el viajo crapuloso marqués de Gremanville, el oficial del ayuntamiento, el escribiente, etc.) de la señora Aubain la visitan- y el pueblo donde vive el ama de Félicité, Mme. Aubain, en Pont-l'Évêque; y si se habla de otros lugares es porque el narrador omnisciente, característico de las narraciones del siglo XIX, hace algún flash-back para informarnos de cómo ha sido la vida de la criada hasta llegar a su destino actual.

Así nos enteramos de que el padre de Félicité se cayó de un andamio y se mató, que su madre murió pronto y los hermanos se dispersaron, que ella trabajó en una granja donde la maltrataban; que tuvo de novio a Teodoro, pero que este prefirió casarse con una vieja viuda con buena hacienda (delante de la cual, pasará Félicité en una excursión con su ama para visitar a los colonos de aquella); también nos informa el autor de que en un prado normando, de regreso a casa, un toro está a punto de embestir a la criada, el ama y los niños Paul y Virginie. O nos cuenta cómo Félicité se encuentra a su sobrino, Víctor, en un puerto de mar, y cómo la madre de aquel, hermana de Félicité, decide enviárselo por quitarse una boca que alimentar de su propio hogar.

Los lugares son evocados en su relación con los personajes. Por ejemplo, cuando Paul crece y se hace un hombrecito, se va de Pont-l'Évêque a la ciudad de Caen; Virginie se va a estudiar con las ursulinas de Honfleur, y allí contrae el tifus y muere, llenando de desesperación a su madre y a la criada. En cuanto a Víctor, decide hacerse marino y, al principio, solo practica la navegación de bajura, por lo que se citan lugares cercanos como Le Havre o Brighton. Pero después, se embarca para las Américas y, rumbo hacia allí, muere en alta mar. Flaubert, en un detalle más de su cruel ironía, convierte el nombre de este personaje, Víctor, el vencedor, en un sarcasmo, pues es un joven desgraciado devorado prematuramente por la parca.

Hay un personaje en el relato que no sabemos de dónde viene, pero sí que representa el exotismo. Estamos hablando, naturalmente, del loro Lulú, que el subprefecto regala a Mme. Aubain cuando es ascendido y se va a París. El loro tenía en tiempos de Flaubert una aura de exotismo, como lo demuestra el hecho de que el escritor diga que todos los loros se llaman "Jacquot" (en español, diríamos "todos los loros se llaman "Perico").

Hay también un personaje del que un día llega la noticia de que ha muerto. Entonces, se descubre que solía ir frecuentemente al pueblo de al lado, porque allí tenía "un lío" con una mujer, a la que había hecho un hijo natural.

Un lugar muy importante en el relato son las propias calles del pueblo por donde transcurre la procesión del Corpus Christi, ya que en esa procesión Félicité consigue que se luzca el cuerpo disecado de su querido Lulú. La escena resulta grotesca, casi pagana, idólatra. Uno de esos contrastes cargados de ironía y crítica social de los que tanto gustaba Flaubert.

Finalmente, cuando Mme. Aubain, se muere, Félicité se quedará en la casa, como si de un mueble más de ella se tratara. Allí aguanta todo, las goteras, el frío, la enfermedad y, en último término, la muerte.

Para concluir esta pregunta, diremos que la geografía de "Un corazón simple" es fuertemente realista (se suele decir tradicionalmente que también el realismo es la característica fundamental de la literatura española, según eruditos como, por ejemplo, Menéndez Pidal). También los personajes están inspirados en personas que Flaubert conoció y trató. Y es que el autor se inspiraba en el ambiente en que vivía. Le gustaba describir lugares y personas exhaustivamente para hacer creíble la acción, que siempre es una acción mínima.

Bibliografía y webgrafía

  • CALERO HERAS, José: Literatura universal. Bachillerato. Barcelona, Octaedro, 2009, tema 8, pp. 151-162.

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (junio 2016): Letraherido.
  • Revisiones, correcciones: