''El caballero de Olmedo'' (1620). Texto 2 y cuestiones relacionadas

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El caballero de Olmedo. Texto 2

FABIA.–  Ayer
         te vi en la feria perdido
         tras una cierta doncella
         que en forma de labradora
         encubría el ser señora,
         no el ser tan hermosa y bella:
         que pienso que doña Inés
         es de Medina la flor.
ALONSO.– Acertaste con mi amor.
         Esa labradora es
         fuego que me abrasa y arde.
FABIA.–  Alto has picado.
ALONSO.– El deseo
         de su honor.
FABIA.–  Así lo creo

Pregunta 1 - Caracterice los personajes mencionados en el texto destacando sus elementos más significativos en el drama

En el texto aparecen dos personajes, Fabia, la alcahueta, y don Alonso Manrique, el caballero de Olmedo.

  • Fabia es un personaje heredado de la tradición literaria, concretamente de la Celestina, que es una obra muy admirada por Lope y a la que él rinde conscientemente homenaje en su propia obra. En el texto (fuera del fragmento), se la llama incluso "madre", como a la "madre Celestina", según era uso por entonces. Fabia tiene, como el modelo literario del que procede, esa condición de tercera o mediadora, pero también la de hechicera y engañadora; y también se dice de ella que tiene la "mala fama" que corresponde a alguien de su condición, y que es lo contrario de aquella vida de la fama (de la "buena fama") que Jorge Manrique, en el siglo XV, en sus "Coplas a la muerte de su padre", consideraba la "vida tercera", a medio camino entre la terrenal y la celestial, y pregonaba para la meritoria existencia de su progenitor, don Rodrigo Manrique, maestre de Santiago. En definitiva, Fabia es una Celestina, mágica y temible como aquella, hechicera y enredadora. Su carácter demoniaco se ve acentuado en el texto cuando fuerza a Tello a que la acompañe y ayude para quitarle una muela al ladrón que había sido ahorcado el día anterior, sin duda para usarla como ingrediente en alguna de sus diabólicas pócimas de brujería. Tello tiene que ir con ella y llevar una escalera por la que Fabia subirá para alcanzar el cadáver y arrancarle la pieza que ella codicia.
  • En cuanto a don Alonso Manrique, es el héroe de la historia, el galán enamorado de Inés. Hombre de noble cuna, rico, regidor de Olmedo y comendador de Santiago, es valiente; hábil alanceador de los toros, a los que aniquila con su fuerza; temible enemigo de sus enemigos e imbatible en el cuerpo a cuerpo, lo que determina que sus asesinos, don Rodrigo y don Fernando, deban matarlo alevosamente, a traición y por la noche, en una emboscada. Alonso es impulsivo, se entrega al frenesí de su pasión sin parar en obstáculos ni temer las consecuencias. Y en el campo de batalla, es igual que en los lances del amor. En el camino de regreso a casa, desde Medina a Olmedo, oye por dos veces los premonitorios avisos de una Sombra y una Voz.
     "LA VOZ.– Sombras le avisaron que no saliese,
y le aconsejaron
que no se fuese
el caballero [...]"

Pero porque no lo tome nadie por cobarde sigue adelante y, finalmente, sucumbe. Su propio ardor es el que hace que el Rey don Juan y el Condestable don Álvaro de Luna lo tengan en gran estima, pero también es lo que lo conduce a la perdición.

     "ALONSO.- ¡Qué poco crédito di
a los avisos del cielo!
Valor propio me ha engañado,
y muerto envidias y celos."

Como caballero cristiano, cuando se siente morir pone en paz su espíritu:

     "ALONSO
     Tello, Tello, ya no es tiempo
más que de salvar el alma.
Ponme en tu caballo presto
y llévame a ver mis padres."
  • El tercer personaje al que se alude en el fragmento, sin decir su nombre, es Inés, la enamorada de don Alonso. De ella dice Fabia:
     "una cierta doncella
que en forma de labradora
encubría el ser señora,
no el ser tan hermosa y bella:
que pienso que doña Inés
es de Medina la flor."

Lope de Vega defendía los valores tradicionales, conservadores, cristianos e imperiales de nuestro país. Pero siempre fue favorable al movimiento de reivindicación del honor también para los villanos ricos, para los plebeyos bien posicionados en la sociedad. Los conservadores más intransigentes defendían que solo tenían derecho al honor y a la honra los nobles de nacimiento. Pero Lope, Calderón y otros defendían lo contrario: el derecho al honor de los villanos, como se ve en algunas obras: Fuenteovejuna, El alcalde de Zalamea, Peribáñez y el comendador de Ocaña..., hasta el punto de que el villano puede defender su honra incluso contra el noble que la burla, como ocurre en El alcalde de Zalamea, donde el capitán Álvaro de Figueroa violenta a la hija del regidor Pedro Crespo y este lo hace ajusticiar, al negarse el aristocrático militar a casarse con una plebeya.

Aquí, vemos como Inés, a pesar de ser labradora (de casa rica), es una señora capaz da enamorar al aristocrático don Álvaro, regidor de Olmedo y caballero de Santiago. Si él es la flor de su pueblo, ella lo es del suyo. Es decir, une a sus excelencias físicas las cualidades de una perfecta dama española y cristiana. El texto deja claro que ambos tienen el favor del pueblo, que vitorea el valor de Alonso y admira la belleza y discreción de Inés.

La intervención de Inés en toda la obra es importante, provindencial incluso, porque ella es capaz de enamorar al galán y de enfrentarse al destino que para ella había elegido su padre. Se niega a casarse con don Rodrigo, intenta -y consigue- que su padre acepte su boda con don Alonso y, cuando se entera del vil asesinato de su amado, pide justicia al Rey, lo que hace que este la conceda y que los rastreros asesinos, don Rodrigo y don Fernando, sean ajusticiados.

Entre los tres personajes citados en el fragmento, se crea de algún modo un triángulo: Alonso es el galán, inevitablemente enamorado de la belleza de la dama (Inés) y sirviéndose de la antítesis de aquella, la bruja (Fabia). El parecido de este esquema con el de la Celestina es más que evidente.

Bibliografía y webgrafía

  • Corral de comedias, documento gráfico en la web del Departamento de Lengua del IES Avempace.
  • Lope de Vega, El caballero de Olmedo. Ed.: Joseph Pérez. Madrid, Clásicos Castalia, 1983.
  • Lope de Vega, El caballero de Olmedo. Ed.: Felipe B. Pedraza. Barcelona, Vicens Vives, 1996. Col. Clásicos Hispánicos.

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Teatro

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Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (septiembre 2019): Letraherido.
  • Revisiones, correcciones: Letraherido.