La guerra y la revolución en ''El vino de la soledad'', de Irène Némirovsky

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Criterios de corrección

En la pregunta sobre la guerra y la revolución en El vino de la soledad el alumno deberá referirse a la presencia de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y de la Revolución Rusa de 1917 en las partes II y III de la novela. Presencia que se percibe en el trasfondo (los periódicos; las mujeres pidiendo pan; los rumores; los lejanos y atenuados disparos, los cañonazos y los incendios; los cortes de electricidad; las numerosas muertes) y no en primer plano (las personas de clase acomodada como los Karol parecen vivir al margen de ellas), pero cuyos ecos y consecuencias alcanzan a los personajes, cambiándolos (Karol y sus amigos aprovechan para sacar beneficio), mediatizando su evolución (Elena), envejeciéndolos (Mlle. Rose), enviándolos al exilio (los Karol a Francia).

La guerra y la revolución en El vino de la soledad, de Irène Némirosky

El vino de la soledad es la historia de una venganza, una fábula sobre cómo una infancia desgraciada puede marcar para siempre la vida de una persona adulta. En la novela, lo más importante es el juego de relaciones familiares que se establece entre Boris Karol, su mujer Bella y su hija Elena Karol, especialmente el análisis de la relación madre-hija, que puede interpretarse como una relectura del cuento tradicional de Blancanieves, dado que Bella actúa como una madrastra más que como una verdadera madre. Como en el cuento, se establece una competencia estética entre la madre, que querría seguir siendo la más bonita, y la hija que, a medida que va creciendo, va conquistando una feminidad cada vez más segura de sí misma. Cuando la novela termina, Elena se lanza a la conquista de su nueva vida, ahora ya en Francia y alejada del ambiente familiar degradado donde se vio obligada a crecer.

Obviamente, la acción narrativa debe estar siempre ubicada en un tiempo y un espacio concretos. Y en este caso, dado el marcado carácter autobiográfico del relato, las circunstancias espacio-temporales de la protagonista, Elena Karol, coinciden con las que vivió en la vida real la autora, Irène Némirovsky. La guerra civil rusa entre los blancos (zaristas) y los rojos (bolcheviques), es decir, la Revolución rusa de octubre de 1917, así como la Primera Guerra Mundial (1914-1918), funcionan como trasfondo histórico en el que se explican las decisiones de los personajes.

Es así como se pueden entender, principalmente en las partes IIª y IIIª de la novela, las alusiones a los periódicos y sus noticias sobre la marcha de los asuntos bélicos; los rumores sobre avances y retrocesos de las tropas; las páginas en las que aparecen varias mujeres pidiendo pan; las referencias a los lejanos y atenuados disparos, los cañonazos y los incendios; las alusiones a los cortes de electricidad; las numerosas muertes que se producen en algunos momentos concretos de la acción...

Es cierto que las circunstancias históricas en que se sitúa la acción narrativa funcionan, tal y como ya hemos dicho anteriormente, más bien como trasfondo que como primer plano. Y ello, en primer lugar, porque la autora quiere centrarse en el análisis de las relaciones familiares de los Karol más que en la disección de los porqués históricos. Es decir, Irène Némirovsky es consciente de que lo que quiere es hacer literatura, no investigación sociohistórica. A ella lo que le interesa es indagar en las vidas de una familia ruso-judía de la clase acomodada que se parece, inevitablemente, a la suya propia. Lo que busca a través de la ficción es una especie de autointerpretación, una terapia o exorcismo liberador que la reconcilie con su propio pasado y la abra hacia su nuevo futuro, europeo y francés, alejado de su madre-madrastra Rusia.

En cualquier caso, lo que resulta innegable en El vino de la soledad es que las circunstancias históricas condicionan a los personajes, cambiándolas en uno u otro sentido. Boris Karol y sus amigos aprovechan el nuevo ambiente social para sacar beneficio económico y hacerse ricos. Elena crece tomando consciencia de la realidad de su familia y, sobre todo, de su odio hacia una madre-ogro que la ha despreciado una y otra vez. Mademoiselle Rose envejece y finalmente muere, un tanto superada por unas circunstancias históricas descontroladas, que la hacen añorar su tierra perdida, Francia. La familia Karol se ve obligada a dejar su patria rusa tras el triunfo bolchevique y huye a Francia a través de Finlandia

Podríamos concluir diciendo que la guerra y la revolución conforman el trasfondo espacio-temporal en que se mueven los personajes de El vino de la soledad. Son, por decirlo a la manera de Kant, los aprioris femonenológicos en los que se produce la acción narrativa, dándole verosimilitud, haciendo comprensible la forma de actuar de los personajes. Sin ellos, no resultaría creíble la huida de los Karol a Francia ni el súbito enriquecimiento de la familia o la deriva hacia el juego de Boris, la entrega a la vida de adulterio de Bella, la muerte de Mlle. Rose, la evolución de Elena y su deseo de venganza...

Yendo aún más allá, podríamos afirmar que son estas circunstancias históricas concretas las que convierten El vino de la soledad en una ficción con fuertes elementos autobiográficos; en un ajuste de cuentas entre Irène y su progenitora, la madre-ogresa Fanny Némirovsky, con quien, en la vida real, la autora tuvo grandes problemas de relación. Y en última instancia, son estos avatares de la historia los que vuelven a Elena Karol un alter ego de su creadora.

Terminamos aventurando una hipótesis: en cierta manera, toda la novela está hecha desde el punto de vista francés, presentando a Francia como tierra de acogida y lugar de promisión. Irène Némirovsky escribe la novela en francés y deseaba tener éxito de público en su nueva patria. Por eso se presenta a sí misma como la escritora que sintetiza dos visiones, la oriental y la occidental, el exotismo y el europeísmo, la crueldad asiática frente a la democracia francesa. La escritora adopta una postura claramente asimilacionista y por eso sus personajes tienen también algo de cliché: la aristócrata fría, mundana y lasciva; el judío materialista e hipócrita; la niña bien que, al crecer, se entrega a la vida frívola de salones y champán; la institutriz francesa que aporta el barniz culturalista y glamuroso a una sociedad imposible, obligada por las circunstancias a cambiar...

Tanto la interpretación familiar como la histórica que ofrece Némirovsky en El vino de la soledad es una visión preparada inteligentemente por ella para producir la idea de integración en la nueva sociedad francesa que la ha acogido. Irène Némirovsky tenía grandes esperanzas puestas en su nueva patria. Desgraciadamente, sabemos cómo fueron las cosas después: ni siquiera la gran literatura es capaz de frenar los holocaustos.

Bibliografía y webgrafía

  • Irène Némirovsky-1, PPoint de Roberto Álvarez. 2º Bachillerato B. Curso 2014-2015. Documento en la web del IES Avempace.
  • Irène Némirovsky-2, PPoint de Carmen Estaún. 2º Bachillerato B. Curso 2014-2015. Documento en la web del IES Avempace.
  • Irène Némirovsky-3, PPoint de Sara Bes. 2º Bachillerato A. Curso 2014-2015. Documento en la web del IES Avempace.

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (abril 2016): Letraherido.
  • Revisiones, correcciones: