Las pasiones dominantes en Bella y Boris Karol

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Criterios de corrección

Por lo que concierne a la pregunta sobre las pasiones dominantes de Bella y Boris Karol en El vino de la soledad, el alumno habrá de referirse a la pasión amorosa y la pasión por el juego, respectivamente. En el primer caso, Bella trata de atrapar la juventud y de entretenerse a través de diversas relaciones amorosas adictivas con hombres más jóvenes (sobre todo con el joven Max), en un ejercicio de absoluto egocentrismo. En el segundo, Boris desarrolla una adicción al juego cada vez más intensa, que acaba resultándole insuficiente, con lo que se entrega a otras pasiones tratando de atrapar la vida que se le escapa. Los Karol son un matrimonio de conveniencia en el que ambos viven a espaldas uno de otro, una caricatura de matrimonio y una caricatura de padres, ya que ambos abandonan, física y afectivamente, a su hija Elena.

Las pasiones dominantes en Bella y Boris Karol

Bella Safronov-Karol, la madre-madrastra

Bella Karol, nacida Safronov, es una mujer que querría permanecer siempre joven y bonita, dedicarse al amor y a los amantes, vivir una perpetua fiesta. Su nombre, Bella, no es casual y refleja muy bien su pasión dominante: el egocentrismo, el culto al yo. No tiene instinto maternal, no aprecia a su hija, se arrepiente en todo momento de haberse casado y haber tenido a Elena, porque ve en el hecho de ser madre un recuerdo continuo de la pérdida de su belleza y su juventud y porque su rol materno le impedía llevar una vida más libre. Bella solo se ha casado con un judío como Boris, al que desprecia en el fondo de su alma, por su dinero. Es una aristócrata arruinada y orgullosa de su linaje, que cree que todos están en el mundo para servirla y adorarla. Culpabiliza a su padre, el viejo Safronov, por la vida crápula que llevó y que la obligó a ella a contraer un matrimonio de interés con un arribista como Karol, que quiere conseguir a través de ella una mayor aceptación social: la integración en la buena sociedad. Bella sería incapaz de afrontar una vida de miseria o soledad, por eso se aferra a Boris, al que en el fondo odia.

En ningún momento muestra amor materno por su hija, sino que, simplemente, se dedica a darle órdenes y gritarle por cualquier cosa. Así pues, es plausible pensar que solo quiso tener una hija para asegurar que su marido se viese obligado a mantenerla. Cuando Boris acrecienta su fortuna y empieza a faltar de casa, ella comienza a tener amantes. Elena se percata de la verdad en Francia, cuando ya las discusiones de sus padres eran evidentes y su madre casi no aparecía por casa. Bella mantiene una relación con Max, su primo y quince años más joven, sin importarle que Elena se dé cuenta de la verdad. Bella se enamora de Max, pero, poco a poco, su relación se va deteriorando, hasta que él se cansa de ella y la culpa de haberlo distanciado de su madre, Lidia Safronov, que, al poco, muere.

Bella intenta recuperar a su amante, teme la soledad y la vejez; la pérdida de su belleza significa el fin de su poder. Va detrás de Max, porque sabe que él ha consumido el poco amor que le quedaba antes de la vejez. Pero aquí interviene la rivalidad con su hija Elena, que ha aprendido a odiar a su madre, al sentirse abandonada y maltratada por ella. Ella enamora a Max para vengarse y, luego, lo rechaza. Él, herido, abandona la casa y deja a Bella para reunirse con su hermana en Londres.

La derrota del ogro-madrastra es total, también la venganza de Elena. Bella no consigue parar el paso del tiempo, por más que lo intente embadurnándose con maquillaje o gastando dinero en moda. Pretendía recuperar la juventud perdida al casarse y tener una hija, emplear sus últimos años de esplendor con Max, pero finalmente es castigada con dureza.

Bella representa a la dura y malvada madre Rusia, despiadada con sus hijos, frente a mademoiselle Rose, la institutriz francesa, que simboliza el amor maternal y la douce France. Ella sí fue para Elena una verdadera madre.

Las pasiones de Boris: el dinero y el juego

Boris Karol, de origen judío, es el padre de Elena y el marido de Bella Karol, nacida Safronov. Tras ser despedido de su anterior empleo, Boris, comienza a aumentar su fortuna gracias a su puesto como gerente de unas minas de oro en Siberia. Al encontrar el nuevo trabajo, Karol se va centrando cada vez más en él, y también en el juego; únicamente habla de dinero, hacer negocios será su única obsesión, así como ir al casino uno de sus favoritos desahogos. La familia Karol apenas veía a Boris, cada vez más encerrado en su mundo, en el que no participaban los demás miembros de su familia. Aunque Elena creía realmente que aquella ausencia era más una satisfacción para su madre, que un estorbo, ya que ella podía aprovechar aquel tiempo con su amante, su primo Max Safronov.

Boris siempre estaba en aquellas “reuniones de negocios”, que no eran otra cosa que especulación. Pero ello lo va desgastando y avejentando. Él sabe que lo único que interesa a su mujer de él es su dinero, de la que también conoce sus infidelidades constantes, e incluso mantiene al primo Max, aunque barrunta la verdad de la relación entre ambos Safronov. En cierta forma, Boris es el prototipo del judío que solo piensa en el dinero, materialista y mezquino, aunque siente amor hacia su hija Elena, a la que quiere, aunque la desatiende completamente.

La perspectiva de Elena Karol: su visión del matrimonio

El vino de la soledad comienza cuando Elena es una niña de ocho años y termina cuando ya ha cumplido los dieciocho y se ha hecho una mujer. Entonces, rompe definitivamente con su pasado y siente el viento acariciando su cuerpo ya en Francia, cerca del Arco de Triunfo. La novela es una historia de aprendizaje, un Bildungsroma. Elena comprende enseguida que el matrimonio de sus padres es una farsa, basada solo en la conveniencia, en el paripé social. Los Karol son un matrimonio falido en el que ambos viven a espaldas del otro, una caricatura de matrimonio y una caricatura de padres, ya que ambos abandonan, física y afectivamente, a su hija Elena. Es por eso por lo que ella decide romper con su pasado y lanzarse a un futuro que espera venturoso, lejos de sus progenitores.

Bibliografía y webgrafía

  • Irène Némirovsky-1, PPoint de Roberto Álvarez. 2º Bachillerato B. Curso 2014-2015. Documento en la web del IES Avempace.
  • Irène Némirovsky-2, PPoint de Carmen Estaún. 2º Bachillerato B. Curso 2014-2015. Documento en la web del IES Avempace.
  • Irène Némirovsky-3, PPoint de Sara Bes. 2º Bachillerato A. Curso 2014-2015. Documento en la web del IES Avempace.

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (abril 2016): Letraherido.
  • Revisiones, correcciones: