La poesía profana: el petrarquismo español

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Tendencias poéticas de la lírica del Renacimiento español

En el Renacimiento se produjo una gran renovación de los metros y las estrofas, con la introducción de la lírica italianizante.

La poesía culta (es decir, de autor individual y conocido) trataba distintos temas que nos permiten clasificarla en varios apartados:

  • Poesía profana petrarquista: es una poesía profana (hecha por poetas que no son clérigos) que canta al amor, la naturaleza y la mitología.
  • Poesía profana patriótica y épica culta, donde se exalta a la nación y sus ideales patrióticos.
  • Poesía religiosa ascético-moral, caracterizada por la huida del mundo y el ansia de trascendencia de los poetas.
  • Poesía mística, donde se trata de la unión del alma con Dios.

En este apartado, vamos a centrarnos solamente en la poesía profana (o sea, hecha por poetas laicos, no religiosos) que llamamos lírica petrarquista española.

Poesía petrarquista española: sus temas

Se denomina petrarquismo a la corriente estética que imita el estilo, las estructuras de composición, los tópicos y la imaginería del poeta lírico de la Baja Edad Media italiana Francesco Petrarca (1304-1374). Esta poesía culmina el proceso de espiritualización que experimenta el amor cortés de los trovadores provenzales. El proceso lo inicia el Dolce stil novo italiano a finales del siglo XIII, pero Petrarca, a mediados del siglo XIV, lo culmina incorporando elementos innovadores como:

  • El análisis minucioso de las galerías del alma.
  • La fusión lírica con la naturaleza.
  • La sinceridad en la expresión del sentimiento.

El petrarquismo fue una gran corriente de inspiración lírica que invadió toda Europa con el Renacimiento. Sus poetas cultivaron el soneto amoroso en colecciones estructuradas como cancioneros petrarquistas. Los seguidores renacentistas de Petrarca enriquecieron el petrarquismo en el siglo XVI añadiéndole componentes neoplatónicos. El neoplatonismo es una reelaboración cristianizada de las ideas de Platón: el filósofo griego decía que las cosas del mundo material participan, son un pálido reflejo de las ideas inmateriales. Par los neoplátonicos petrarquistas, la belleza de la amada eleva el alma a las esferas divinas: ella es un reflejo de la belleza de Dios.

En esta tendencia poética, destacan varios temas:

  • El amor
  • El tópico del Carpe diem.
  • La naturaleza.
  • La mitología.

El amor

El amor es anhelo de belleza. Según la filosofía neoplatónica, Dios es la belleza y la bondad suprema, y se proyecta sobre todas las criaturas. La amada es un reflejo de la divinidad, su belleza y bondad reflejan la belleza y la bondad divinas.

Esa divinización de la amada conduce a la consideración del amor como un acto de adoración que impulsa al poeta a proclamar las perfecciones físicas y espirituales de la dama.

Ante las peticiones del poeta, la amada responde con la indiferencia, adopta una actitud esquiva, distante. No corresponde, en definitiva, al amor del poeta. Es un amor inalcanzable, "platónico".

El enamorado, al ver la actitud de la dama, es consciente de su amor inalcanzable y ve imposible dejar de amar (ya que ese es su destino). Entonces, experimenta un dolor insufrible, pero al mismo tiempo complaciente, ya que amar es a la vez fuente de placer y de dolor.

Según las circunstancias, el enamorado puede reaccionar de las siguientes maneras:

  • Entre lamentos, le reprocha a su amada su actitud esquiva.
  • Evita toda compañía y se refugia solitario en la naturaleza.
  • Se encierra en sí mismo y analiza sus estados de ánimo (reflexión amorosa, introspección).

En cuanto a la plasmación de la belleza, podemos decir que la exaltación de la belleza femenina se plasma en un retrato poético de la amada generalmente ceñido al busto (cabeza, cuello y hombros) y ajustado a unos cánones estéticos preestablecidos: el famoso canon de la "donna angelicata", la mujer angelical, una belleza más contemplativa que sensual cuyos rasgos físicos son siempre los mismos:

  • cabello rubio como el oro;
  • piel tersa y blanca que se compara al lirio, al día o al sol;
  • ojos luminosos que compiten con el sol o las esmeraldas;
  • mejillas sonrosadas de rosa, azucena o púrpura;
  • labios rojos como el clavel, el coral o el rubí;
  • dientes tan blancos como las perlas;
  • cuello enhiesto, erguido, que parece de cristal...

De este modo, queda un modelo de mujer en los siguientes términos:

  • Se trata de un retrato físico y estereotipado, nada original.
  • Se utiliza la sustitución metafórica de la cualidad aplicada al rasgo corporal por un elemento de la naturaleza como flores, metales, piedras preciosas, luz... Así, los cabellos de la dama son cabellos de oro, sus labios serán dos rubís, etc.
  • Se trata de metáforas estéticamente ascendentes, es decir, el elemento de la naturaleza que sustituye a la cualidad es más hermoso que esta. Esta visión se debe a la filosofía neoplátonica: la amada es un camino para elevarse a lo divino, a Dios.

Los poetas renacentistas no solo describen a la dama de la misma manera, sino que, además, utilizan las mismas imágenes para referirse a la belleza femenina (metáforas lexicalizadas). Es decir, la poesía petrarquista acaba siendo tan tópica que autores como Cervantes se burlaron de ella. Por ejemplo, en su "novela ejemplar" El licenciado Vidriera, dice don Miguel, por boca de su personaje, que si los poetas son pobres es porque quieren, pues no tendrían más que recurrir a tantas rubíes, corales, perlas, etc., que dicen poseen sus enamoradas.

El tópico del Carpe diem ("Aprovecha el día")

Es uno de los tópicos más difundidos durante el Renacimiento. Adapta al ámbito amoroso el precepto de Horacio del disfrute del momento presente.

En los poemas petrarquistas, se manifiesta siempre de la misma manera: el poeta se dirige a una joven y la insta a gozar de su juventud antes de que el tiempo marchite su belleza.

El Carpe diem aparece unido a otro tópico: el locus amoenus, paisaje donde no suelen faltar los árboles, los pajarillos, la verde hierba y el agua fresca que corre en los manantiales. Es un paisaje idealizado y paradisíaco, un lugar seguro y confortable, donde los personajes -normalmente, pastores- comienzan a hablar del amor.

La naturaleza

La naturaleza renacentista es apacible, agradable, armoniosa, poéticamente idealizada con arreglo a los presupuestos estéticos del Neoplatonismo, que ve reflejada en ella la Belleza del Creador.

Los elementos que forman el paisaje del locus amoenus son habitualmente: una espesa arboleda poblada de sauces, pinos, robles y encinas, por cuyos troncos trepa la hiedra hasta lo más alto y a cuya sombra crecen las flores, impregnan con su delicado aroma el paisaje; de una fuente cercana brota un arroyo de agua cristalina que discurre lentamente por el prado produciendo un manso ruido; en esta verde selva, donde apenas penetran los rayos de sol, pasta tranquilamente el ganado, y una brisa fresca y perfumada acaricia las ramas de los árboles: allí se posan las aves que, con sus dulces trinos, inundan de armonía el paraje invitado al ser humano a sumirse en un plácido sueño.

Ese remanso de paz y armonía, cuyos referentes literarios más directos están en las Bucólicas y las Geórgicas del poeta latino Virgilio, se erige en testigo del sufrimiento amoroso del poeta, disfrazado de pastor; el enamorado eleva sus quejas por el rechazo y la indiferencia de la amada.

La naturaleza se muestra impasible y distante, ajena al dolor humano; otras veces, en cambio,se conmueve y resulta la confidente ideal de su aflicción.

La mitología

La mitología clásica impresiona al hombre renacentista por su vitalismo, sensualidad y belleza. Así descubre en las Metamorfosis de Ovidio una fuente inagotable de motivos de inspiración.

Los mitos clásicos cumplen una función estética, pero no solo eso: cuando acude a ellos el poeta para inspirarse, escoge aquellos episodios cuyo significado mantenga alguna relación con su propio conflicto sentimental (función simbólica).

Así la historia de Dafne transformada en laurel cuando el dios Apolo, enamorado de ella, la perseguía, simboliza el amor inalcanzable; el viaje del músico Orfeo a los infiernos en busca de su amada esposa Eurídice, muerta por la mordedura de una serpiente, representa la inquebrantable fidelidad amorosa, que es capaz de vencer a la muerte, etc.

Garcilaso de la Vega (1501-1536)

Garcilaso de la Vega (1501-1536)

Fue un poeta y militar español del Siglo de Oro. Participó en acciones bélicas al servicio del emperador Carlos V.

En 1525 se casó con doña Elena de Zúñiga y, un año más tarde, conoce a la que será su musa inspiradora, la dama portuguesa Isabel Freire, de la que se enamoró platónicamente. Isabel se casó con otro caballero y murió prematuramente al dar a luz a uno de sus hijos.

Entre 1532 y 1534, entra en contacto con la cultura italiana, la cual acelera el proceso de maduración de su obra poética. En 1536, morirá en el asalto a la plaza fuerte de Muy, cerca de Niza.

Su carrera literaria es únicamente poética y consta de: tres églogas, treinta y ocho sonetos, cinco canciones, una epístola, dos elegías y ocho composiciones de tipo tradicional, en versos octosílabos.

Garcilaso representó perfectamente el modelo del caballero renacentista, hombre de armas y letras. Fue el introductor definitivo de la lírica italianizante en España. En sus églogas, presenta a dos pastores, Salicio y Nemoroso, que son un desdoblamiento de él mismo: Salicio se queja del desdén de Galatea y Nemoroso se lamenta por la muerte de su amada Elisa. Tras los personajes, se vislumbra perfectamente la tragedia del propio poeta.

El otro Garcilaso: el inca Garcilaso de la Vega (1539-1616)

El Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616)

El inca Garcilaso de la Vega, originalmente llamado Gómez Suárez de Figueroa, nació en Cuzco, Nueva Castilla, Perú, y murió en Córdoba, España. Fue un escritor e historiador de ascendencia hispano-incaica nacido en el territorio actual del Perú.

Se le considera como el «primer mestizo biológico y espiritual de América», el primer mestizo racial y cultural de América que supo asumir y conciliar sus dos herencias culturales: la indígena americana y la europea, alcanzando al mismo tiempo gran renombre intelectual.

Además, es conocido como el «príncipe de los escritores del Nuevo Mundo», pues su obra literaria, que se ubica en el período del Renacimiento, se destaca por un gran dominio y manejo del idioma castellano, tal como lo han reconocido varios críticos.​

Temporalmente se le ubica en la época de los cronistas post-toledanos, la cual es la etapa posterior al virrey Francisco de Toledo, durante el período colonial (fines del siglo XVI e inicios del siglo XVII). Desde el punto de vista estrictamente historiográfico, su obra tuvo mucha influencia en los historiadores peruanos hasta finales del siglo XIX, cuando surgieron críticos que empezaron a cuestionar la veracidad de sus informaciones. Su padre fue sobrino del célebre poeta Garcilaso de la Vega, del Siglo de Oro de España, por lo que el Inca Garcilaso de la Vega sería sobrino-nieto por parte de la familia de su padre del famoso poeta renacentista castellano.

En su obra más famosa e importante, los Comentarios Reales de los Incas, publicada en Lisboa, en 1609, expuso la historia, cultura y costumbres de los incas y otros pueblos del antiguo Perú, libro que luego del levantamiento de Túpac Amaru II sería prohibido por la Corona española en todas sus colonias de América, al considerarla sediciosa y peligrosa para sus intereses, pues alentaba el recuerdo de los incas. Esta prohibición rigió desde 1781, aunque la obra se siguió imprimiendo en España.

Otras obras importantes del Inca Garcilaso son La Florida del Inca, publicada en Lisboa en 1605, que es un relato de la conquista española de Florida; y la Segunda parte de los Comentarios Reales, más conocida como Historia General del Perú, publicada en Córdoba, España, en 1617, póstumamente, donde el autor trata sobre la conquista del Perú y el inicio del Virreinato.

Otros poetas petrarquistas españoles

  • En el Primer Renacimiento español (reinado de Carlos I, primera mitad del siglo XVI), y encabezados por Juan Boscán (1490-1542) y Garcilaso de la Vega (1501-1536), destacan:

- Diego Hurtado de Mendoza (1503-1575),

- Gutierre de Cetina (1520-1557) y

- Hernando de Acuña (1518-1580), a quien citamos en la pregunta de la Wikimpace: La poesía profana en España: poesía patriótica y épica culta.

  • En el Segundo Renacimiento (reinado de Felipe II, segunda mitad del siglo) sobresale el sevillano Fernando de Herrera, hombre culto e introvertido, llamado "el Divino" por la calidad de su poesía. Su amor por la condesa de Gelves inspiró gran parte de su producción lírica. Herrera es el creador del Manierismo, característico de la llamada "escuela sevillana" de poesía renacentista, un estilo más profundo y brillante que el usado por Garcilaso y que sirve de transición al estilo barroco que caracteriza el siglo siguiente, el XVII.

Destacan también los poetas:

- Francisco de Figueroa (1530-1588),

- Francisco de la Torre (1534-1594),

- Francisco de Aldana (1537-1578) y

- Luis Barahona de Soto (1548-1595).

Más información sobre Fernando de Herrera y la "escuela sevillana" de poesía renacentista (el Manierismo), en la pregunta de la Wikimpace: El lenguaje poético en el Renacimiento.

Bibliografía, webgrafía

  • Alonso, Santos y otros: Lengua castellana y literatura. 1º Bachillerato. Barcelona, Casals, 2016, tema 10 "El Renacimiento: la poesía", pp. 201-225.

Otras preguntas de la Wikimpace relacionadas con el tema

Trabajos de los alumnos

Siglo XVI - Europa

Siglo XVI - España

  • Carlos I (1500-1558). Trabajo de Aarón Fernández y Jorge Otín. 1º Bachillerato A. Curso 2016-2017.

Lírica culta

Lírica religiosa

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (enero 2019): Sheila Anubla y Cristina Chueca; Sara González (el Inca Garcilaso).
  • Revisiones, correcciones: Letraherido.