Los temas trágicos

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Los temas trágicos en el Romancero gitano, de Federico García Lorca

En el Romancero gitano (1928), Federico García Lorca unió la tradición poética de los romances (versos octosílabos, rimas asonantes…) con hechos protagonizados por gitanos, cultura que Lorca veía como mágica y poseedora de elementos irracionales o legendarios. Esta irracionalidad es uno de los elementos de la Generación del 27, a la que Lorca perteneció; este grupo de poetas había incorporado las tendencias vanguardistas (como el surrealismo) a la poesía española, creando un lenguaje metafórico más libre y atrevido que el de movimientos artísticos anteriores.

A lo largo del Romancero gitano, podemos ver que todo está rodeado por una envoltura de tragedia, amargura y muerte. Esto se puede apreciar en la mayoría de los poemas de la obra como, por ejemplo, en los dedicados a Antoñito el Camborio, al que primeramente apresa la Guardia civil (en el poema "Prendimiento de Antoñito Camborio"), lo que ya da mala señal, pues los gitanos son enemigos de los guardias civiles; a continuación, viene el romance de la "Muerte de Antoñito el Camborio". Antoñito es así presentado como un nuevo Cristo gitano, primero prendido y después, muerto.

El destino de los gitanos es inequívocamente la muerte. Ocurre lo mismo con Juan Antonio el de Montilla, en el romance "Reyerta", muerto por otros gitanos en un duelo de navajas. Ni siquiera los niños gitanos se salvan de su destino cruel, como ocurre en el "Romance de la luna, luna", donde la luna (la muerte) va a la fragua a buscar al niño y se lo lleva.

Sin embargo, ni siquiera esos presagios de muerte que acompañan al gitano desde su nacimiento le hacen perder su dignidad y su valor: Antoñito el Camborio aparece en el poema "con su vara de mimbre", señal de poderío, y su andar garboso y su tronío. El gitano no se arredra ante un destino adverso y afronta la muerte con la serenidad de los héroes.

En cuanto a las mujeres, su destino también es trágico, son generalmente las víctimas. Aparecen o bien llorando por la muerte de alguno de los suyos o bien acosadas, perseguidas, por una masculinidad gitana que se ejerce en la violencia, como ocurre en el romance "Preciosa y el aire", donde el viento es el símbolo del maltratador o el violador.

Los guardias civiles son por naturaleza los enemigos de los gitanos, sus antagonistas: los persiguen, cargan contra ellos, los detienen..., como se ve por ejemplo en el "Romance de la Guardia civil". En ocasiones, acuden con el juez para el levantamiento de los cadáveres y la realización del atestado:

  "Señores guardias civiles: 
aquí pasó lo de siempre. 
Han muerto cuatro romanos 
y cinco cartagineses." ("Reyerta")

Los guardias civiles representan el orden y la ley, son el brazo armado de un mundo agresivo con el gitano, al cual desprecia, humilla y acorrala.

Hay varios símbolos de la muerte, la violencia y la tragedia en el poemario lorquiano. Por ejemplo, los "ángeles negros" y la "luna" (presagios de la muerte), el "viento" (encarnación de la violencia masculina), la "pena negra" (símbolo del dolor universal y perenne del gitano y de toda Andalucía)... La raza gitana se asocia al amarillo, al verde, al color aceitunado, pero dado que su destino es trágico el propio color verde acaba teniendo connotaciones de muerte.

En definitiva, podríamos decir que todo en el Romancero gitano connota la tragedia y la muerte a las que parece estar destinado el pueblo gitano. Lorca los mitifica, convierte a los gitanos en héroes y, a la vez, en víctimas; ellos son el sacrificio cruento de un mundo que no los comprende. Los gitanos representan el nomadismo, la marginación, pero también la autenticidad, la libertad, la pureza, la masculinidad instintiva o la feminidad sensual, según el caso. Un pueblo enfrentado a un mundo de ley y orden que no tiene lugar para ellos. Un símbolo de toda Andalucía, como quería el poeta, regida por la pena negra, esa que se manifiesta en el quejío cósmico, profundo, del cante jondo andaluz.

De los poemas del Romancero gitano (1928) relacionados con la muerte, queremos destacar dos:

  • Muerte de Antoñito el Camborio

El romance “Muerte de Antoñito el Camborio” relata la muerte nocturna del gitano Antoñito el Camborio a mano de sus cuatro primos. Esta muerte se produjo en una reyerta nocturna (como en el poema "Reyerta"), que era numéricamente desigual (4 contra 1). La causa de la emboscada parece la envidia: el buen aspecto y la distinción de Antoñito debió de producir motivos para la emboscada. Además, su carácter también elegante y altivo se muestra en la manera de pelear, en su gran resistencia (las puñaladas que infringe a sus agresores, su largo aguante…). Los elementos mágicos típicos de la poesía lorquiana aparecen de nuevo aquí: los ángeles, que vienen a dar reposo al alma de Antoñito en una hora también mágica; el tránsito de la noche al día, etc.

En el poema, Lorca mezcla elementos de los romances tradicionales como la presencia repetida de estribillos (“voces de muerte sonaron...”, vv. 1, 2, 12, 47), paralelismos (“cuando…”, vv. 14, 16…). Pero el poema destaca sobre todo por la presencia de audaces metáforas y símbolos que evocan la influencia de las imágenes del inconsciente propias del surrealismo. Así, los saltos de “delfín” evocan el movimiento de las “navajas” que relucían como los “peces” en el romance "Reyerta". También, la presencia del color verde (“moreno de verde luna”, “cutis … aceituna”), trae connotaciones de muerte en la obra de Lorca. La descripción de la muerte de Antoñito se hace también mediante una metáfora: “talle quebrado /como caña de maíz”. El valor de Antoñito en la pelea es simbolizado mediante una “moneda” irrepetible. La mágica presencia de los ángeles que vienen a buscar su alma culminan el homenaje a su valentía, y retoma un tema reiterativo en Lorca: los personajes que sucumben a un destino adverso, como Juan Antonio el de Montilla o Adela.

  • Romance de la pena negra

El Romance de la pena negra es un romance escrito en 1928 por Federico García Lorca, (Virgillo, p.219) publicado en la Revista de Occidente en Madrid. Es parte del Romancero gitano, una colección de poemas. En 1928 Ernesto Giménez Caballero entrevistaba a Federico García Lorca sobre su identificación con la cultura gitana: — Dime más datos para tu solución de herencia. — Yo no soy gitano. — ¿Qué eres? — Andaluz, que no es igual, aun cuando todos los andaluces seamos algo gitanos. Mi gitanismo es un tema literario. Nada más.

Para Lorca la cultura gitana era una gran parte de Andalucía. Aunque él no se consideraba un gitano apreciaba la cultura como una parte tan importante de los andaluces. El pensaba que los gitanos eran un buen tema literario. "García Lorca, en contraste con los poetas vanguardistas de su generación, que representa la realidad como una serie de abstracciones mentales, se sirve de imágenes sensoriales para convertir eventos y fenómenos ordinarios en un mundo mágico y misterioso." (Virgillo, p.220)

Bibliografía, webgrafía

Trabajos de los alumnos

Edición, revisión, corrección

  • Primera redacción (octubre 2017):
  • Revisiones, correcciones: Letraherido